Capítulo 103.- Tomelloso, capital
mundial de la pizza
Aquél
día, 1 de junio de 2011, Tomelloso era una fiesta. Lo habían conseguido: ¡Tomelloso ya estaba en libro Guinness de los records! ¡Habían conseguido
fabricar la pizza más larga del mundo, concretamente 1.141,5 metros, superando
así el anterior récord en poder de un pueblo polaco que alcanzó los 1.010
metros de longitud! Y eso que las dificultades no habían sido pocas. Jesús
Marquina, “Marquinetti”, el capitán de la selección española de pizzeros, había
echado en falta la inestimable ayuda de Andrea Canoli, quien no se sabía por
qué razón no había dado señales de vida. Aún así, el equipo compuesto por 120
pizzeros y 120 ayudantes, más 60 personas en otras labores de apoyo, habían
hecho posible alcanzar este hito. Lo había resumido muy bien el alcalde en
funciones, Carlos Cotillas: “no hay mejor reto para un tomellosero que decirle
que algo no se puede hacer, esa es la mejor manera de convencerlo de que se
haga”. Y tenía razón.
Para
la elaboración de la pizza, se emplearon 2.700 kg de masa, 700 de mozarella,
700 de jamón y 690 de tomate. A las 5:00 a.m. se había dado el pistoletazo de
salida, a las 9:00 a.m. comenzó la colocación de ingredientes, a las 12:30
comenzó a pasar al horno de cocción y allí se produjo uno de los momentos más dramáticos:
las ruedas que iban transportando la
masa a través del horno, se atascaron. Pero allí estaban todos los
tomelloseros y los visitantes de localidades vecinas para animar. Como explicó
el capitán de la selección: “la fe de todos los pizzeros y toda la gente
diciendo ¡venga, venga! ha hecho que todo se solucionase y pudiésemos
continuar”. Finalmente a las 16:00 p.m. el récord mundial estaba conseguido y
los 40.000 asistentes lo festejaron con gritos de “¡Campeones, campeones!”
mientras la monumental pizza se empezaba a repartir, dando una porción y una
Pepsi a cambio de un euro que se destinaría a la Fundación Balía para sus
proyectos de ayuda a jóvenes y familias con exclusión social.
Un día así no podía faltar en Tomelloso el jefe de control de operaciones del aeropuerto de Ciudad Real, y tomellosero de pro, Epifanio, el Pifa. Cada vez que podía, Pifa se acercaba allí para disfrutar de su casita y su viñedo, y de paso atender los asuntos del extraño melonar de Fermina, la Fermi, la cual cada vez iba menos por el pueblo. Pero en aquellos momentos Tomelloso era una fiesta. Ya el alcalde, Carlos Cotillas, resaltaba “el orgullo de los tomelloseros y tomelloseras por conseguir batir este difícil récord” y el impulsor de esta idea, Jesús Marquina, iba más allá al afirmar que batir este récord Guinness suponía colocar a la ciudad en el punto de mira de millones de personas de todo el mundo, “mostrándola como una ciudad que hace cosas novedosas e importantes y a la que le gustan los retos difíciles”.
Y
así era, en efecto, porque entre las 40.000 personas que allí se habían dado
cita, estaba Don Peridone con todo su séquito, recién llegado de Italia.
Nota del autor: Con excepción de las
referencias a Andrea Canoli, la Fermi, Pifa y Don Peridone, que son personajes
de ficción, todos los demás personajes, las frases pronunciadas y los hechos
relatados en este capítulo son totalmente ciertos. El resto del capítulo y de
toda la novela es completamente inventado.
Un día así no podía faltar en Tomelloso el jefe de control de operaciones del aeropuerto de Ciudad Real, y tomellosero de pro, Epifanio, el Pifa. Cada vez que podía, Pifa se acercaba allí para disfrutar de su casita y su viñedo, y de paso atender los asuntos del extraño melonar de Fermina, la Fermi, la cual cada vez iba menos por el pueblo. Pero en aquellos momentos Tomelloso era una fiesta. Ya el alcalde, Carlos Cotillas, resaltaba “el orgullo de los tomelloseros y tomelloseras por conseguir batir este difícil récord” y el impulsor de esta idea, Jesús Marquina, iba más allá al afirmar que batir este récord Guinness suponía colocar a la ciudad en el punto de mira de millones de personas de todo el mundo, “mostrándola como una ciudad que hace cosas novedosas e importantes y a la que le gustan los retos difíciles”.
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
No hay comentarios:
Publicar un comentario