miércoles, 31 de octubre de 2018

Daimiel en el recuerdo



Como ampliación a los dos post anteriores en donde he rescatado del olvido algunas postales coloreadas de Daimiel (Ciudad Real), comparto en esta ocasión algunas más que aún conservaba. La vida que comenzó en blanco y negro fue adquiriendo poco a poco color, primero con pinceladas cromáticas sobre el blanco y negro y después ya, en los tiempos modernos, con el color.

En cualquier caso, las postales ya son cosa del pasado aun cuando aún puedan encontrase algunas. ¿Quién escribe no digo ya cartas sino una simple postal hoy en día? La vida actual es digital e instantánea.























Una forma de hablar que debería ser "Patrimonio de la Humanidad"...

“Diccionario Daimieleño – Español”: https://amzn.to/3qT88mu


martes, 30 de octubre de 2018

El coloreado en su máxima expresión


Antes que apareciesen las postales en color hicieron acto de presencia las postales coloreadas. Al principio los encargados de darles color eran muy tímidos y apenas daban tres o cuatro leves pinceladas; pero el éxito de aquellas postales que rompían la monotonía del blanco y negro habitual, les hizo coger confianza y empezaron a derrochar color. Aquí tenéis algunos ejemplos de aquella exuberancia colorística…






lunes, 29 de octubre de 2018

Del blanco y negro al… coloreado


Antiguamente (hace sesenta años) cuando uno se iba de viaje (aunque sólo fuese a unos pocos kilómetros de distancia) lo primero que hacía era llamar por teléfono para decir que había llegado bien y poco más (las conferencias eran muy caras). Al cabo de unos pocos días se solía comprar una postal y escribir algunas letras y mandarla para que supiesen lo bien que te lo estabas pasando. Salvo que la estancia fuese muy prolongada, la mayor parte de las veces tú regresabas antes que hubiesen llegado las postales a su destino.

Aquella era una época en blanco y negro sobre el papel, pero llena de color en nuestra vida. Y como todo avanza, y como todo cambia, las postales en blanco y negro fueron dejando paso a las postales en… (no, en color no, que eso llegaría años más tarde), a las postales coloreadas. Aquí tenemos un ejemplo de aquellos primeros intentos en que con habilidad iban dando algunos trazos de color suave a determinados detalles de la foto (las copas de los árboles siempre eran verdes, el suelo siempre marrón, el cielo siempre azul, los tejados siempre rojizos…)





domingo, 28 de octubre de 2018

Postales para el recuerdo


Hoy traemos aquí algunas postales de hace sesenta años, cuando se hacían los primeros intentos por abandonar el blanco y negro y entrar en la era del color. 

Eran postales en blanco y negro a las que se daban artesanalmente unas pinceladas de color, como estas de Daimiel (Ciudad Real) que hoy comparto en este blog. Y en los próximos días compartiré algunas más. 

Si vivísteis en aquella época estoy seguro que vuestros recuerdos tienen un color mucho más vivo que estos tímidos intentos por dar color a las postales.

























sábado, 27 de octubre de 2018

La zanahoria carnívora


Este pequeño libro recoge las aventuras de una zanahoria muy especial, Killer Carrot, la zanahoria carnívora. Conocerás todos los líos en que se mete por culpa de su insaciable apetito y el desolador panorama que deja allá por donde va pasando. Por el libro desfilan numerosos personajes ampliamente conocidos... (al menos antes lo eran). En cualquier caso, si alguna vez te encuentras con esta zanahoria... no te acerques demasiado a ella. Estás advertido.

El día que me la presentaron la llamaban simplemente “la zanahoria carnívora” y quedé tan prendado de ella que la bauticé como “Killer carrot” y creé para ella diversas y divertidas aventuras.

Para que te hagas una idea de cómo es este peculiar personaje, estas son algunas de sus frases más conocidas:
“Este es un paso pequeño para la humanidad, y un paso de gigante para los vegetales” (al batir el record de permanencia en la estación espacial MIR)
 “Me duelen todos los huesos, y eso que no tengo ninguno” (tras sufrir un accidente de snowboard)
 “¿Cómo voy a tomar ensalada de primero? ¡Todavía tengo principios!” (cuando un maitre le ofreció comenzar con una ensalada antes del bistec).

Para finalizar esta presentación (que no aperitivo, no vaya a ser que se anime) vaya mi agradecimiento a Violeta Rodrigo por presentármela, así como a los personajes que han participado en estos episodios (Bugs Bunny, Fruitis, Homer Simpson, Jay Leno, Mago Merlín, Perrito Puppie, Perro Pirata, Pinocho, Pluto, Sosticio, Swanhild y Teddy Bear), y por supuesto mi agradecimiento a sopas Knorr por sus campañas en favor de las zanahorias.

Ya estás listo, pues, para adentrarte en sus aventuras; eso sí, te advertimos que si alguna vez te encuentras con ella, será mejor no te acerques demasiado…

Las aventuras de “Killer Carrot, la zanahoria carnívora” están incluidas en el libro "Humormicina" (Vicente Fisac. Amazon):

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viernes, 26 de octubre de 2018

Si lees este libro... ¡allá tú!


El presente libro se llama “Humor inefable 3”. Veamos por qué: En primer lugar se llama “humor” porque dice algunas cosas graciosas o que, por lo menos, le hacen gracia a algunas personas... o que por lo menos le hicieron gracia a su autor cuando las escribió; en segundo lugar se llama “inefable” porque se trata de un humor muy “sui generis”, muy especial, muy diferente... tanto que “no se puede explicar con palabras”, y como la palabra “inefable” significa “que no se puede explicar con palabras”, pues eso, que no sé para qué lo sigo explicando; y finalmente se llama “3” porque ya he escrito y publicado antes otros dos libros que se llamaban “Humor inefable 1” y “Humor inefable 2”, así que me dije que si escribía otro libro de humor similar a aquellos debía ponerle el número siguiente, así que cogí la calculadora, estuve un buen rato haciendo operaciones matemáticas (es que como soy de letras los números no se me dan muy bien) y por fin llegué a la conclusión que después del “2” venía el “3”.

Bien, una vez hecha esta aclaración (porque si no muchos de los lectores no sabrían el por qué de este título) paso a describir lo que viene dentro, o sea, a continuación. El libro lo he dividido en cinco grandes apartados. Analicemos brevemente cada uno de ellos.

Deporte inefable.- Al ser escritor y aficionado al deporte, era lógico suponer que alguna vez escribiese algo relacionado con el deporte. Así ha sido, en efecto, y aquí he recogido una serie de escritos bastante inefables (es decir, imposible de explicarlos con palabras) relacionados con el deporte. Por consiguiente, es mejor que en vez de perder el tiempo aquí, tratando de explicar lo inexplicable, paséis directamente a leerlo.

Estirpe de Campeones.- Este breve escrito da una original explicación del árbol genealógico de... podría decir de quién, pero entonces desvelaría una de las sorpresas que esconde y no tendría gracia, así que es mejor que lo leáis y descubráis por vosotros mismos de quién se trata. Eso sí, aun cuando lo trate con sentido del humor, dicho árbol genealógico es auténtico y está debidamente certificado.

La Mancha inefable.- Al haberme criado en La Mancha (siempre me enorgulleció ser un “escritor de buena cepa”), también era lógico que alguno de mis escritos aludiese a esa tierra que me vio crecer. Aquí he recogido, pues, algunos escritos dispersos que demuestran la huella o “mancha” que La mancha ha dejado sobre mí.

De todo un poco.- En mi blog “Palabras inefables” (www.palabrasinefables.blogspot.com) he ido publicado de todo un poco, y lo que aquí se ofrece es una selección de escritos a los cuales perfumé con unas gotas o incluso chorros de humor inefable.

Una gorda absurdidad.- Si absurdo es este libro, era lógico que lo cerrase con una gran absurdidad y esa no es otra que los comentarios que se han ido haciendo a uno de mis post –“Frases geniales sobre la obesidad”- publicados en el blog “Palabras inefables”. Curiosamente este post ha sido no sólo el más comentado (más de 900 comentarios a día de hoy) sino también el más visitado de todos (más de 27.000 visitas a día de hoy).

En fin ¿y qué día es hoy? Pues hoy podemos decir que son dos días en vez de uno. El primero, un día cualquiera de mayo de 2014 que es la fecha en que escribo y publico el presente libro. El segundo, el día en que te vas a atrever a leerlo. Lo dejo a tu elección. Ya eres mayorcito para saber lo que haces.


Última edición:

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jueves, 25 de octubre de 2018

Píldoras de humor saludable


He titulado este libro “Humor inefable 2”. Como parece obligado explicar en el prólogo de un libro de qué va el tal libro, empezaré a explicarlo, aunque empezando por lo más fácil. Lo del número 2 es más fácil de explicar: es el segundo libro de humor que publico en esta editorial y el primero (ya descatalogado) se llamaba “Humor inefable”, o sea, que si a este le doy el mismo título, no me queda más remedio que añadirle un número de orden y ese número (si no me falla la calculadora, porque yo soy de letras) es el número dos.

Después hay que explicar lo de “humor”. Yo creí que era muy fácil, que sólo había que acudir al diccionario de la Real Academia de la Lengua, y allí te lo daban hecho; pero de eso nada, resulta que vienen siete acepciones de la palabra “humor”:

1.- Genio, índole, condición, especialmente cuando se manifiesta exteriormente: Con relación a esta acepción creo que en las páginas que siguen hay algo de chispa creativa y que la misma se manifiesta exteriormente provocando de vez en cuando una sonrisa en el lector.
2.- Jovialidad, agudeza: Por lo menos hay que reconocer que le que he escrito es de todo menos serio, profundo, sesudo, maduro... la juventud de mi mente y mi inmadura forma de ver y entender el mundo quedan reflejadas en estos escritos.
3.- Disposición en que alguien se halla para hacer algo: Pues bueno, pues vale, pues me alegro, porque dispuesto sí soy, por lo menos a hacer chorradas como esta.
4.- Buena disposición para hacer algo: Si ya lo he dicho, hombre, ¿a cuento de qué viene a repetirlo?
5.- Humorismo (modo de presentar la realidad): Pues sí, esta es una forma –por lo menos agradable- de presentar la realidad.
6.- Antiguamente, cada uno de los líquidos de un organismo vivo: Tranquilo, que eso era antiguamente. Como este libro lo he escrito ahora no tiene ningún líquido, así que puedes leerlo sin necesidad de toalla ni fregona.
7.- Estado afectivo que se mantiene por algún tiempo: Eso es lo que espero, que al menos por algún tiempo se mantenga en vosotros una sonrisa.

Por consiguiente, tal como podemos ver, de las siete acepciones que daba el diccionario de la Real Academia de la Lengua, seis encajan con la definición de humor con la que titulo el libro. Seis aciertos sobre siete representa un 85,71% de acierto (lo ha calculado con calculadora, que para eso está) lo cual viene a confirmar que el hecho de haberlo titulado como “humor” es un acierto.

Y finalmente viene lo de “Inefable”. Hay que recordar que inefable viene del latín “ineffabilis” que significa “indecible, que no se puede explicar con palabras” y la verdad es que este es un humor muy sui generis, muy personal, muy absurdo, muy... tanto es así que efectivamente no se puede explicar con palabras. Y como no se puede explicar con palabras no sé por qué sigo hablando (o escribiendo), así que lo dejo aquí para que podáis pasar directamente a leerlo.

En el mismo encontraréis los siguientes capítulos de píldoras de humor saludable:
Asuntos personales
Cosas de la salud
Deporte
Cosas de la política
De lo absurdo de este mundo y otros menesteres
Desde el buitre con amor
Frases geniales

Otros libros de humor de este autor los puedes encontrar en Amazon:

“El mejor deporte es la sonrisa”: https://amzn.to/3to4J0w

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miércoles, 24 de octubre de 2018

Todo beso ha de ser lágrimas en conclusión

Después de haber rescatado del olvido una parte de la obra poética inédita de Gaspar Fisac Orovio (1849-1937) vamos a repetir una de mis favoritas, la cual está incluida en el libro "Médico, periodista y poeta", de Vicente Fisac, disponible en Amazon en ediciones digital e impresa.

Esta poesía, titulada "Besos y lágrimas", fue publicada en el nº 86 del periódico “El Eco de Daimiel” del 30 de junio de 1886 el cual dirigía. 

Según se indica en la crónica correspondiente, fue recitada por Luis Villalón en la velada que el día del Corpus celebró la Sociedad Talía en el teatro Ayala de Daimiel (Ciudad Real):

Breve existencia gozó
aquél ángel de ternura;
era tan niña, tan pura,
que al trono de Dios voló.

Cual la violeta escondida
va su perfume exhalando,
así se le fue escapando
entre suspiros la vida.

Y tras de la azul esfera
buscó inocente, bendita,
una existencia infinita
de infinita primavera.

Mas ¡ay! que en eterno llanto
la pobre madre anegada
exclama triste, angustiada
en doloroso quebranto:

“¿Por qué, Dios mío, perdí
para siempre la hija mía?
¡Yo que tanto la quería!
¡Casi tanto como a ti!

¡Yo que en místico embeleso
cada vez que me miraba
con dulce amor le entregaba
toda el alma con un beso!

¡Yo que con loca ansiedad
la estaba siempre besando,
la he de estar ahora llorando
en perpetua soledad!”.

Tal exclama en su aflicción
la infeliz madre, sin ver
que todo beso ha de ser
lágrimas en conclusión:

Si el aura besa las flores
vierte llanto de rocío;
vierte lágrimas el río
si el prado murmura amores.

Si el mar a la costa amena
besa henchido de placer,
lágrimas deja correr
filtrándose entre la arena.

Si el arroyo juguetón
besa las piedras saltando,
lágrimas va salpicando
en revuelta confusión.

Si en la rama tembladora
o entre su follaje espeso
recibe del viento un beso
el sauce, lánguido llora.

Y en el azul firmamento
si las nubes se confunden
en solo un beso; difunden
lágrimas mil por el viento.

El beso que palpitar
se está sintiendo en la boca,
cuando el amor nos provoca
se suele en llanto trocar.

Aquél beso que al partir
damos al amante ser,
llanto nos hace verter
y se va en su llanto a ungir.

Y siempre que percibimos
la impresión que codiciamos,
es tan grata, que lloramos,
y llorando, sonreímos;

que aunque no vemos por dónde
va al placer la pena junta,
a donde un beso pregunta,
una lágrima responde.

Pues si un beso es la expresión
de un sentimiento infinito,
una lágrima es el grito
más grande del corazón.

Bien podemos afirmar
que el placer que un beso exhala,
forma la invisible escala
por do el llanto ha de bajar.

Por eso llora afligida
la triste madre sin calma,
que hasta los besos del alma
se lloran toda la vida.

Y es que infausta condición
nos acompaña al nacer,
pues todo beso ha de ser
lágrimas en conclusión.

martes, 23 de octubre de 2018

A mis queridas nietas

En este otro poema inédito del año 1934, el médico, escritor y poeta, Gaspar Fisac Orovio rinde homenaje a dos de sus nietas:


Nota alegre y cadenciosa
de la canción de un poeta,
luz de mis hijos hermosa,
el capullo de una rosa,
eso es mi primera nieta.

Un día trajo un ángel
a mi Conchita,
cobijada en sus alas
una hermanita.
¡Nietas hermosas,
se mecen en su tallo
como las rosas!

Tiene mi Matildita
ojos tan bellos
que el ángel que la trajo
se mira en ellos.
Dulce paloma,
donde posa su vuelo
el Sol se asoma.

Y como el Sol se para
junto a las cunas,
y el viejo tiene frío,
siempre las busca.
El pobre abuelo
vive si en sus rodillas
bailan sus nietos.

(Y yo pienso al mirarlas:
“¡Qué feliz fuera
si a mi Concha a mi lado
con ellas viera!
¡Dios lo ha querido
y ellas son su recuerdo
cuando las miro!”).

lunes, 22 de octubre de 2018

Teatro en verso: Una limosna (y 2)


(Se alza el telón)

Gaspar
Tú dirás a qué venimos
al teatro, en una tarde
que es tan fría.
Paquita
                          ¿Cómo fría?
Gaspar
¡Pues ya lo creo y bastante!
¡Como si fuera de enero!
Paquita
Es que el frío está en la sangre.
En Madrid hay una cuesta,
la cuesta de enero ¿sabes?
que no la puede subir
ninguna empresa.
Gaspar
                               Adelante.
Paquita
Y es que ya, por ese tiempo
se va la gente a otras partes;
eso sucede en la Corte,
en los pueblos ¿qué diantre?
siempre aquí somos los mismos
aunque hagamos poco arte.
Gaspar
Bien, Paquita, tú serás
la que dirijas la nave,
es decir, el aeroplano
y ya estamos en el aire.
(Mira a todos lados como si sintiera frío)
¡Y que sopla que es un gusto!
Paquita
Vas, de miedo, a congelarte.
Gaspar
(Mira de nuevo)
Pero ¡qué viento! ¿Recuerdas
cómo hicieron su viaje
Don Quijote y Sancho Panza?
Paquita
Pues sí quisiera acordarme.
Gaspar
(Riendo y montando a caballo en una silla)
Un caballo de madera
y un fuelle en salvo la parte;
tapan sus ojos y gritan
“tenerse bien, agarrarse,
que ya vais cerca del sol”.
Y uno les tuesta el semblante
con una estopa encendida.
Paquita
(Riendo)
Y el otro venga a soplarles.
Ya me acuerdo, ¡qué bonito
El Quijote de Cervantes!
Gaspar
Vamos, Paca, a lo que importa:
¿Qué hemos de hacer?
Paquita
                                      Ayudarles
a las buenas Hermanitas,
en sus empresas y afanes;
los ancianos del Asilo
tienen donde cobijarse,
pero no tienen iglesia,
la que empezaron se cae...
Vamos, pues, a trabajar,
que no lo haremos en balde;
a reunirles dinero
con funciones teatrales
que terminen su capilla
y los ancianos la alaben
y que por nosotros recen
y...
Gaspar
(Tapándole la boca)
       Basta ya. Que te calles.
Ya está el público enterado,
pero dime el plan de ataque.
Paquita
Has de trabajar en todo,
o en casi todo. ¿Ensayaste
bien los papeles?
Gaspar
                              Pues eso,
que no los se bien.
Paquita
                                ¡Tunante!
Eres muy desaplicado.
Gaspar
¿Yo?
Paquita
          Sí, tú.
Gaspar
                     ¡Qué disparate!
Paquita
Me has engañado.
Gaspar
                              No, tú
fuiste la que me engañaste:
“Que es bonito, que es sencillo,
que va a ser muy agradable,
anda, que pronto lo aprendes”...
Eso dijiste.
Paquita
                   Y tomaste
los papeles que quisiste.
Gaspar
Y supiste engatusarme.
¡Cuántas Evas pecadoras!
Paquita
¡Y cuánto Adán abundante!
Gaspar
Bueno, encomiéndame.
Paquita
                                       ¿A quién?
Gaspar
Busca tú en el almanaque
al santo de los actores.
Paquita
No habrá para qué cansarse,
que aunque trabajemos mal,
con intentarlo es bastante.
Gaspar
Ya pienso que el arte escénico,
al que quieres elevarme,
es Clavileño, el caballo,
y que subo por los aires,
y quema el público estopa,
y que me caigo... y te caes.
Paquita
Déjate de bromas; vamos
a vestirnos.
Gaspar
                    No te canses,
Paquita. ¡Nuestra labor
es tan insignificante!
Paquita
Nunca es corta la limosna
si la da un corazón grande,
y tú la limosna das...
Gaspar
(Riendo)
Sí, de un trabajo...gigante.
Paquita
Y Dios ha de bendecir
a cuantos tomamos parte
en estas funciones: unos,
pagando localidades,
otros trabajando aquí,
dando algunos sus jornales,
o estudiando o discurriendo
todos con fines loables.
Gaspar
La verdad es que el Asilo
bien merece esfuerzos tales,
porque allí se alberga el pobre...
y quizá irán nuestros padres;
tal vez nosotros vayamos
a recibir los raudales
de alegría y de consuelo
de aquellas benditas madres.
Paquita
Dices bien. ¡Benditas sean
las Hermanas, esos ángeles
de caridad, de ventura,
que son de Cristo la imagen!
Ellas recogen los pobres,
los ancianos miserables;
visten sus cuerpos desnudos,
limpian, con amor, sus carnes,
los ponen al sol de Dios,
les hablan grato lenguaje
y les cantan como pájaros
entre dorados alambres,
mientras se va adormeciendo
al son de aquellos cantares
la ancianidad, que recuerda
la abuelita venerable.
Gaspar
Dices bien, a trabajar
porque pueda terminarse
la capilla del Asilo,
y en recinto confortable
canten vírgenes y ancianos
¡Salve, Virgen madre, salve!
Paquita
Dale el último repaso
a tu papel, a aplicarse;
yo he de repasar el mío,
y a las niñas de mi clase
y de los demás colegios,
también haré que repasen
sus comedias y zarzuelas
para que afinadas canten.
Quisiera que nos oyesen
los ancianos, que no saben
lo que es teatro, ni gozan
de placeres semejantes...
Les hemos dado las Pascuas,
hemos ido a regalarles
mantecados y bizcochos
y tortas y mazapanes;
pero no han saboreado
este placer inefable
de mirar a nuestra infancia,
la que vieron alejarse,
y olvidar, por un momento,
su vejez y sus achaques.
Gaspar
(Muy contento)
Yo también celebraría
que pudieran escucharme.
Paquita
¡Eso es lo que yo quería!
¡He logrado entusiasmarte!
Ya verás que bien trabajas,
ya verás cómo te aplauden.
Aquí el público benigno
(señala a las butacas)
y allí la Hermanita amable
(señala al fondo).
Mírala por donde cruza
con una anciana esa calle.
(Cruzan la escena y se detienen una Hermanita y una anciana).
Le da la mano, la abriga,
consigue que se levante
cuando sus piernas flaquean,
que al cielo los ojos alce,
que en su desgracia sonría
y que olvide sus pesares.
Oye la voz de esa Hermana,
mira cómo va a expresarse.
Hermana
(Recita el siguiente soneto):
Yo no busco el amor que busca ufano
el fácil goce de la alegre orgía,
ni aún el bendito amor que al cielo envía
germen fecundo del linaje humano;
yo no busco el aplauso del mundano,
no hay en mi caridad filantropía,
que a más alta región el alma mía
endereza su aliento soberano.
Yo busco lo inmortal, aquél seguro
que no se encuentra en el vivir del suelo,
sino clavando el cuerpo al leño duro.
Del lago del placer huye mi vuelo;
busco en el hombre a Dios, al amor puro,
mi amor es caridad mirando al cielo
(Desaparecen lentamente la Hermana y la anciana).
Gaspar
La escuché regocijado
y las he visto alejarse,
admirando esa virtud
y ese amor inenarrable.
Ya no siento tanto frío,
que has logrado entusiasmarme.
Venga ese programa, venga.
Paquita
Tú y yo, la primera parte.
Gaspar
¿Nosotros los primeritos?
¡Hay que miedo!
Paquita
                             ¿Te asustaste
ya otra vez?
Gaspar
                    Yo no, Paquita.
Paquita
Pronto se acaba el examen:
“El castigo del orgullo”
con actrices admirables;
luego “La Venta y la burra”
donde la burra al fin sale,
y con “La Venta del jaco”
los gitanos nos distraen.
Más tarde “Las hijas de Eva”,
de bellezas ejemplares,
y una zarzuela, por fin,
de ese bullicioso enjambre.
(Se siente el canto y alboroto de niñas que se van acercando).
Esa es la vida a torrentes
que Dios bendito nos trae,
cantos de Choza y Palacio
que vas un punto a escucharles.
(Aparece cantando el coro de niñas, que se aleja bulliciosamente).
Gaspar
Sin ese alegre gorjeo
¡qué tristeza nos invade!
Mas al rumor de esas risas
va la vida deslizándose,
como del limpio arroyuelo
los rumorosos cristales.
Paquita
¿Ya estás dispuesto, Gaspar?
Gaspar
Ya hemos charlado bastante:
Demos limosna a los pobres;
a trabajar, a ayudarles;
la caridad es bendita
y es muy rica, inagotable.
Paquita y Gaspar
(Paquita y Gaspar, cogidos de la mano, se dirigen al público):
La caridad es la fuente
de amor que nunca se agota,
y una limosna es la gota
que va haciendo la corriente;
dichosa el alma que siente
tal virtud, que ahoga las penas
así propias como ajenas.
Da una limosna a tu hermano,
que a quien da al pobre la mano
Dios da el bien a manos llenas.
(Cae el telón)

domingo, 21 de octubre de 2018

Teatro en verso: Una limosna (1)

La enorme afición por el teatro, del médico, periodista y poeta, Gaspar Fisac Orovio, le llevó a abarcar numerosas facetas: autor, actor, director de escena... No ha quedado apenas constancia de su legado en este campo si bien hemos conseguido acceder al texto completo manuscrito de una de sus obras que, con el título “Una limosna” lleva fecha del 25 de enero de 1914 pudiendo deducirse que fue aquella o bien la fecha en que se escribió o más probablemente la fecha en que se representó dicha obra.

Se trata de un diálogo entre dos amigos, el autor (que posiblemente también representó dicho papel puesto que así figura en el texto) y Paquita. Ambos se enfrentan al reto, como aficionados al teatro que son, de representar una obra para recaudar fondos que ayuden a sufragar el coste de las obras de remodelación y mejora del Asilo de ancianos. Paquita y Gaspar hablan en verso en el escenario de un teatro, simulando que este se encuentra vacío en espera de que allí se represente lo que ellos están ensayando y que, en realidad, es la representación en sí de esta obra de teatro corta o “juguete” escénico.

En el siguiente post ofrecemos en exclusiva este texto que había quedado olvidado para el público de nuestros días.

sábado, 20 de octubre de 2018

Niños actores: Un ensayo (y 2)

Y he aquí un fragmento de las quintillas interpretadas por una de las niñas actrices:

Hubo un mártir, San Vicente,
que antes de partir al cielo
mostró una mina en el suelo,
la herencia de un penitente:
Caridad, Paz y Consuelo.
Muchos seres la explotaron,
y con afán insaciable
la caridad prodigaron,
y paz y consuelo hallaron
en filón inagotable.
Y otras cien generaciones
de hermanas de caridad,
van prodigando esos dones
con indecible piedad
a cambio de bendiciones.
Caridad, sagrada fuente
de amor que en el pecho brota,
la herencia de San Vicente
que en España no se agota
mientras la mujer aliente.
Vedla, es joven y quizá
llora amargos desengaños;
tal vez huérfana será,
y el mundo le tenderá
las redes de sus engaños.
Oye el ruido de la orgía
y del inmundano bullicio,
mas no cae en el precipicio
donde rueda la alegría
abrazada con el vicio.
La lujosa vestidura
deja por tosco sayal,
y desprecia su hermosura,
recibiendo de la altura
otra belleza ideal.
Ella recoge al anciano,
al enfermo, al desvalido
que imploró socorro en vano...
¡y a todos tiende la mano,
y el hospital trueca en nido!
Nido de paz y de amor
do el ángel de caridad,
cobijando la orfandad,
cubre el lecho del dolor
con sus alas de piedad.
Y en la noche silenciosa,
el enfermo agonizante,
que en su vida licenciosa
sintió la muerte angustiosa,
abandonado y errante,
ahora la mira venir
lleno de plácida calma...
Ya no está solo al morir,
ya ve un ángel sonreír,
¡ya siente un cielo en el alma!
De rodillas, en el suelo;
no maldigas con enojos,
soy el ángel del consuelo,
levanta al cielo los ojos,
y bajará a tu alma el cielo.
Yo contigo he de rezar,
que en la lucha singular
que ahora sostiene tu ser...
¡te salvará la mujer
que te hace un punto llorar!

viernes, 19 de octubre de 2018

Niños actores: Un ensayo (1)

En la crónica sobre una velada teatral de enorme éxito en Daimiel, se reprodujeron algunos fragmentos de la pieza teatral “Un ensayo” escrita por Gaspar Fisac Orovio e interpretada por niños que hacían papeles de adulto, tal como se ha comentado ampliamente al respecto en el capítulo primero de este libro. De esta forma se han podido rescatar algunos versos y unirlos al resto de la obra poética que compone este quinto y último capítulo.

La función se celebró el 28 de agosto de 1885 pero no fue hasta el 8 de septiembre de 1885 cuando aparecieron la crónica y los versos publicados en el nº 6 del joven y  nuevo periódico bisemanal “El Eco de Daimiel”.

He aquí un fragmento de las redondillas que interpretaba uno de los niños actores:

Reposa un punto, viajero,
pobre médico, reposa:
¿Morirá el niño?... ¿mi esposa?...
No puedo esperar... ¿qué espero?
Si en esta senda infinita
que recorro sin cesar
solo podré descansar
si hallo otra vida bendita.
Se encorva el cuerpo perdiendo
su vigor y lozanía;
mi existencia es flor de un día
¡y pronto irá anocheciendo!
Que entre mis negros mechones
cuaja la nieve el destino,
como el polvo del camino
sobre campos de ilusiones.
Y vertiendo por igual
de la ciencia el rico fruto,
voy prestando mi tributo
del palacio al hospital.
Contra la muerte en batalla
les presento el cuerpo mío,
ya a la nieve, ya al estío,
ya al incendio, o la metralla.
Y en los mares y en el llano,
y en la ciudad y en la aldea,
no encuentro ser que no sea,
puesto que sufre, mi hermano.
Solo escucho en derredor
el gemido del doliente,
y una arruga hace en mi frente
cada grito de dolor.
Ni en el lecho al arrojarme
gozo el sueño apetecido,
ni en el hogar, al olvido
del mundo, puedo entregarme.
Que a menudo en noche umbría
y entre lluvias torrenciales,
corro a escuchar entre males
estertores de agonía.
Un enfermo agonizando,
y una mujer junto al lecho,
el rostro en llanto deshecho,
mis respuestas anhelando;
y si por dicha a la vida
va volviendo el triste ser
de aquella pobre mujer,
toda el alma agradecida.
Mas tal cuadro alguna vez
nubla con llanto mis ojos,
que solo miran despojos
de amarilla palidez...
De la ciencia sacerdote,
hoy solo puedo rezar,
que he importado ya a mi hogar
de la epidemia el azote.
Me hace impotente... y me hiere...
¡y a mi esposa, que es tan buena!
Yo el contagio... yo... ¡qué pena!
¡Hijo querido... se muere!...
O fuerzas para luchar,
o un rayo para morir,
que yo no puedo vivir
viendo la muerte en mi hogar.

jueves, 18 de octubre de 2018

Santa Teresa (y 4): Joyas nupciales. Camino de perfección III

Desde el valle delicioso
donde Malagón se asienta
se divisa la llanura
en donde Daimiel se encuentra:
Háyase en él un Convento
de Carmelitas profesas,
nuevo nido de palomas
de la dulce mensajera
que en Daimiel posó su vuelo
y a donde acuden aquellas.
Y de Daimiel otro timbre
es la casa solariega
donde es fama está la sala
en que se hospedó Teresa.
Ni del tiempo las andanzas,
ni los cambios de viviendas
han logrado destruir
el lugar que se venera
como reliquia preciada
de felicísima fecha;
nadie ha osado variarla,
nadie derribarla intenta,
ella sola vive en medio
de otras salas opulentas...
¿Es milagro? Ya lo veis,
es milagro de pobreza.
Ya que el nombre de la Santa
en los conventos se ostenta
y el pueblo se asocia al júbilo
que hoy embarga a España entera,
que a la vía del progreso
afluya la estrecha senda
—por donde el pueblo camina,—
llevando las manos llenas
de obras de celo por Cristo,
de santidad y pobreza
que son las Joyas nupciales.
de Jesús y de Teresa.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Santa Teresa (3): Joyas nupciales. Camino de perfección II

Algunos años después,
dama de grande nobleza
va acompañando a una monja
por su dilatada hacienda;
que es su feudo el señorío
de Malagón, y sus tierras
son las fértiles campiñas
que aguas cristalinas riegan.
Va la dama alborozada
admirando la belleza
del paisaje, y entre tanto,
la monja suspira y reza...
y queda estática al fin
ante la visión más bella,
ante su esposo, Jesús,
que quiere con su presencia
santificar el lugar
donde la monja lo encuentra.
Doña Luisa era la dama;
la monja, sabéis quién era,
y el lugar de la visión
tan celestial, tan excelsa.
Fue desde entonces Sagrario
donde prisionero queda
en las redes de amor místico
amor de divina esencia.
Fue el Carmelo reformado
por su santa mensajera,
fue un convento, al que acudieron
como palomas sedientas
para abrevarse en las aguas
de la virginal pureza
las aves del palomar
que cuida Santa Teresa.
Guárdanse allí objetos suyos
como inestimables prendas
y aún florece el albo almendro
que fue plantado por ella.
Como en su sitio subsiste
el asiento que eligiera
para dirigir las obras
del Convento, la gran piedra
que cual símbolo perpetuo
de la Piedra de la Iglesia,
en el correr de los tiempos
pregona siempre firmeza.
En esa piedra desnuda
la desnudez se recuerda
del Rey de reyes, Jesús.
¡Bendita quien dio por ella
los rubíes, los diamantes
y las sartas de sus perlas!
¡Y bendita la doctora
que alegró aquella existencia
con fulgores de sus ojos,
con cantares de su lengua!
¡Resplandor de Santidad
que ya ilumina una senda!
¡Camino de perfección
donde va dejando huellas,
en los conventos y libros
que ella alzara y escribiera!
Por eso al honrar su nombre
los pueblos de gozo tiemblan
pensando que se abre el cielo
y los bendice Teresa
en las obras de las artes
y en las artes de las letras.

martes, 16 de octubre de 2018

Santa Teresa (2): Joyas nupciales. Camino de perfección I

Fue Gaspar de Salazar
—admirador de Teresa—
quien mostró a una peregrina
que desde Roma volviera
hasta Granada, el lugar
donde se encontraba aquella:
El lugar era Toledo
y su mansión allí era
de los de Medinaceli
la señorial residencia.
Hallábase consolando
en la más triste dolencia
—en la aflicción del espíritu—
a la señora más buena,
a la hermosa hija del Duque
tan desgraciada cual bella,
que de su esposo y sus hijos
lloraba la eterna ausencia.
Y María de Jesús
díjole a la de Cepeda
que en la Orden primitiva
del Carmelo, la pobreza
absoluta se observaba
cual si fuese la indigencia
puesto que no admitió bienes
que de limosna no fueran.
Lo mismo pensó la Santa
para reformar su Regla,
inspirándose en la Cruz
donde a su esposo contempla
en la mayor desnudez
y en la más grande miseria.

Marchóse la peregrina,
y quedó la Santa nuestra
en la señorial mansión
de los Duques que la hospedan,
donde realiza prodigios
que cual milagros se cuentan...
De su director, Fray Pedro
de Alcántara, llegan letras
en las que aquél varón santo
a la Reforma aconseja
una pobreza absoluta
como el Evangelio enseña...
“Que Él que nos dio su alto ejemplo
consejo también nos diera”.
Oyó la inspirada carta
Doña Luisa de la Cerda,
muy consolada en su llanto
y aliviada en su dolencia
a tal punto que aquél día
se holgó de olvidar sus penas
mostrando a su casta amiga
sus riquísimas preseas.
Reclinándose a su lado,
solazándose con ella
al ver los rayos del sol
quebrarse entre las facetas
de los diamantes y oír
con el choque de las piedras
que de un cofrecito saca,
el ruido que hacen las perlas
al desgranarse el collar
que entre sus dedos se enreda.
Ambas contemplan la carta,
ambas las joyas contemplan,
y ambas levantan los ojos
y sus miradas se encuentran
despidiendo unos fulgores
que pueden fundir las piedras.
¡Resplandor de santidad
que va a iluminar su senda!
¡Camino de perfección
donde va a dejar sus huellas!