jueves, 18 de octubre de 2018

Santa Teresa (y 4): Joyas nupciales. Camino de perfección III

Desde el valle delicioso
donde Malagón se asienta
se divisa la llanura
en donde Daimiel se encuentra:
Háyase en él un Convento
de Carmelitas profesas,
nuevo nido de palomas
de la dulce mensajera
que en Daimiel posó su vuelo
y a donde acuden aquellas.
Y de Daimiel otro timbre
es la casa solariega
donde es fama está la sala
en que se hospedó Teresa.
Ni del tiempo las andanzas,
ni los cambios de viviendas
han logrado destruir
el lugar que se venera
como reliquia preciada
de felicísima fecha;
nadie ha osado variarla,
nadie derribarla intenta,
ella sola vive en medio
de otras salas opulentas...
¿Es milagro? Ya lo veis,
es milagro de pobreza.
Ya que el nombre de la Santa
en los conventos se ostenta
y el pueblo se asocia al júbilo
que hoy embarga a España entera,
que a la vía del progreso
afluya la estrecha senda
—por donde el pueblo camina,—
llevando las manos llenas
de obras de celo por Cristo,
de santidad y pobreza
que son las Joyas nupciales.
de Jesús y de Teresa.

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