sábado, 30 de abril de 2022

La gran evasión

No me refiero a esta famosa película sino a otra "gran evasión", la que yo mismo protagonicé mucho antes de haber visto este film... Así es la historia:

Algunos alumnos, sobre todo los malos estudiantes, alguna vez se han escapado del colegio, una deserción que popularmente se conocía como “hacer pellas” o “hacer novillos”. Sin embargo la historia que voy a contar a continuación es diferente porque las “pellas” o “novillos” que hizo ese alumno (en este caso yo) fueron hace muchos años… cuando tan solo contaba con cuatro años de edad. Así sucedió…
 
Nunca me gustó ir al colegio y esa aversión era congénita porque a la tierna edad de tres o cuatro años ya mostraba mi disgusto por tener que ir al colegio. Por entonces yo vivía en Daimiel, un pueblo de unos 18.000 habitantes y el colegio al que me llevaron estaba situado en la misma calle donde vivía, aunque a varias manzanas de distancia, lo que exigía un buen paseo, sobre todo para un niño tan pequeño.
 
Un día, harto ya del colegio, aproveché la hora del recreo y sigilosamente me escabullí, me dirigí a la puerta y me marché. Sin embargo ¿qué pasaría por la mente de un niño de cuatro años? Al verme allí solo, en la calle, comencé a caminar… en dirección a mi casa. Sin duda, por mi mente, sólo pasaba el deseo de llegar a casa y ponerme a jugar con mis juguetes. ¡Cuál no sería la sorpresa de mi madre cuando me vio llegar solo a media mañana! “¿Pero qué haces aquí?” me dijo. Y como sólo tenía cuatro años no supe inventarme ningún pretexto, así que mi madre me cogió de la mano y me llevó otra vez al colegio. Así de frustrante fue mi primer intento de escapada.


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viernes, 29 de abril de 2022

La industria farmacéutica por dentro

“La industria farmacéutica por dentro” es una novela autobiográfica a través de la cual el autor nos invita a conocer el mundo de los laboratorios farmacéuticos, y lo hace guiándonos a través de su experiencia real en este mundo de una forma didáctica y llena de opiniones, vivencias reales y anécdotas personales. Es como una visita guiada al interior de los laboratorios farmacéuticos para conocer de verdad cómo son, cómo actúan, qué es lo que se esconde tras esa permanente barrera de silencio e incomunicación frente a la sociedad. Pocos sectores hay que se comuniquen tan poco con el exterior y sean tan desconocidos para el gran público; pocos sectores hay que respondan con el silencio a los ataques y a la continua demagogia que los pinta siempre como “los malos de la película”.
 
Los laboratorios farmacéuticos comercian con un bien tan preciado como la salud y por eso están siempre en el centro de la diana a la hora de recibir todo tipo de ataques. Pero ¿no comercian con la salud las empresas de alimentación –por poner solo un ejemplo- y gozan sin embargo de mucha mejor imagen?
 
El gran problema de los laboratorios farmacéuticos es su silencio. Prácticamente dependen de un único cliente (la Sanidad Pública) y eso condiciona mucho, sobre todo cuando ese cliente (el Gobierno) es quien hace las leyes y fija los precios y condiciones del mercado. Y sin embargo su trabajo de promoción deben dirigirlo a unos intermediarios que son los médicos, la mayor parte de ellos asalariados de ese único cliente (los médicos de la Sanidad Pública).
 
Es un mercado de una competencia feroz entre más de 200 laboratorios. Es una carrera contra reloj para poder tener unos pocos años de exclusividad en el mercado antes que otros laboratorios puedan copiar inmunemente y comercializar a bajo precio los productos de éxito. Es un negocio de alto riesgo donde se precisan cientos de millones para descubrir un nuevo producto y cuando al fin se descubre, nunca está garantizado el éxito. Es un mercado de gloria y de fracasos, gloria cuando uno de los fármacos descubiertos logra salvar miles de vidas, fracasos cuando un efecto secundario inesperado obliga a retirarlo del mercado o incluso llega a causar la muerte de algunos pacientes. El cielo y el infierno. Pero los laboratorios farmacéuticos no son ni ángeles ni demonios. Ni son los demonios que nos pintan en los artículos de prensa ni son los ángeles que vienen a solucionar todos nuestros problemas de salud.
 
Exceptuando a las personas que han trabajado en la industria farmacéutica a quienes les resultará familiar esta historia, aunque se verán sorprendidos por multitud de anécdotas y detalles que les habían pasado desapercibidos, el resto de la población ha sido permanentemente desinformada acerca de todo lo que ocurre dentro de estas empresas. Ahora, gracias a “La industria farmacéutica por dentro” el lector va a adentrarse en este mundo de la mano de un profesional de la comunicación que desarrolló casi toda su trayectoria profesional en este mundo.
 
Cada capítulo nos muestra en detalle alguna parte del entramado interno de este mundo y de forma imperceptible la historia va avanzando mientras acompañamos al autor a lo largo de la primera etapa de su recorrido profesional en este sector, mientras se hacen permanentes comparaciones y referencias al momento actual, demostrándose –para sorpresa del lector- que las cosas apenas han cambiado con el paso de los años. Pero en cualquier caso, el autor ha tenido que esperar a estar jubilado para poder contarlo. De haberlo hecho antes, habría echado por tierra su futuro profesional porque hay cosas que alguien que esté en activo en la industria farmacéutica no puede contar salvo que quiera que no lo vuelvan a contratar.
 
Con esta libertad y con esta sinceridad, se invita al lector a un viaje que muestra la realidad oculta del mundo de los laboratorios farmacéuticos.
 

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viernes, 22 de abril de 2022

La edad de oro de la industria farmacéutica

El presente libro tiene una doble lectura. Por una parte asistimos a una clase magistral sobre la industria farmacéutica a cargo de uno de los dirigentes más destacados en la historia de la esta industria, Sir Tom McKillop. Para todos ellos que quieran conocer mejor cómo es el mundo de los laboratorios farmacéuticos, cuáles son sus retos y dificultades, qué impacto tienen estas empresas en el mundo tanto a nivel económico como a nivel de salud, cuáles son sus interioridades… este es un libro ideal porque quien habla es un dirigente que comenzó una larga carrera, primero como químico de base, para seguir ascendiendo hasta ser el máximo responsable del tercer laboratorio más grande del mundo, presidente también de la patronal de la industria farmacéutica europea (EFPIA) y asesor del Gobierno británico, entre otros muchos cargos. Y sus palabras las leeremos tal como las pronunció (traducidas en este caso al español) ante los periodistas, por lo que su lenguaje estaba adaptado a ellos para que todos los lectores pudiéramos entenderlas, sin necesidad de tecnicismos científicos.
 
Por otra parte, este libro –a través de los diálogos con este experto- nos permite conocer la historia de un laboratorio farmacéutico, AstraZéneca (ahora tan popular por su vacuna contra el COVID-19), en una época muy concreta, los años que van de 1998 a 2005, que pueden considerarse como la “edad de oro de la industria farmacéutica” no sólo por su despegar económico e investigador, sino también por la ventana que se abrió entonces (después volvió a cerrarse) a la transparencia informativa, con una importante apertura a los medios de comunicación para trasladarles información y atender sus preguntas, por muy comprometedoras que fueran.
 
McKillop demostró (se puede comprobar en sus diálogos) cómo nunca esquivó las preguntas difíciles, antes bien, las respondió con claridad y con una sonrisa (aunque esto último, la sonrisa, no puedan transmitirlo fielmente al lector unas letras impresas). Apostó desde el principio por la comunicación, por la transparencia informativa, por la investigación y la creatividad… y por el valor humano.
 
A nivel empresarial rompió muchos moldes, al asegurar que “el principal activo de una compañía son sus empleados” y no dejar que esta frase tan bonita fuese solo eso, una frase. Lo llevó a la práctica, recompensando a sus empleados con los salarios dentro del nivel más alto del sector, con incentivos adicionales por los logros conseguidos, con reconocimientos personales, y con algo tan insólito como animar a los empleados a que tomasen iniciativas y asumiesen riesgos sin temor a recibir represalias si fracasaban, les animó a ser ágiles, a vencer la burocracia y no tener que andar todo el tiempo pidiendo permiso a los superiores para hacer cosas. Él, que era químico y había dedicado una buena parte de su vida a la investigación, sabía muy bien la importancia de la innovación y animaba a todos  a ser innovadores, a adelantarse a los acontecimientos con ideas y proyectos rompedores.
 
Se incorporó en 1969 al grupo multinacional británico de la química Imperial Chemical Industries (ICI) del que nacería después Zéneca y más tarde AstraZéneca. Tras su etapa como químico investigador, dirigió Zeneca Pharmaceuticals y cuando se anunció la fusión con Astra, pasó a dirigir este nuevo grupo internacional de biociencia, el tercero mayor del mundo en aquél momento. Yo me incorporé al grupo ICI en España en el año 1983, concretamente en su división de agroquímicos, pero mis habilidades no estaban en la química ni en la dirección sino en la comunicación de la que me responsabilicé en la filial española. En 1993 pasé a la división farmacéutica y fue allí, a los pocos meses, cuando mantuve mi primer contacto con McKillop durante una visita con periodistas a los laboratorios de la compañía en Alderley Park (Reino Unido). Desde aquél momento fueron numerosos los encuentros que mantuve con él, organizándole ruedas de prensa o entrevistas individuales cuando viajaba a España, o llevándole periodistas españoles para que asistieran a las ruedas de prensa internacionales tras las cuales siempre estaba disponible para ser entrevistado y para compartir momentos de relax con todos los periodistas.
 
A través de este libro conoceremos también algunos delos retos más difíciles que tuvo que afrontar. El primero, sin duda, hacer encajar las dos compañías que se fusionaban como una mano en su guante, de tal forma que –a diferencia de otras fusiones que siempre llevan consigo el despido de muchos empleados- en esta fusión lo que se hizo fue contratar más empleados y, aunque algunos de los que había no siguieron en el nuevo proyecto, salieron de él con las mejores condiciones dadas jamás en la industria farmacéutica.
 
También fue difícil la decisión de desprenderse de las divisiones de agroquímicos y especialidades químicas para convertir AstraZéneca en una compañía exclusivamente farmacéutica y centrada de lleno en la investigación y desarrollo  de medicamentos de prescripción claramente innovadores. Y no podemos olvidar que la investigación farmacéutica no sólo tiene un altísimo coste económico sino también un altísimo riesgo. Si ya es difícil descubrir un medicamento que sea mejor que lo ya existente y que sea además bien tolerado, no con eso está todo logrado: lanzar un producto innovador al mercado no es garantía de éxito porque entran en juego numerosos factores, desde los de la más feroz competencia con otros laboratorios hasta los derivados del cortoplacismo de los gobiernos y las numerosas trabas que ponen freno a las compañías investigadoras.
 
Y se enfrentó también al difícil momento en que los grandes productos que sustentaban con sus ventas ambas compañías, al poco tiempo de la fusión perderían sus derechos de exclusividad de patente, lo que daría paso a la irrupción de genéricos que, al no tener que soportar los gastos de la investigación, pueden poner a sus copias un precio mucho más bajo. Si la nueva compañía quería sobrevivir, tenía que sustituirlos por otros nuevos que pudiesen alcanzar el mismo o mayor éxito… y ya hemos dicho que la investigación en la industria farmacéutica es una apuesta de alto riesgo.
 
De todo esto nos habla Sir Tom McKillop en este libro, en un lenguaje directo y claro, tal como se manifestaba él cuando estaba con nosotros los periodistas, porque amaba la comunicación y la transparencia informativa, y porque a pesar de su alto status siempre se comportó como una persona amable, cercana y accesible.
 
Conoceremos también un poco de sus orígenes y un poco de sus últimos años tras su salida de AstraZéneca, que llevó aparejado un estrepitoso fracaso en el mundo de la banca pero también un regreso feliz, finalmente, a la industria farmacéutica y en este caso concreto, a la industria farmacéutica española.


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viernes, 15 de abril de 2022

La Comunicación en Medicina

Cuando dos personas se comunican y una de ellas transmite a la otra una información determinada, lo más importante no está en el contenido de dicha información, ni en la forma en que se transmite, ni en el momento que se elige para ello, ni en las características concretas del emisor de esa información o de su receptor... lo verdaderamente importante en este proceso está en la interpretación que el receptor hace de aquello que se le envía. ¡Cuántas veces se envía un mensaje concreto y los receptores del mismo lo interpretan de manera distinta a como deseaban sus emisores! Ejemplos de esto se ven a diario y ponen de manifiesto la importancia de una buena Comunicación (con “C” mayúscula) que debe poner -para ser “buena”- su acento en el receptor de la información, no en nosotros mismos ni en nuestros propios intereses.
 
A la hora de intentar comunicar, cuanto más empeño pongamos en conocer a nuestro destinatario para hacerle llegar aquello que a él le interesa (en vez de pensar sólo en nosotros y  en lo que a nosotros nos interesa) más probabilidades tendremos de éxito.
 
La experiencia acumulada a lo largo de más de 40 años dedicados al mundo de la Comunicación y de la Salud da para mucho, pero sobre todo para tener algunas ideas claras sobre cómo debe ser la buena Comunicación. Y si la experiencia es el camino más ameno para aprender ¿por qué no utilizarla también para enseñar de una forma entretenida?
 
Los médicos deben comunicar constantemente, no solo con sus pacientes sino con el mundo profesional de la Medicina y con los intermediarios permanentes que son los periodistas. De igual forma, quienes trabajan en laboratorios farmacéuticos, asociaciones de pacientes, sociedades científicas, agencias de comunicación especializadas, organizaciones del mundo de la farmacia y de la medicina, etc., deben comunicarse con diferentes audiencias y deben saber, para ello, cuáles son los resortes básicos que permiten alcanzar el éxito en este campo.
 
El presente libro nos dará una visión general de cómo es y cómo debería ser la comunicación en el sector salud y el papel crucial de los periodistas y los medios de comunicación; además nos ofrecerá unas directrices generales sobre los principales procesos y procedimientos que se deben seguir en un Departamento de Prensa de cualquier empresa u organización.
 
Esperamos que “La Comunicación en Medicina” sea de utilidad práctica para todos los que trabajan en el ámbito de la salud o simplemente quieren conocer más sobre la Comunicación en este campo.
 
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viernes, 8 de abril de 2022

La Comunicación en la industria farmacéutica

A veces se preguntan en las organizaciones qué es lo que deben hacer para “tener” noticias, ya que desean aparecer en los medios con frecuencia pero no creen que el número de noticias que puedan producir sea lo suficientemente importante. En este sentido hay que recordar, primero, que la misión de los responsables de Comunicación de una organización cualquiera no es el de buscar “noticias” sino buscar “informaciones”. De esas informaciones, tomadas como materia prima, es donde un responsable de Comunicación debe construir una noticia. En segundo lugar, siempre hay motivos para construir una noticia; no sólo es necesario que “pase” algo, sino que una noticia puede surgir como resultado de múltiples factores. 

Como dice el autor, “nada hay más fácil ni acerca más a la opinión pública, que la imagen y la voz de ese alto directivo atendiendo a los periodistas e informando a través de ellos de los asuntos de interés público y/o empresarial en los que pueda estar inmersa la citada empresa” y sin embargo “el mundo de la industria farmacéutica –salvo honrosas excepciones- ha sido tradicionalmente un mundo sin rostro”. 

Los laboratorios farmacéuticos (salvo contadas excepciones como la vivida por el autor) han sido empresas “mudas”, temerosas de trasladar a los medios sus actividades, sus posicionamientos... y cuando lo han hecho ha sido casi siempre bajo el dictado de Marketing con lo que teñían de publicidad lo que debía ser pura información periodística. 

Para entender ese mundo de la comunicación en la industria farmacéutica, nada mejor que repasar con mirada crítica algunos de los aspectos más controvertidos de la misma, cosas que deben hacerse y casi nunca se hacen, planteamientos lógicos que ilógicamente no se ponen en práctica... 

A través de 139 artículos periodísticos publicados por el autor, se habla de forma clara y sin necesidad de ser “políticamente correcto” de cómo es y cómo debe ser la Comunicación en la industria farmacéutica. Los artículos se han agrupado en cinco bloques distintos, en función de su orientación. El primero dedicado especialmente a los “Directores de Comunicación” (DIRCOMs en la jerga habitual); el segundo a la “Transparencia”, algo que brilla por su ausencia en la industria farmacéutica; el tercero al “Negocio”, porque los laboratorios farmacéuticos no son ONGs sino empresas comerciales, y así deberían entenderlo ciudadanos y gestores; el cuarto a los “Recursos Humanos” (RRHH) porque también en este sector se ha demostrado que la motivación y la confianza en los empleados dan mejores resultados que la fiscalización y el miedo a perder el puesto de trabajo; el quinto a los “Médicos”, ya que en definitiva son muchos los médicos que trabajan en esta industria y muchos más los que colaboran con ella, y a ellos va dirigida la Comunicación que hacen los laboratorios, aunque también va dirigida a farmacéuticos, profesionales de enfermería y resto de profesionales sanitarios; y en sexto lugar “Periodismo” porque los periodistas son los intermediarios entre la información que generan los laboratorios farmacéuticos y sus destinatarios finales que son el público general y que son en definitiva los pacientes que esperan mejorar la salud con esos medicamentos. 

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viernes, 1 de abril de 2022

La Biblia de Falcon Crest

En el presente libro voy a repasar la historia de Falcon Crest. Pero no lo voy a hacer de una forma cualquiera o superficial, sino leyendo entre líneas para revelar a los lectores el mensaje oculto que los guionistas de esta serie pusieron allí, no sé si de forma consciente o inconsciente; el caso es que Falcon Crest merece una segunda lectura que sin duda nos descubrirá un mensaje mucho más profundo y trascendente del que la banalidad de la serie nos pudiera dar a entender.
 
Cuando viajo por Europa siempre encuentro en la mesilla de noche de las habitaciones de los hoteles un ejemplar de la Biblia para que los huéspedes de esa noche puedan leer algunos párrafos antes de irse a dormir. Yo propondría a partir de ahora que también incluyesen un libro con muchas de las frases pronunciadas en Falcon Crest porque ellas nos transmiten ese mismo mensaje. Los hermosos viñedos de Falcon Crest serían el equivalente al paraíso y los personajes que pululan por la serie seríamos nosotros, con nuestras miserias y nuestras ambiciones. A través de ellos, y de frases que esconden una segunda lectura, podemos reflexionar sobre lo que es nuestra existencia, nuestra misión en este mundo, nuestra vida de relación con los demás...
 
Os invito, pues, a una lectura pausada de este peculiar libro que he titulado “La Biblia de Falcon Crest”, en donde se irá intercalando la historia narrada en esta serie junto con reflexiones sobre las frases más significativas que se pusieron en boca de sus protagonistas. Para orientar mejor al lector, por si alguna vez tuviese la oportunidad de visionar de nuevo esta serie, indico al final de cada frase extraída de dicha serie el número de la temporada y del episodio en que fue pronunciada. Así, por ejemplo, si tras la frase aparece (2x12) quiere decirse que esa frase se pronunció en el episodio 12 de la segunda temporada.
 
No pretendo tampoco hacer un relato completo y exhaustivo de la serie ni de todos sus personajes, sólo he recogido los más significativos; y de hecho he considerado suficiente analizar las tres primeras temporadas y la última para conocer qué es lo que se esconde tras esta mítica serie. En realidad la serie tenía tanta acción, tantos personajes y tantos acontecimientos que, un libro que diese fe de todo lo sucedido en las nueve temporadas, necesitaría miles de páginas para reflejarlo.
 
Todo comenzó cuando en un segundo visionado de la serie me llamó la atención una frase pronunciada por el principal personaje, Ángela Channing: “La verdad sólo es un punto de vista”. Poco después me llamaron la atención otras frases lapidarias, impactantes, de esas que te hacen pensar... Intuí que quizás no estaban colocadas allí por casualidad sino de forma intencionada. De cualquier forma, aunque haya sido de forma inconsciente, sin quererlo, lo cierto es que los guionistas nos han transmitido un mensaje trascendente transformando esta serie en algo que debe perdurar como perdura la tierra tras nuestro insignificante paso por ella.
 
Este insólito viaje está a punto de comenzar. ¿Te atreves a seguirlo?
 
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