Un manuscrito al alcance de todos

Para inaugurar esta “Biblioteca Fisac” de la era digital voy a remontarme al año 1794. Está claro que yo nací mucho después, pero un manuscrito fechado en tal año llegó un buen día a mis manos. Lo descubrí revisando la biblioteca heredada de mis antepasados; sus hojas eran de un papel apergaminado, ya amarillento por el transcurso del tiempo, y estaba cosido a mano por el lomo. Se veía que estaba escrito a mano y parecía haberlo sido mediante pluma antigua de ave, de esas que se metían en el tintero y no eran capaces de dar la misma intensidad a todas las letras pues la misma se iba clareando según avanzaba. Sin embargo, todo hay que decirlo, la caligrafía era excelente y cuidada al máximo, de tal forma que se entendía cuanto allí estaba escrito. La tinta, quién sabe si por el paso del tiempo o porque realmente era así, tenía un color sepia, en un tono oscuro que afortunadamente le hacía contrastar sobre el papel y no impedía la lectura.

 

Me fui entonces a la primera hoja, nada más abrir la solapa. Pude comprobar para sorpresa mía que, según se indicaba, había sido escrito por un tal Wenceslao de Argumosa (al final de este post indico el enlace con su biografía) en el año 1.794. Tenía entre mis manos una auténtica antigüedad, así que me dispuse a leerla con detenimiento para comprobar de qué iba aquello.
 
Se trataba de unos versos que traducían, al castellano de aquella época, otros versos más antiguos, los cuales relataban una historia de amor, de honor, de lucha, de amistad... en la Grecia clásica, y citaba personajes que –como pude comprobar después- habían existido, o al menos así se reflejaba en los libros de Historia.
 
Y pasaron los años, muchos años; tantos que me llegó la hora de la jubilación. Pero el viejo manuscrito seguía todavía junto a mi lado, descansando el sueño de sus palabras dormidas en un rincón de mi librería, esperando, quién sabe cuándo, cómo ni por qué, una chispa de emoción, un impulso repentino que le devolviese la vida y le hiciese esparcir con el viento su secreto olvidado.

Suficientemente intrigado con aquél descubrimiento y las palabras de su autor que tantos años después me llegaban, me dispuse a leerlo. Descubrí una historia llena de emoción, de sensibilidad, de acontecimientos sorprendentes, de acción, de aventura, de nobles sentimientos... la verdad es que disfruté muchísimo con su lectura y me dije –todavía era un joven muchacho en aquella época- que quizás algún día le tomase la palabra a tal autor y me atreviese a seguir su empresa y si no a mejorarle, al menos a dar continuidad o quién sabe qué posterior utilidad a su obra para que esta no se perdiese allí, ignorada en mi modesta librería, ajena a los ojos de otros lectores que hubieran disfrutado –igual que yo lo hice aquella tarde- con su lectura.

Pero ¿quién va a querer leer una historia a través de tales versos, en un castellano que hace mucho dejó de utilizarse y que hoy nos parece plagado de faltas de ortografía? Y sin embargo la historia que contaban esos versos tenía el interés y el empaque suficiente como para afrontar nuevas empresas. Fue así como decidí contar dicha historia a mi manera, como si de una novela de amor y de aventuras se tratara. El resultado final ha sido mi novela, “La Olimpiada” (disponible en Amazon). Cumplo así una deuda con Wenceslao de Argumosa para rescatar del olvido aquél trabajo primero y traer a la memoria en forma de novela una historia de amor, aventura, amistad y honor que –ambientada en la Grecia clásica- nos hará pasar unos momentos de lectura inolvidable.

 
Pero también he querido poner a disposición del público el manuscrito original, por lo que he escaneado todas sus páginas para que puedas verlas en este enlace:
https://wenceslaodeargumosa.blogspot.com/
 
La biografía de Wenceslao de Argumosa puedes leerla en este otro enlace:
https://wenceslaodeargumosa.blogspot.com/2013/04/quien-era-wenceslao-de-argumosa.html

Novela "La Olimpiada", de Vicente Fisac: https://amzn.to/3cDkAS7

“Biblioteca Fisac”: https://amzn.to/3sOO1Yq

Esta será la “Biblioteca Fisac”

El 3 de marzo de 2008 me dio por inaugurar este blog al que llamé “Palabras inefables”. Si buscas en el diccionario “inefable” verás que viene del latín “ineffabilis” que quiere decir “indecible” y que según la RAE es algo “que no se puede explicar con palabras”. Así que tuve que aclararlo en ese primer post diciendo: “Pues mira tú por dónde, voy y le llamo a esta web ‘Palabras inefables’, es decir, palabras que no se pueden explicar con palabras. Menuda paradoja ¿no? Ciertamente la vida en sí es una paradoja: llamamos vida a ese pequeño lapso de tiempo que estamos aquí y llamamos muerte al resto de nuestra vida”.
 
En todo este tiempo ha publicado más de 3.200 post y he recibido más de 454.000 visitas. A veces la frecuencia ha sido diaria, otras veces irregular y en otras se alternaban los periodos de mucha actividad con periodos de descanso. Pero no es que descansase, es que a lo largo de este tiempo he ido poniendo en marcha otros blogs y, entre ellos, el de mayor éxito: “AZprensa”. Este último sí que lo mantengo vivo a diario.
 
Y como ese blog “AZprensa” lo dedico a ejercer de periodista independiente (no dependo de nadie ni gano dinero con el blog) puedo escribir lo que quiero sin tener que rendir cuentas a nadie, algo que ningún periodista que viva del periodismo puede hacer. Ejerzo ahí el más puro y genuino “periodismo personal e independiente” y lo hago por el simple hecho del amor a esta profesión que he ejercido durante la mayor y mejor parte de mi vida profesional.
 
Ahora, después de todo este tiempo, voy a dar un giro a este blog que hasta ahora se llamaba “Palabras inefables” y que a partir de ahora se centrará en la Literatura y pasará a llamarse “Biblioteca Fisac” aunque, eso sí, mantendrá como subtítulo aquello de “Palabras inefables” porque siempre me he considerado un escritor muy sui generis.
 
En principio lo actualizaré semanalmente y espero que os guste. De todas formas, quiero aclarar que todo lo que he escrito hasta la fecha aquí sigue estando disponible para cualquier consulta, tanto a través del buscador (arriba a la izquierda) como por el índice (lateral derecho en la versión web).
 
“AZprensa”: https://azpressnews.blogspot.com
 “Biblioteca Fisac”: https://amzn.to/3sOO1Yq

Una biblioteca muy peculiar

Mañana 25 de junio le cambiaré el nombre a este blog, el cual pasará a llamarse “Biblioteca Fisac”. En el mismo hablaré de libros, de los míos y de algunos otros, compartiré escritos poco conocidos, otros inéditos, y otros de reciente creación que serán estrenados aquí. Pero, tranquilos, que nada de todo lo que he escrito hasta ahora en este blog bajo el nombre de “Palabras inefables” desaparecerá; todo puede consultarse a través del buscador que aparece arriba a la izquierda o bien a través del índice que aparece (en la versión web) en la barra lateral derecha.
 
Algunos pensarán que es raro cambiar el nombre y empezar una nueva etapa en una fecha como el 25 de junio. ¿Qué tiene de especial esa fecha? ¿Tiene algún significado especial? Para mí sí; ese día, el 25 de junio, pero de un año ya muy lejano (1957), hice la Primera Comunión.
 
Desde entonces he ido creciendo primero y decreciendo después, he ido aprendiendo cosas nuevas y dudando después de todas ellas. Creo que todo queda perfectamente reflejado en este “Manifiesto”: https://palabrasinefables.blogspot.com/2020/09/yo-no-soy-como-tu.html
 
Pero a lo que vamos: despidamos con un entrañable abrazo a “Palabras inefables” y demos la bienvenida a “Biblioteca Fisac”. En cualquier caso, los dos van a seguir vivos y a disposición de los lectores mientras esta plataforma de Internet siga existiendo. ¡Ah! Y además, mientras Amazon siga existiendo, todos mis libros (tanto en edición digital como en edición impresa) estarán ahí a vuestro alcance por si la curiosidad puede más que la modorra.
 
“Biblioteca Fisac”: https://amzn.to/3sOO1Yq

Esta te escribo...

De niño me llamaron la atención estos versos: “Puesto ya el pie en el estribo, gran Señor, esta te escribo…”
Lo recuerdo porque ahora ya tengo el pie en el estribo (ningún cuerpo es inmortal) y es de buena educación –sobre todo para un escritor- escribir unas líneas de despedida. En mi caso, dos blogs (“AZprensa” y “Palabras inefables”) en donde puede consultarse todo lo que he escrito en los últimos años, y más de 30 libros publicados (disponibles tanto en edición digital como en edición impresa) en Amazon.
 
Si quieres, puedes echarle un vistazo en este enlace: https://amzn.to/3sOO1Yq
 
Además, y mientras pueda, iré dejando en este blog (al que a partir de ahora llamo “Biblioteca Fisac”) una semblanza de mis escritos…

¿Eres ingenioso?

Mucha gente se cree muy ingeniosa. ¿Y tú? ¿También te crees a ti mismo ingenioso? Pues hay una forma muy sencilla de comprobarlo. Lo dice bien claro esta frase:
 
“La brevedad es el alma del ingenio”.
 
Punto.

Y final.

Rodéate de quien te deje ser tú mismo

Ya hemos comentado lo importante que es “ser tú mismo”. Vamos a dar ahora un paso más y explicar qué debes hacer para que te sea más fácil “ser tú mismo”. 

Nos lo explica así Bill Murray, diciendo que un camino fácil de conseguirlo es rodearse de personas con mentalidad libre y abierta, porque “con ellos puedes hacer el tonto sin sentirte mal, y además tendrás la sensación de que hay algo más, de que si observas bien, descubrirás más cosas”. 

Continuará...

Ser tú es una buena sensación

No te importe ser como eres, antes al contrario, siéntete orgulloso de ser como eres y sé consciente que nadie más puede igualarte porque eres único. Fíjate en esta frase que me llamó poderosamente la atención: 

“Ser tú es una buena sensación; porque eso es lo único que eres… y sólo hay una persona que seas tú. Tú eres el único que eres tú. A veces nos confundimos e intentamos, o intento, creo que lo hace todo el mundo, competir. Pero la única manera de saber qué sientes al ser tú, es esforzarte al máximo por ser tú, tan a menudo como puedas, sin dejar de recordarte que ahí está tu hogar”. 

Esto lo dijo el actor Bill Murray, una persona que ha tenido el horno de ser galardonado en 1986 como “Hombre del año” por su “irreverencia carente de principios”. 

Y es que no hay nadie como él. Ni tampoco hay nadie como tú.

Continuará...

Cuidado con lo que esperas de los demás

Normalmente nos consideramos a nosotros mismos como el centro del universo y pensamos que los demás deben pensar y actuar tal como lo hacemos nosotros. Y no es así; cada uno es único y diferente. Hay algunos que esto lo llevan hasta su máxima expresión, tal como lo hace el actor Bill Murray. Quienes lo conocen bien dicen que “si esperas algo de él, estás perdido. Obtendrás justo lo contrario”.
 
Aplícate el cuento y no esperes de los demás que actúen o piensen justo como tú quieres que lo hagan. Respeta la diversidad y la libertad individual.

Continuará...

Lo mejor de Clint Eastwood

Clint Eastwood tiene muchas cosas buenas, tanto como actor como director (quizás más aún como director). Pero quizás para los actores que han actuado bajo sus órdenes, lo mejor es lo que nos contó Bill Murray:
 
“Yo no quiero ser Clint Eastwood, de eso ya se ocupa él. Pero si te fijas en el otro… aunque es un secundario recibe muchísima atención. Eastwood hace que todos los actores se luzcan aunque no tengan ni su carisma ni sus dotes interpretativas. Les concede un momento, les regala un plano. Que lo utilicen o no, depende de ellos”.

Continuará...

Improvisar es interpretar

Dice Bill Murray que la improvisación forma parte de la interpretación. Y añade que si no te sabes el texto, te lo puedes inventar perfectamente, pero siempre que demuestres una gran seguridad.
 
Desde luego, Bill, a lo largo de su carrera, ha predicado con el ejemplo y ha demostrado que la improvisación puede ser una perfecta interpretación.
 
Quienes le conocen de cerca, quedan impresionados por sus dotes de improvisación, pero advierten en él cierta preocupación porque esa improvisación permanente forme en realidad el conjunto de su personalidad.

Continuará...

Los hermanos Marx en un solo actor

El director de cine Harold Ramis ha dicho de Bill Murray: “Bill es todos los hermanos Marx en una sola persona: tiene el ingenio de Groucho, la brillantez pantomímica y la lujuria de Harpo, incluso esa cualidad de hombre de la calle, de Chico”.
 
Desde luego, por donde pasa Bill Murray, nada sigue siendo igual que antes: “Si no hay ningún drama, ya lo crea él. Le gusta vivir al límite, y eso significa que es ahí a donde arrastra a todos los demás. Tiene dos estados. El sueño y la sobreexcitación”.

Continuará...

¿Cómo es Bill Murray?

Bill Murray es uno de los actores más peculiares del mundo, tanto que resulta difícil comprenderlo y mucho menos explicar cómo es. ¿Sabías que no tiene representante? ¿Sabías que para contactar con él –incluso para ofrecerle un papel en una película- hay que llamar a un teléfono y dejar un mensaje en el contestador, y esperar a veces semanas antes de que te conteste si es que te contesta?
 
Pues así explican cómo es, quienes le conocen:
 
“Aparece un sitio inesperado, reconoce ser quien tú crees que es, vive plenamente el momento, y después desaparece de repente sin dar explicaciones”.
 
Y añaden que “es el Santa Claus del siglo XXI, aparece en cualquier parte y transmite buen humor a la gente, tanto si se han portado bien como si no”.

Continuará...

Me gusta lo que no entiendo

Dice Bill Murray que “me encantan las personas a las que no entiendo”. ¿Te sucede a ti lo mismo? Probablemente no, porque a casi todos nos gustan aquellas personas a las que entendemos y mucho mejor aún a las que son como nosotros. Sin embargo Bill muestra una mente más amplia y prefiere encontrarse con personas diferentes, con distintas actitudes ante la vida aunque él no las entienda ni las comparta.
 
Esta es una reflexión que habla de diversidad, de tolerancia, de respeto a los demás y de libertad (para todos y cada uno de nosotros).

Continuará...

Cómo ser tú mismo

Durante los próximos días voy a compartir algunas reflexiones en torno al libro “Cómo ser Bill Murray·, de Gavin Edwards. Bill Murray es un ser excepcional, que se sale (y se salta) todas las normas… sencillamente porque él sólo quiere ser “él mismo”.
 
Dice el autor del libro que “estas historias me han servido de inspiración para no vivir mi vida con el piloto automático puesto”.
 
Espero que los comentarios y reflexiones de los próximos días te lleven también a ti por ese camino que sin duda será un camino sin fronteras ni señales, sólo una pista inmensa para que dejes rodar libre tu verdadera personalidad.

Continuará...