Nota alegre y cadenciosa
de la canción de un poeta,
luz de mis hijos hermosa,
el capullo de una rosa,
eso es mi primera nieta.
Un día trajo un ángel
a mi Conchita,
cobijada en sus alas
una hermanita.
¡Nietas hermosas,
se mecen en su tallo
como las rosas!
Tiene mi Matildita
ojos tan bellos
que el ángel que la trajo
se mira en ellos.
Dulce paloma,
donde posa su vuelo
el Sol se asoma.
Y como el Sol se para
junto a las cunas,
y el viejo tiene frío,
siempre las busca.
El pobre abuelo
vive si en sus rodillas
bailan sus nietos.
(Y yo pienso al mirarlas:
“¡Qué feliz fuera
si a mi Concha a mi lado
con ellas viera!
¡Dios lo ha querido
y ellas son su recuerdo
cuando las miro!”).
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