Ante aquellos que quieren imponer en otro país que no es el suyo, sus formas de vida y creencias, y ante aquellos que ceden ante tales peticiones, el primer ministro de Australia, Kevin Ruud, ha sido extremadamente claro en sus declaraciones, de las que ofrecemos a continuación un resumen con lo más significativo:
"Son los inmigrantes, no los australianos, los que deben adaptarse. O lo toman o lo dejan. Estoy harto de que esta nación tenga que preocuparse si estamos ofendiendo a otras culturas o a otros individuos”.
"Nuestra cultura se ha ido desarrollando durante dos siglos de luchas, tribulaciones y victorias por parte de millones de hombres y mujeres que buscaban libertad".
"Hablamos principalmente inglés, no español, libanés, árabe, chino, japonés, ruso o cualquier otro idioma. De modo que si usted quiere formar parte de nuestra sociedad, aprenda nuestro idioma".
"La mayoría de los australianos creen en Dios. Esto no es una posición cristiana, política, o de la extrema derecha. Esto en un hecho, porque hombres y mujeres cristianos, de principios cristianos, fundaron esta nación. Esto es históricamente comprobable. Y es ciertamente apropiado que esto aparezca en las paredes de nuestras escuelas. Si Dios le ofende a usted, le sugiero que considere vivir en otra parte del mundo, porque Dios es parte de nuestra cultura".
"Aceptamos sus creencias y sin preguntar por qué. Todo lo que pedimos es que usted acepte las nuestras y viva en armonía y disfrute en paz con nosotros".
"Éste es nuestro país, nuestra patria y estas son nuestras costumbres y estilo de vida, y permitiremos que disfruten de lo nuestro, pero cuando dejen de quejarse, de lloriquear y de protestar contra nuestra bandera, nuestra lengua, nuestro compromiso nacionalista, nuestras creencias cristianas o nuestro modo de vida, le animamos a que aproveche otra de nuestras grandes libertades australianas: "el derecho de irse".
"Si Usted no está contento aquí, entonces váyase. Nosotros no le obligamos a venir. Usted quiso emigrar aquí. Así que ya es hora de que acepten el país que les acogió".
3 comentarios:
Hombre, según los comentarios de este buen señor, a lo mejor en Australia sólo deberían residir presidiarios. Al fin y al cabo, la tradición creó así el país, con los presos de Inglaterra. Si alguien se quiere adaptar, que cometa algún delito.
Ja, ja, ja. ¡Sí señor! ¡El buen humor que no falte!
Pues yo estoy totalmente de acuerdo, cuando nosotros vamos a otro país lo mínimo que podemos hacer es aceptar y respetar sus leyes y normas, pues lo mismo cuando los demás vienen a nuestro país, que nos respeten.
Publicar un comentario