En el año 2003 el equipo de fútbol de AstraZéneca mereció entrar el libro Guiness de los records. ¿O no es merecedor de tal distinción el logro de meterse en la fase final de un campeonato con el bagaje previo de 0 goles a favor y 6 en contra?
Me río yo de todos esos equipos que juegan a la defensiva y no marcan más de un gol por partido. Ahí los tienes, por ejemplo, con tres partidos jugados, tres goles a favor y 9 puntos. ¿Acaso eso tiene mérito? Lo verdaderamente difícil es eliminar a otros equipos sin meter un solo gol.
¿Queréis saber cómo sucedieron los hechos? En el primer partido, el rival, Laboratorios Andrómaco, no se presentó. En consecuencia se recompensó el esfuerzo de nuestro equipo (porque tenía mérito desplazarse hasta Orcasitas para jugar un día laborable a las 9 de la noche) con la victoria en aquél no encuentro.
El siguiente partido fue contra una empresa del sector del automóvil, los cuales nos arrollaron (por eso eran del sector del automóvil) por 6 a 0.
Y llegó el tercer y definitivo partido, en el que nos íbamos a jugar pasar a la final. El rival era el laboratorio Aventis y era el organizador del torneo, pero eso no nos amedrentó y nos presentamos... cosa que ellos no hicieron. En consecuencia, otra victoria para nuestro equipo.
Llegábamos así a la fase final con este magnífico balance: tres partidos, dos ganados y uno perdido, 0 goles a favor y 6 en contra.
Lo que vino después, una derrota 3 a 6 frente al laboratorio MSD, se justifica porque ellos jugaron con un equipo lleno de fichajes (sólo un jugador era del laboratorio y todos los demás eran de otras empresas). Sin embargo nosotros, además de nuestro récord digno de Guiness nos llevamos otro merecido premio: el premio a la deportividad por no haber recibido ninguna tarjeta (aunque bien es cierto que hubiera sido muy difícil recibir tarjetas ante un equipo que no se presenta... salvo que fuesen tarjetas postales).
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