Capítulo 56.- La vida es como una caja de melones...
"La
vida es como una caja de melones... nunca sabes lo que vas a encontrar dentro",
decía con frecuencia la Fermi. Y así se sucedía una sorpresa tras otra a lo
largo de su vida. “Como puedes ver, David –dijo Fermi- Andrea no es tu padre,
pero se siente en deuda conmigo y por eso, lo menos que puede hacer es tratarte
bien y mantenerte en ese trabajo, que aunque no sea mucho, mejor es eso que
nada, tal como está el país”. David se quedó más tranquilo al haber resuelto
esa duda.
En
esto sonó el teléfono: era el señor Monteperales, el padre del señorito
Jacinto. ¿Qué querría?
-
Hola, Fermi ¿qué tal estás? -dijo Don Jacinto, quien fue directamente al grano-
Verás Fermi... de los melonares que eran de tu abuelo y ahora son tuyos, uno en
Valdepeñas y otro en Tomelloso, me gustaría comprarte el de Tomelloso porque
está lindando con una de mis fincas que quiero reformar y me vendría muy bien.
Por supuesto te lo voy a pagar muy bien, por un 10% más de su valor.
-
¿Y eso cuánto es?
-
El doble
de lo que pagaron por la viña de Paco –todo
Tomelloso había quedado revolucionado con lo que le pagaron al tal Paco por su
finca y, concretamente la Fermi, nunca había visto de cerca una cantidad tan
alta de dinero, y aunque eso no la sacase de pobre sí que le iba dar mucha
tranquilidad para el futuro y para el futuro de su hijo.
-
Uy, señor, es mucho dinero, aunque también... -comenzó a balbucear.
-
No tienes que contestar ahora, puedes tomarte todo el tiempo que quieras para
pensarlo, así que si te parece, mañana te llamo y hablamos de esto.
La
Fermi y David se quedaron soñando que se bañaban en billetes como el tío
Gilito.
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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