Capítulo 48.- Dr. Wilson, Dr. Wilson…
La
investigación que se estaba llevando a cabo en el cuartel de la Guardia Civil
había llegado a un punto muerto, justo cuando se supo que el muerto no era tal,
sino que aún vivía, aunque estaba en estado crítico y no podía hablar.
- No la poemos acusar dasesinato,
poque entavia no laspichao -se oía decir al sargento chusquero Bermúdez.
- Pus podemus matarlu y asuntu
arreglau -replicaba el cabo primero pelota, Garrunchi.
- No seáis brutos –les
interrumpió el sargento Miñambres- algo se le habrá ocurridu a Peláez.
La
máxima lumbrera policial, el guardia primera José Peláez, alias el Tarta
(porque era tartamudo), tenía, efectivamente, una sugerencia: traer al Dr.
Robert Wilson (Estados Unidos), máxima autoridad en cirugía gastrointestinal,
para que intentase salvar la vida de Toribio y que este pudiese hablar. Así lo
hicieron y, aprovechando que Wilson estaba en Madrid para asistir a un
congreso, fueron a buscarlo de inmediato el sargento Miñambres, el guardia
primero José Peláez y un chófer.
- Pa pa, pa pa... -comenzó a
decir Peláez.
- ¡Qué yo no soy su padre,
Peláez! -gritó Miñambres.
- Di digo que me me deje ha
hablar con él pa pa para explicarle todo.
- Pues no sé cómo le va a
entender si tartamudea tantu -aseveró Miñambres.
Sin
embargo, misterios de la vida, Peláez no tartamudeaba cuando hablaba en inglés,
y además era él único que sabía inglés en todo
el cuartel. Los
demás, lo único
que sabían era rascarse las ingles.
Una
vez interceptaron al Dr. Wilson en el hotel donde se hospedaba y, tras un
rápido saludo, lo introdujeron directamente en el coche policial, y por el
camino le fueron explicando las cosas, Peláez en inglés y Miñambres utilizando
el diccionario internacional de manos y brazos (auténtico diccionario
multilingüe de los españoles). Según iban camino del hospital, Peláez le explicó
la situación y nada más llegar, el equipo médico habitual le había montado una
reunión (incluidos diversos canapés de tortilla de patatas, choricitos,
aceitunas, etc. junto a unas copitas de vino de Rioja) para analizar la
maltrecha situación del esófago y estómago de Toribio. Wilson les preguntó por
el análisis toxicológico y volviéndose al auditorio, dijo en tono solemne:
“It’s time to work” (que significa algo así como “la tortilla y el tintorro
están muy buenos, tanto como la enfermera Fernández, pero es hora de que
empecemos a trabajar y cuanto antes mejor”, lo que demuestra que la medicina
norteamericana no tiene tanta riqueza de vocabulario como la española, que
cuando besa es que besa de verdad).
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
No hay comentarios:
Publicar un comentario