martes, 22 de diciembre de 2020

Un cadáver exquisito (52)

 Capítulo 48.- Dr. Wilson, Dr. Wilson… 

La investigación que se estaba llevando a cabo en el cuartel de la Guardia Civil había llegado a un punto muerto, justo cuando se supo que el muerto no era tal, sino que aún vivía, aunque estaba en estado crítico y no podía hablar.

- No la poemos acusar dasesinato, poque entavia no laspichao -se oía decir al sargento chusquero Bermúdez.

- Pus podemus matarlu y asuntu arreglau -replicaba el cabo primero pelota, Garrunchi.

- No seáis brutos –les interrumpió el sargento Miñambres- algo se le habrá ocurridu a Peláez.

La máxima lumbrera policial, el guardia primera José Peláez, alias el Tarta (porque era tartamudo), tenía, efectivamente, una sugerencia: traer al Dr. Robert Wilson (Estados Unidos), máxima autoridad en cirugía gastrointestinal, para que intentase salvar la vida de Toribio y que este pudiese hablar. Así lo hicieron y, aprovechando que Wilson estaba en Madrid para asistir a un congreso, fueron a buscarlo de inmediato el sargento Miñambres, el guardia primero José Peláez y un chófer.

- Pa pa, pa pa... -comenzó a decir Peláez.

- ¡Qué yo no soy su padre, Peláez! -gritó Miñambres.

- Di digo que me me deje ha hablar con él pa pa para explicarle todo.

- Pues no sé cómo le va a entender si tartamudea tantu -aseveró Miñambres.

Sin embargo, misterios de la vida, Peláez no tartamudeaba cuando hablaba en inglés, y además era él único que sabía inglés en todo  el  cuartel.  Los  demás,  lo  único  que sabían era rascarse las ingles.

 

Una vez interceptaron al Dr. Wilson en el hotel donde se hospedaba y, tras un rápido saludo, lo introdujeron directamente en el coche policial, y por el camino le fueron explicando las cosas, Peláez en inglés y Miñambres utilizando el diccionario internacional de manos y brazos (auténtico diccionario multilingüe de los españoles). Según iban camino del hospital, Peláez le explicó la situación y nada más llegar, el equipo médico habitual le había montado una reunión (incluidos diversos canapés de tortilla de patatas, choricitos, aceitunas, etc. junto a unas copitas de vino de Rioja) para analizar la maltrecha situación del esófago y estómago de Toribio. Wilson les preguntó por el análisis toxicológico y volviéndose al auditorio, dijo en tono solemne: “It’s time to work” (que significa algo así como “la tortilla y el tintorro están muy buenos, tanto como la enfermera Fernández, pero es hora de que empecemos a trabajar y cuanto antes mejor”, lo que demuestra que la medicina norteamericana no tiene tanta riqueza de vocabulario como la española, que cuando besa es que besa de verdad).



Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…

“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo

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