Capítulo 51.- El genitivo sajón. Tu amante bandido
El
guardia primero Peláez, se acercó al Dr. Wilson para que le explicase en cuanto
tiempo estaría Toribio lúcido para contestar unas cuantas preguntas.
- How many times, darling?
- My
taylor is rich, my mother is in the kitchen –contestó Wilson, a quien le gustaba
poner su inglés a la altura de sus contertulios.
- Yesterday, all my troubles seemed so far away
-respondió Peláez, mirándole muy fijamente a los ojos.
El
doctor Wilson, realmente emocionado solo pudo decirle:
- Yes, we can. I’m lovin’it.
Peláez
con los ojos húmedos por la emoción, balbuceó:
- Aserejé ja de je, de jebe tu de
jebere seibiunouva majavi an de bugui an de güididípi.
Y se unieron en un fraternal abrazo, cachete con cachete, pechito con pechito. Después de todo, había sido una gran noche. Todos se fueron a la cama, que hay que descansar, para que mañana, podamos madrugar.
Pero
diez horas antes, Pedro Bareta estaba lanzado a conocer el otro lado de la
vida. El divertido.
- Jaime, Jaimito cabroncete, por
donde estás. Seguro que estás emborrachando a alguna guiri en la plaza Mayor.
Si es que Turismo de Madrid te debería dar una subvención, por mantener arriba
el pabellón de latin’s lover de los españoles. Y con ese nombre… a las gabachas
las tienes enamoradas. Te falta un acento, pero te sobra vicio.
-
Pedrito Bareta, qué honor que me llames… que siempre tengo
que estar llamándote
para ver si nos tomamos una copa…
y siempre estás ocupado… que tío más aburrido eres… cómo has cambiado Pedrito…
- Jaime… quiero que seas el
primero en saberlo… voy a cambiar, total… y empiezo ahora mismo. ¿Dónde estás?
Voy payá.
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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