sábado, 19 de noviembre de 2016

Sobre la película “La llegada”

Acabo de ver la película “La llegada” y debo reconocer que, además de entretenerme, me ha hecho pensar, así que compartiré con vosotros estas reflexiones. Procuraré, no obstante, no destripar la película, así que me centraré en su trasfondo filosófico.

Imagínate una partida de cualquier juego de mesa en donde debes recorrer con tu ficha un determinado recorrido. Encontrarás obstáculos, atajos, y un sin fin de peripecias a lo largo del camino. Según tiras el dado vas avanzando casillas y viviendo sucesivas emociones. Al acabar la partida, será cuando puedas contemplar en toda su plenitud lo que ha sido ese recorrido que te ha llevado hasta el final.

Ahora supón que dicha partida se ha grabado en video y te sientas a ver dicho video; pero tú tienes el mando (nunca mejor aplicado este término) y puedes avanzar, retroceder, pararte en un momento determinado de la partida, volver otra vez hacia atrás, dar un salto adelante... todo lo que quieras y cuantas veces quieras. La partida, como tal, ya no es una sucesión de etapas sino un todo, y tú tienes la facultad de elegir cuál de esos momentos revives en cada instante.

Aplícalo ahora a tu vida. Pero a tu vida completa, desde el nacimiento hasta tu futura muerte. Imagina que puedes ir hacia atrás o hacia delante, que puedes pararte y revivir una y otra vez el momento que desees de esa partida (tu vida). Es decir, no existe el tiempo sino que el tiempo es una forma de contemplar nuestra vida, pero no es la única. Si fueses capaz de escapar de la cárcel del tiempo, podrías ver tu vida completa en su conjunto, como un todo, como una unidad, y podrías pararte en aquellos momentos que quisieses, y avanzar y retroceder a tu antojo. El objetivo no sería cambiar lo que hiciste en algún momento determinado, sino asumirlo y aprender de ello, porque se aprende tanto de los aciertos como de los errores.

La película “La llegada” nos plantea todo esto. No es una película de “marcianitos” ni de persecuciones y disparos, sino una interesante propuesta filosófica a través de una historia de entretenimiento. Si al salir del cine eres capaz de mirar por debajo de la superficie, de reflexionar sobre todo esto, te habrá resultado útil esa sesión de cine.

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