Desde el pasado viernes el Metro de Madrid ha prohibido
entrar con globos metálicos (de esos que tanto les gustan a los niños) y como
única medida han optado por poner a la entrada unos carteles en donde puede
verse la imagen de uno de esos globos y un texto que dice “Prohibido el acceso
con globos metálicos” y como única explicación añaden “Por su seguridad”. Y se
quedan tan anchos, no explican nada más.
Es decir, lo que intentan sus responsables es lo mismo que
intentan todos los políticos (sean del signo que sean): la obediencia ciega de
una masa de borregos; y ya se sabe que para lograrlo se necesita que no piensen
por sí mismos, que no adquieran cultura ni capacidad de raciocinio, solamente
la obediencia ciega al poder establecido.
¿No hubiera sido mucho mejor explicarles cuál es la razón?
Tan poco lleva tanto tiempo explicar que ese material del que están hechos los
globos es conductor de la electricidad y su contacto con los cables de las
instalaciones del Metro puede ocasionar averías (de hacho ya se han producido algunas
por esta causa).
Ya veis, explicarlo sólo me ha llevado dos líneas de texto y
sin embargo ellos prefieren “prohibir” añadiendo –como el padre que prohíbe
algo a su hijo de corta edad- que es por mi propia “seguridad” sin darme la
posibilidad de que comprenda el por qué. Agachar la cabeza y obedecer sin
cuestionar nada, eso es lo que buscan nuestros dirigentes.
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