Otra fórmula de
convocatoria habitual, cada vez más extendida, son los llamados “Desayunos de
prensa”. En estos, se convoca a los periodistas a un encuentro informal con los
portavoces o directivos en torno a una mesa en donde les servirán un desayuno.
La hora será, pues, la del desayuno, y el lugar un hotel o incluso la propia
sede atendida por un catering. Lo ideal es anunciar alguna noticia o adelantar alguna
primicia en dicho encuentro, pero lo fundamental es que se trate de un
encuentro abierto en el que –en ese ambiente informal de un desayuno- los
periodistas puedan preguntar todo aquello que se les antoje. Si se tiene
preparada alguna documentación o nota se les dará, pero –en este caso- no es
imprescindible ya que el gancho de un desayuno es la libertad de preguntar que
se concede a los periodistas. Decir también, que el desayuno debe ser “normal”,
es decir, no pasarse y convertir dicho desayuno en una comida. A los
periodistas no hay que llenarles el estómago sino su libreta o cassette con un
buen ramillete de titulares e informaciones de interés. Un café, un zumo y unos
bollos, son más que suficientes como acompañamiento.
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