El Remo es un conjunto de disciplinas deportivas que consisten
en la propulsión de una embarcación en el agua mediante unos remos. Las
categorías se dividen según sea el tipo de embarcación, el número de remeros,
que tengan o no timonel, etc. Tantas variedades hay que, por ejemplo en el remo
olímpico se distinguen hasta 14 categorías diferentes. Pero para no liar la
cosa, simplifiquemos y digamos que el Remo se practica con una barca y unos
remos.
Habiendo vivido en Madrid desde los 9 años de edad, no
podía ser de otra manera que no hubiese practicado este deporte, ya que tenemos
a nuestra disposición dos emplazamientos idóneos: el estanque del parque del
Retiro, en el centro de la ciudad, y el lago de la Casa de Campo, en las
afueras. En ambos casos tenemos a nuestra disposición barcas de alquiler para
practicar este deporte y así lo he hecho en varias ocasiones a lo largo de mi
vida, aunque por lo general de forma algo más frecuente durante la juventud.
Se puede pensar que eso no es deporte sino pasear
tranquilamente en barca. A quien diga eso, me gustaría enseñarle las ampollas
en las manos después de una sesión de remo, así que de pasatiempo, nada;
deporte y duro, además. Unas veces con amigos, otras con la familia, practicar
el Remo es un deporte refrescante (literalmente: porque nadie se libra de ser
salpicado alguna vez) y esforzado. Si vas con amigos, porque cada vez que uno
coge los remos quiere demostrar que rema mejor y más deprisa que el otro; si
vas con la familia, porque los demás se escaquean y es a ti a quien le toca
remar por todos.
Hace tiempo que ya no practico este deporte, aunque
recuerdo la última vez que, curiosamente, no tuvo lugar en Madrid, sino en el
lago termal de Alhama de Aragón (Zaragoza). Se trata de un gran lago de aguas
termales que surgen de la tierra a más de 30ºC y en donde uno puede bañarse o
practicar el Remo. Ambas actividades entrañan cierto peligro. Si te bañas (y
eres un hombre, lo que significa que tienes pelos en las piernas) porque en ese
mismo lago hay miles de peces, los cuales cuando ven los pelillos de tus piernas
cimbrearse movidos por el agua, se creen que son gusanitos e intentan
comérselos, dándote un repelús un tanto desagradable. Si practicas el Remo,
porque puede suceder que te acusen de intento de asesinato, como me sucedió a mí
hace unos años.
Nos habíamos subido a la barca mi mujer, mi suegra y yo.
Lógicamente me tocó a mí remar por todos. Y al final, cuando nos íbamos a
bajar, mi suegra se levantó, desniveló la barca y se tambaleó, yo intenté
enderezarla (alguien pudo pensar que quería golpearla en la cabeza con el remo
para acabar con ella) y entre unos y otros, acabó cayendo al agua. Por lo que
no pudo protestar, sin embargo, fue por la impresión de caerse al agua porque,
a 30ºC de temperatura, era como meterse en la bañera de su casa.
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