martes, 14 de mayo de 2024

Petanca

No sé si vale la pena explicar en qué consiste el deporte de la Petanca, porque creo que todos lo hemos practicado alguna vez y, desde luego, lo hemos visto jugar a los viejos en el parque. Pero conste que la Petanca no es un juego (aunque la gente “juegue” a la Petanca) sino que está considerado como deporte y su origen es centenario, ya que se remonta al año 1907 en el sur de Francia. Por eso, cuando cualquiera de nosotros diga alguna vez “voy a jugar a la Petanca” debe rectificar inmediatamente y decir acto seguido: “¡Uy, perdón, quise decir ‘voy a practicar el noble deporte de la Petanca’!”.
 
Pero me temo que mi práctica de este deporte no ha sido muy rigurosa. Empecé a practicarlo cuando mis hijos eran pequeños y nos distraíamos con la Petanca en la playa, para lo cual había comprado un juego muy rudimentario que tenía las bolas de plástico. Pero después de aquello, también lo he practicado, ya con bolas metálicas reglamentarias, en algún ambiente familiar, generalmente en la playa y siempre acabaron las partidas... por puro aburrimiento. También alguna vez lo he practicado en descampados, ya que según se explica en este deporte “se puede practicar en todo tipo de terrenos, aunque normalmente se hace en zonas llanas, de gravilla o arenosas”.
 
Debo reconocer que de todos los deportes que he practicado este ha sido quizás el que me ha parecido más aburrido, aunque no sé si esto es así porque es aburrido de verdad (que yo creo que sí) o sólo es una apreciación mía al considerarlo un deporte de viejos, y yo soy un adolescente inmaduro aunque haya traspasado la edad de jubilación.
 
Esto es cierto, porque mirando otros deportes, ves gente joven, atlética... y aquí sólo ves boinas. Y para colmo los viejos son tan cabezotas que hasta he contemplado el siguiente e insólito espectáculo: un campo para jugar a la Petanca (quiero decir para practicar el noble deporte de la Petanca) de dimensiones reglamentarias (15 x 4 metros para competiciones nacionales o internacionales o como mínimo de 12 x 3 metros), con el suelo de arena o gravilla perfectamente plano, delimitado por listones de madera para que las bolas no salgan del citado campo, con bancos alrededor para que se sienten los espectadores, y... vacío. ¿Y dónde estaban los viejos que practicaban este deporte? Pues, a pesar de tener esta maravilla de terreno de juego a su disposición, jugaban en el descampado de al lado, con árboles por medio, baches del terreno, piedras, matojos, hierbajos, y hasta alguna caca de perro.
 
Ya lo sabéis, la triste y dura realidad es que la Petanca es un deporte de viejos, así que podéis tener la seguridad que no me veréis nunca más practicando este deporte, el último sin duda entre mis preferencias.
 

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