sábado, 16 de enero de 2021

Un cadáver exquisito (76)

Capítulo 73.- Semos peligrosos
 
Sentado en la taza del váter y cansado de su encierro en el cuarto de baño, Pedro no sabía si reír, llorar o lavarse otra vez los dientes, que siempre le relajaba, especialmente cuando proyectaba violentamente en el lavabo el trago de Listerine que le picaba como si hubiera bebido lava. “Lo que pica, desinfecta”, se animaba.
Se había salvado milagrosamente de una demanda por acoso sexual pero este plan que tenía para comenzar su vida futura tenía poco glamour.
Su mujer a saber cuando vendría, Wilma estaría apretándose un cuba libre en la cafetería, tan ricamente, donde tendría que estar él leyendo el Marca. El móvil en la cama. “¡Joderrrr! ¡Que planazo!”.
Además le estaba dando claustrofobia, el ambiente estaba húmedo por su ducha y sentía ahogarse. Tenía que salir como fuera.
Escrutó (qué palabra más desagradable) a su alrededor por si encontraba algo con que golpear la puerta. Lo único que tenía mango era la escobilla o el secador. “¡Joder, joder, joder!”. De rabia le pegó una patada al bidé. Éste se movió. También le crujió el talón.
Tomó una drástica decisión. Animal. Brutal.
Miró fijamente el bidé. “Ya está, equilicuá”. Total, nunca le había servido para nada. Le había llegado el momento de serle útil.
Cortó las entradas de agua y con toda la fuerza que le quedaba, lo arrancó del suelo y con las mismas lo empotró en la puerta haciendo un agujero considerable y un ruido infernal.
Total, ya había quemado el chalet... Violeta se iba a poner hecha una furia. “Pos vale”. Como se dice vulgarmente: “Para dos días que me quedan en el convento, me cago dentro”.
El ruido lo oyó Valentín, que estaba pintando angelitos negros en la puerta del ascensor. Cogió su manojo de llaves del bolsillo trasero del mono y entró en el piso con la brocha en ristre, pensando que eran unos cacos haciendo un butrón y diciendo a voz en grito:
- ¡A vel quin está ahí! ¡Voy armado y semos peligrosos -(¡él y la brocha eran dos!)-. ¡Ya me están saliendo con los brazos en altu o estu va a ser una cabechina!

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