Capítulo 67.- Tati
Y
Tati no pudo aguantar más. Despertó a los niños, los llevó a rastras al cuarto
de baño, mientras se lavaban los arrastró hacia la cocina, mientras desayunaban
los arrastró al dormitorio, mientras se vestían los arrastró a la calle,
mientras eran arrastrados por la calle los subió al coche… y salieron disparados
hacia el Hospital Central.
El
corazón de Tati palpitaba. “¿Sería Tita (o sea, Violeta) como ella?” esa duda
le corroía el alma como si fuesen los líquidos internos de Alien disolviendo la
carrocería de una nave espacial. La llegada al hospital y las preguntas de
ventanilla en ventanilla, pasillo en pasillo, “¡uy perdón que aquí no es!”, se
sucedieron vertiginosamente hasta que al fin entraron en la habitación de
Violeta.
- ¡Mamá!” -gritaron los niños abalanzándose sobre Violeta.
- Tita -dijo trémula Tati.
Al verlos a todos reunidos allí, Violeta recobró por un instante su conocimiento de la realidad actual y les contó lo que había sucedido. Tati no llegó a poner cara de decepción porque justo en ese momento volvió la vista hacia un lado y… allí estaba ella, Eva, la jefa de planta, la reina de los cactus. Aquello sí que fue amor a primera vista.
- ¡Mamá!” -gritaron los niños abalanzándose sobre Violeta.
- Tita -dijo trémula Tati.
Al verlos a todos reunidos allí, Violeta recobró por un instante su conocimiento de la realidad actual y les contó lo que había sucedido. Tati no llegó a poner cara de decepción porque justo en ese momento volvió la vista hacia un lado y… allí estaba ella, Eva, la jefa de planta, la reina de los cactus. Aquello sí que fue amor a primera vista.
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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