El aire en
la habitación pareció cambiar. La luz de la lámpara se volvió más tenue, como
si el mundo entero se hubiera detenido para escuchar. Afuera, el rumor de Madrid
-los cláxones, las risas lejanas, el eco de una canción de Nino Bravo que
alguien ponía a todo volumen en un balcón cercano- se desvaneció. Juan se quedó
mirando el suelo, perdido en un recuerdo que parecía quemarle por dentro.
Juan no llegó
a terminar su frase, pero el silencio fue más elocuente que cualquier palabra.
Había algo en su tono, en la forma en que sus manos temblaban ligeramente al
sostener el vaso de vino, que hablaba de una transformación profunda, de un
encuentro con algo -o alguien- que lo había cambiado para siempre. Carlos, con
su vida ordenada y su pragmatismo, no podía entenderlo aún, pero sintió un
escalofrío, como si intuyera que su amigo estaba al borde de un abismo que no
podía nombrar.
El
apartamento, con su desorden y su calidez, era más que un refugio para Juan.
Era un campo de batalla donde luchaba contra sí mismo, contra las expectativas
del mundo y contra esa “noche” que lo había engullido y escupido de vuelta, que
lo había cambiado. Aquél Madrid de 1975, con sus cafés llenos de humo, sus
cines abarrotados y sus calles donde la libertad empezaba a susurrarse en voz
baja, era el telón de fondo de una historia que apenas comenzaba a desplegarse.
Pero la
noche, con su carga mágica, y la sincera amistad que Juan y Carlos se profesaban
desde hacía muchos años, hizo que por fin Juan comenzase a relatarle todo lo
sucedido…
Novelas con corazón
https://amzn.eu/d/8KzYhK1
Novelas con corazón
https://amzn.eu/d/8KzYhK1


No hay comentarios:
Publicar un comentario