Madrid,
1975. La noche era un lienzo de contradicciones. Las calles, iluminadas por
letreros de neón que parpadeaban como promesas rotas, vibraban con el rumor de
una ciudad que no sabía si aferrarse al pasado o lanzarse al abismo de un
futuro incierto. Era una época de susurros y sombras, de cafés llenos de humo
donde se hablaba de libertad en voz baja, de cines abarrotados donde las
pantallas ofrecían un escape momentáneo, de discotecas que palpitaban con
ritmos disco y el eco de canciones como las de Raphael o Nino Bravo, que
parecían capturar el anhelo colectivo de algo más. España estaba al borde de un
cambio, con el régimen de Franco tambaleándose y una generación joven que
soñaba con nuevos horizontes, aunque aún no supiera cómo.
En medio de
este torbellino vivía Juan, un joven de veinticinco años con el alma de un
poeta y el corazón de un buscador. No era como los demás. Mientras sus
contemporáneos se perdían en la efervescencia de la noche, en risas que
ocultaban vacíos y en coqueteos que duraban lo que una canción, Juan anhelaba
algo más profundo: una conexión que trascendiera lo superficial, un amor que no
se desvaneciera con la luz del amanecer. Sus días los pasaba entre libros y una
vieja máquina de escribir, tejiendo historias que intentaban capturar las
verdades que no se atrevía a pronunciar en voz alta.
Pero la
noche, esa fuerza magnética que atraía a todos, también lo había atrapado,
llevándolo a un mundo de luces estroboscópicas y promesas vacías donde buscaba,
sin saberlo, un destello de eternidad.
Novelas con corazón
https://amzn.eu/d/8KzYhK1
Novelas con corazón
https://amzn.eu/d/8KzYhK1


No hay comentarios:
Publicar un comentario