miércoles, 27 de septiembre de 2017

Las descargas ilegales no quitan negocio

La Comisión Europea, después de encargar un estudio para valorar cómo afectan las descargas ilegales de música, cine o libros a las ventas y a los derechos de autor, y pagar 55 millones de euros por ese estudio, ha decidido ocultar sus resultados y no hacerlos públicos. Sin embargo una copia de dicho informe ha llegado hasta la internauta Julia Reda, la cual ha desvelado detalles de dicho informe.

La compañía encargada de este estudio fue la holandesa ECORYS y entregó su informe en mayo de 2015; y desde entonces la UE lo mantiene oculto a la luz pública a pesar de los 55 millones que se gastó en él. La razón es tan sencilla como que sus resultados no validan la hipótesis de partida, es decir, no resulta estadísticamente significativo o no es posible cuantificar cuánto y cómo influyen sobre las ventas y los derechos de autor las descargas ilegales.

De hacerse público este estudio las compañías discográficas, cinematográficas y editoriales pondrían el grito en el cielo y se tambalearían los cimientos de estas industrias. Sin embargo, y sin necesidad de gastarnos 55 millones de dólares, todos nosotros ya sabíamos lo que yo mismo publiqué hace tiempo:

“Cada persona que se descarga gratuitamente un libro/película/disco, no es un pirata, ni un delincuente, ni un cliente que hayan perdido; simplemente es un cliente que nunca iban a tener, es decir, que nunca se hubiera gastado su dinero en ese disco/película/libro”.

E incluso añadía lo siguiente: “Es una persona que si encuentra satisfactoria esa descarga se convertirá en un cliente potencial para la próxima obra de ese artista. Por consiguiente las ‘descargas piratas’ son, pues, como ‘muestras gratuitas’ de un producto que si nos gusta es posible que sí nos gastemos nuestro dinero en el original la próxima vez”.

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