domingo, 10 de septiembre de 2017

Independencia sí; caradura no

Como se lleva muchos años hablando del deseo de muchos catalanes de ser independientes, yo también he manifestado mi postura al respecto. Por eso, ante los momentos políticos que estamos viviendo actualmente, reitero y digo públicamente que estoy a favor de que cualquier región e incluso pueblo pueda celebrar un referéndum para comprobar si la mayoría de sus ciudadanos desea la independencia, y si ganase esta opción, también soy partidario de que dicha región o incluso pueblo, se constituya como nación soberana e independiente.

Dicho esto, debo añadir que hablo de “independencia” no de “caradura”. Es decir, si gana la opción independentista, dicha independencia debe ser total y por consiguiente nada de seguir recibiendo dinero de la nación a la que antes pertenecía, nada de seguir jugando en sus ligas deportivas... deberán ser independientes para lo bueno y para lo malo, y ser capaces con sus propios recursos de pagar las pensiones, la sanidad pública, la enseñanza pública, etc.

Y esto, todo lo bueno y todo lo malo, se debe explicar a los ciudadanos antes de ir a votar, sin engañarles como ahora están haciendo en que unos todo se lo pintan de rosa y otros, en vez de explicar las cosas se limitan a regañar y prohibir.

Lo explicaba muy bien, y lo reitero, en este post del año 2013 titulado “El viaje a ninguna parte”: 

Pero, como se ve, los ciudadanos le importan un bledo a los políticos (sólo se acuerdan de ellos cuando hay elecciones). Los independentistas quieren manos más libres aún para seguir enriqueciéndose a costa de los sueños de muchos de sus ciudadanos; y los partidarios de la unidad de la nación lo único que quieren es seguir teniendo el poder que ahora tienen en que ni la Justicia es capaz de encarcelarlos a pesar de todo lo que roban.

PD.- Y en este otro post del año 2012 ya dejé bien claro mi deseo de que mi pueblo,  Daimiel, fuese también una nación independiente:

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