lunes, 29 de abril de 2024

Marcha atlética

Una de las disciplinas del Atletismo es la Marcha atlética, a la que también se la conoce simplemente como Marcha, un deporte en el que se intenta caminar lo más rápido posible pero sin llegar a correr, por eso siempre debe estar apoyado en el suelo uno de los dos pies y cuando en algún momento los jueces ven que el marchador no ha tocado el suelo con ninguno de los dos pies le dan una amonestación y a la tercera será expulsado de la prueba. España ha tenido grandes marchadores y uno de ellos he sido yo aunque no haya competido nunca.
 
Tanto en pistas de Atletismo como en algún parque o zona lisa donde no hubiera demasiada gente mirando (los movimientos que debe hacer el marchador oscilan entre lo ridículo y lo cómico) me dedicaba a este curioso deporte para el que se necesita poco peso corporal y mucho nervio. Para poder impulsar el cuerpo adecuadamente hay que ir moviendo mucho las caderas con cada paso al tiempo que los brazos, doblados por el codo, se mueven con brío conforme se avanza... por eso digo que el aspecto del marchador suele ser cómico o ridículo. Lo que resulta evidente es que con la marcha se pueden alcanzar importantes velocidades; he llegado a alcanzar los 8 kilómetros hora (velocidad a la que muchos suelen correr) en los aparatos de cinta móvil que hay en los gimnasios y que la gente utiliza precisamente para correr, no para hacer Marcha. Sin embargo esas cintas para correr (o eventualmente hacer Marcha como algunas veces he hecho en ellas) no ofrecen ningún aliciente salvo el conocer la velocidad a la que vas y la distancia recorrida. Lo bonito de la Marcha es avanzar por el campo y descubrir nuevos parajes, no estar como un tonto caminando sin moverse del sitio.
 
De mi estilo como marchador dio buen aprueba un vídeo que colgué hace años en YouTube y que titulé “Correcaminos hispanicus y Coyote”. En este brevísimo vídeo se me podía ver practicando la marcha un una pista de Atletismo de la Ciudad Universitaria de Madrid. Como lo de la Marcha ya he dicho que resulta cómico, por eso titulé ese video como “Correcaminos hispanicus” ya que así era como me sentía al practicar este deporte. Pero “¿Y lo de Coyote?”, te estarás preguntando. En aquella ocasión en que tomé el vídeo no iba solo sino que me acompañaba mi perro, un pequeño Westin, el cual nada más verme aparecer marchando a toda velocidad como el pájaro Correcaminos, salió corriendo detrás de mi tal como hacía su eterno enemigo el Coyote, por eso le adjudiqué a mi perro el papel secundario de Coyote en esta súper mini producción cinematográfica. ¿Y cuánto duraba el vídeo? Pues sólo nueve segundos, ya que la cámara estaba colocada sobre un trípode en modo automático y mi velocidad era tal que enseguida me salí del encuadre.
 
Actualmente practico muy poco la Marcha pero cuando voy andando por la calle he conseguido ir casi a la misma velocidad que un marchador aunque sin mover de esa forma tan exagerada la cadera y los brazos. Con esto consigo que mi recorrido por las calles no llame la atención, por más que la velocidad que alcanzo levante una corriente de aire que despeina a todos los que adelanto.
 

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