domingo, 7 de abril de 2024

Fútbol (empresario) (13)

Ahora bien ¿cómo acabó el partido? Si consultamos la prensa de la época, es decir, la revista “Información al Día”, encontramos un titular muy amable en portada que decía “Goles solidarios” porque hubo, efectivamente, muchos goles, y fueron por una noble causa. Pero si nos adentramos en la revista para conocer más detalles del partido, nos llama la atención el siguiente titular: “Empate a 8-1”. ¿Cómo es posible eso? La explicación es muy sencilla y es que, sin contar los goles (algo realmente difícil si no se tenía a mano una calculadora) el partido reflejó un empate en simpatía, entusiasmo y solidaridad, por eso el titular que encabezaba aquél amplio reportaje decía “Empate a 8-1” y la crónica del partido decía así:
 
“Las selecciones de Médicos del Mundo y AstraZéneca empataron en alegría, entusiasmo y solidaridad en un encuentro donde lo de menos (o de más) fueron los goles, y lo importante la forma de celebrar un aniversario (el primer año tras la fusión que dio lugar a AstraZéneca), colaborando en el proyecto de gestión sanitaria que Médicos del Mundo está llevando a cabo en Mozambique, tras las inundaciones que han asolado dicho país.
El magnífico estadio del ‘Cerro del Espino’ en Majadahonda, fue el escenario donde se llevó a cabo este increíble encuentro de fútbol. Por una parte, Médicos del Mundo, con una selección joven, potente y conjuntada, dirigida por el veterano Adelardo. Por otra parte, una selección, o más bien un país, de 32 empleados de AstraZéneca, que se la jugaron saltando a un terreno de juego de 105x68 metros, en una calurosa tarde de verano. Precisamente la enorme cantidad de recursos humanos disponibles hizo imposible a sus entrenadores (Agustín y Pantaleón) encontrar el once ideal, por lo que todos los jugadores tuvieron su oportunidad.
El encuentro comenzó con unas palabras del director de Comunicación de Médicos del Mundo, Paco Flores, y de su vicepresidente, José Manuel Díez Olalla. Carlos Trias, presidente de AstraZéneca, entregó una placa de agradecimiento al alcalde de Majadahonda, Ricardo Romero de Tejada, por su colaboración en este proyecto, y otra a Enrique Vedia, presidente del Rayo Majadahonda, por su generosidad y entrega que hizo posible el éxito de tan especial celebración; baste decir, entre otras cosas, que la cesión del magnífico estadio fue gratuita, así como desinteresada también su colaboración personal en la organización del evento.
El Alcalde de Majadahonda elogió la labor de Médicos del Mundo y agradeció a AstraZéneca esta humanitaria forma de celebrar su primer aniversario, animando a continuar en esta línea, para lo cual puso a su disposición su equipo de Gobierno. Romero de Tejada entregó una placa de agradecimiento al trío arbitral, tras lo cual realizó el saque de honor.
El partido tuvo dos tiempos bien distintos: mientras en la primera parte los goles caían en la portería de la derecha (en la que defendía el equipo de AstraZéneca), en la segunda parte lo hicieron en la de la izquierda (en la que atacaba el equipo de Médicos del Mundo). La selección entrenada por Adelardo se mostraba compacta, ejerciendo un dominio absoluto del balón, con pases certeros y triangulaciones en corto. Por el contrario, la selección entrenada por Agustín y Pantaleón buscaba con inocencia el dominio del balón (más bien, buscaba el balón), así como la oportunidad de dar algún pase que –aunque fuese pensando egoístamente- no fuese dirigido al contrario sino a alguno de sus compañeros. El equipo buscaba con generosidad la portería contraria, pero también con generosidad entregaba el balón al contrario. Mientras algunos jugadores (pocos) daban muestra de su clase, otros eran una pesadilla para el centro del campo rival (más que nada por lo que estorbaban) y algunos eran una pesadilla incluso para ellos mismos.
En las bandas se notó la alegría, no de la música, sino del aire que dejaban los espacios abiertos para el ataque rival. Mientras tanto, los goles iban cayendo de todas las facturas y nadie era capaz de auditar la situación. Sin embargo, el público estaba volcado con su equipo y los comentaristas de excepción, Ana de Miguel y Nacho Alegre, ponían la fiesta en las gradas.
Finalmente, Agustín y Pantaleón tomaron una heroica decisión e hicieron debutar al jugador más joven de la historia del fútbol mundial: Guillermo. Este joven jugador (seis años), nieto de un Campeón de Europa (el ex jugador del Real Madrid, Pantaleón), controló el balón en el centro del campo, sorteó a uno, dos, tres contrarios, hizo un dribling, esprintó, se escoró a la izquierda y con el empeine de la bota derecha cruzó el balón lejos del alcance del cancerbero y ¡tui, tui! el esférico besó la malla. Un gran gol que levantó al público de sus asientos.
Al final, tras el resultado de empate a 8-1, otro veterano del Real Madrid, Atienza, se unió a la entrega de trofeos para estos dos quipos que se fundieron  como uno solo para festejar el triunfo de esta iniciativa que supo transformar unos goles en ayuda humanitaria para los más necesitados”.
 

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