En el número siguiente de la revista, nos sacó de dudas
respecto al desenlace final del campeonato, con esta crónica sobre “La final de
consolación”. Decía así:
“Llegada la final por el tercer o cuarto puesto, y animados por nuestra brillante trayectoria, volvimos a presentarnos. Esta vez el rival era el equipo de MSD, al que ya habíamos apeado de la competición el año pasado. Dado que este sí representaba a un competidor directo en el mercado farmacéutico, estábamos convencidos de mantener nuestra racha victoriosa. Pero ellos sí se presentaron y, por el miedo que nos tenían, llenaron su equipo de fichajes externos al laboratorio (sólo uno de ellos trabajaba en MSD) y, claro, ya os imagináis qué nos pasó: perdimos de nuevo, pero sólo por 3 a 6 (impresionante el hat-trick de nuestro nueve José Paniagua). ¡Ah! Y además compraron al árbitro, cosa que nuestro Código Ético no nos permite.
Quedamos clasificados en el cuarto lugar y obtuvimos además el prestigioso trofeo a la deportividad y el juego limpio, por no acumular ni siquiera una mísera tarjeta amarilla. No tuvieron en cuenta lo difícil que es que te saquen una tarjeta en los partidos en los que el rival no se presenta.
El año que viene volveremos a intentarlo. Intentaremos ganar el torneo, mantener el premio a la deportividad y el juego limpio y nos hemos marcado el objetivo de optar al premio también de equipo más elegante si conseguimos antes que ‘Información al Día’ nos patrocine con un equipaje unificado: este año cada uno con su camiseta, fuimos nuevamente los últimos de esta categoría”.
Ya retirado como empresario futbolístico, hoy me siento
orgulloso de haber conseguido al menos un título “Premio a la deportividad”
(hay muchos empresarios y entrenadores de fútbol que después de una larga
carrera profesional no consiguieron ninguno) y una infinidad de record, tantos
que fíjate todas las páginas que ha ocupado este capítulo. Ni Messi ha batido
tantos record.
Si escribes “Vicente Fisac” en Amazon, podrás ver todos los libros de este autor.
“Llegada la final por el tercer o cuarto puesto, y animados por nuestra brillante trayectoria, volvimos a presentarnos. Esta vez el rival era el equipo de MSD, al que ya habíamos apeado de la competición el año pasado. Dado que este sí representaba a un competidor directo en el mercado farmacéutico, estábamos convencidos de mantener nuestra racha victoriosa. Pero ellos sí se presentaron y, por el miedo que nos tenían, llenaron su equipo de fichajes externos al laboratorio (sólo uno de ellos trabajaba en MSD) y, claro, ya os imagináis qué nos pasó: perdimos de nuevo, pero sólo por 3 a 6 (impresionante el hat-trick de nuestro nueve José Paniagua). ¡Ah! Y además compraron al árbitro, cosa que nuestro Código Ético no nos permite.
Quedamos clasificados en el cuarto lugar y obtuvimos además el prestigioso trofeo a la deportividad y el juego limpio, por no acumular ni siquiera una mísera tarjeta amarilla. No tuvieron en cuenta lo difícil que es que te saquen una tarjeta en los partidos en los que el rival no se presenta.
El año que viene volveremos a intentarlo. Intentaremos ganar el torneo, mantener el premio a la deportividad y el juego limpio y nos hemos marcado el objetivo de optar al premio también de equipo más elegante si conseguimos antes que ‘Información al Día’ nos patrocine con un equipaje unificado: este año cada uno con su camiseta, fuimos nuevamente los últimos de esta categoría”.
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