Unos días antes de la celebración del encuentro organicé
una Rueda de Prensa en el Ayuntamiento de Majadahonda, en donde el concejal de
Deportes, Guillermo Ortega (que luego sería Alcalde), el responsable de
Comunicación de Médicos del Mundo, Paco Flores, y yo mismo, presentamos a los
periodistas esta iniciativa, enviando a continuación una Nota de Prensa a todos
los medios de Comunicación. En la misma se explicaba que AstraZéneca quería
organizar su primer aniversario con un acto de ayuda humanitaria y que, en este
caso, la recaudación se destinaría a ampliar la gestión sanitaria integral que
Médicos del Mundo estaba realizando en
Chókwé (Mozambique) instalando hospitales de campaña para atender a más
de 60.000 personas que se habían trasladado hasta allí huyendo de las
inundaciones que habían asolado el centro del país.
Ya estaba todo organizado para el que había dado en
llamarse “Torneo Aniversario AstraZéneca”, que se iba a celebrar en el estadio
“Cerro del Espino”, de Majadahonda, cedido por los clubes Rayo Majadahonda y
Atlético de Madrid (ya que este último tenía y tiene allí sus campos de
entrenamiento y por consiguiente tenía voz y voto, el cual fue, como ya digo,
afirmativo), el jueves 22 de junio del año 2000 a las 20,00 horas.
Unos más, otros menos, todos los empleados colaboraron en
la organización, sin distinciones de cargos. Dando ejemplo, la directora de
Recursos Humanos, Valle Rodríguez, y la directora Financiera, Francina Bertrán,
eran de las más entusiastas, dispuestas incluso a hacer de taquilleras cortando
las entradas que daban acceso al recinto deportivo. Otros empleados se pusieron
a preparar bocadillos y bebidas (con lo que también se sacaba algo de dinero
para la causa), o a vender gorras. Por allí andaba también Luis Domingo,
nuestro fotógrafo habitual, a quien había encargado el reportaje fotográfico
que suponía para él un nuevo reto: era el primer partido de fútbol que iba a
cubrir, ya que lo suyo eran las ruedas de prensa o asuntos relacionados con
viajes y naturaleza. Y tampoco faltaron los directores de los demás
departamentos junto con muchos de los empleados que, en su mayoría no acudían
solos sino acompañados de algunos miembros de su familia. A nuestro compañero
Nacho Alegre (que hacía honor a su apellido) le cedí un micrófono con el que
fue retransmitiendo el partido por los altavoces del estadio al más puro estilo
radiofónico para regocijo de la audiencia, ayudado en este cometido por Ana de
Miguel.
Si escribes “Vicente Fisac” en Amazon, podrás ver todos los libros de este autor.
Si escribes “Vicente Fisac” en Amazon, podrás ver todos los libros de este autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario