jueves, 25 de abril de 2024

Karting (1)

El Karting o Kart es una disciplina perteneciente al deporte del Automovilismo. Se practica con unos vehículos especiales de motor, llamados “karts” en un circuito cerrado. El Karting es la modalidad por excelencia para la formación de los pilotos y el kart suele ser el primer automóvil de competición con el que debutan los aspirantes a piloto profesional, algo que suele suceder en edades tan tempranas como a partir de los ocho años. Pues bien, en mi caso, aunque también he practicado el Karting debo decir que ha sido al revés: ha sido en la edad madura, y no en la infancia o juventud, cuando he pilotado alguna vez estos bólidos (también debería aclarar que cuando yo era niño o cuando yo era joven, esto no existía, y lo más parecido a un kart era una caja de madera a la que se ponían cuatro ruedas y se echaban a rodar cuesta abajo por una calle adoquinada del pueblo).
 
En realidad, mi experiencia en este deporte ha sido más bien escasa, testimonial, diría, habiendo participado únicamente en dos carreras, ambas en el circuito Carlos Sainz, de Madrid. En la primera ocasión acudí con varios miembros de mi familia y de la familia de mi yerno. Lo primero que se siente al llegar allí es el profesionalismo, con un circuito perfectamente dotado de todos los adelantos. Además, y ya de entrada, cuando te apuntas para correr en una carrera, en la que participarán 10 ó 15 pilotos (evidentemente –en este caso- habría varios miembros de la familia pero también otros muchos pilotos ajenos a la misma), te dan el mono de piloto y el casco. Eso es bueno porque te sientes como un auténtico piloto profesional, pero lo malo es que ese mono y casco dan tanto calor que tan pronto como te los enfundas, aquello parece más una sauna que un circuito automovilístico.
 
En este debut en el mundo del Karting, donde corrí varias carreras, guardo recuerdos agradables y otros no tantos. En lo positivo, la sensación de velocidad y competitividad que se respira, el placer de conducir esos coches, y la hoja que te entregan al final en donde puedes ver todas las estadísticas: posición ocupada, velocidad media y velocidad máxima, número de vueltas, etc. En lo negativo, aparte del calor insoportable, lo resentida que acaba la espalda al final de las carreras y el tener que competir con otros pilotos que parece que se están jugando la vida, porque una cosa es correr lo más deprisa posible y otra muy distinta ir como un loco. Eso era, en efecto, lo que hicieron muchos de aquellos pilotos ajenos que competían con nosotros; no les bastaba con pisar el acelerador a tope (debían pensar que estaba prohibido pisar el pedal del freno) sino que te adelantaban sin ningún miramiento, te arrinconaban, te empujaban... se creían que estaban en los coches de choques de las Ferias y no paraban de golpearse con las paredes en todas las curvas y con los contrarios cada vez que los adelantaban. Total, que yo me sentí muy orgulloso de comprobar al final cómo había mejorado mis tiempos de una carrera a otra, aunque por detrás de mí sólo quedaron... las mujeres.
 

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