Capítulo 12.- Aquí tengo...
“La
pizza risueña” era llamada
así porque sobre todas las pizzas dibujaban con salsa de
tomate unos ojitos y una sonrisa. Sin embargo, en la cuatro estaciones que
había traído de regreso David parecía como si se hubiese producido un
descarrilamiento con centenares de muertos. Como ahora era su jefe quien lo
llamaba y no quería más broncas como la que le había dado el encargado, entregó
ese amasijo a los niños y entró de nuevo al local, y así Pía dejó de piarlas y
se puso a comer a dos carrillos igual que Edu.
Mientras
tanto, Jacinto y Violeta no estaban para muchas “florituras”. Jacinto le
informó que el chalet de Pedro estaba ardiendo; Violeta le dijo que no sabía
dónde estaban los niños; él le dijo que
no sabía qué poner en el Sporting-Osasuna; ella le dijo que no sabía
hacer calceta; él le dijo que no sabía afeitao esa mañana; ella le dijo que no
sabía quién fue el primer escalador del Aconcagua… y así estuvieron más de dos
segundos sin saber qué hacer hasta que Jacinto sacó un llavero que representaba
una maceta con flores y le dijo:
- Aquí tengo las llaves del coche.
Entonces ella abrió su bolso y dijo:
- Aquí tengo un pintalabios.
- Aquí tengo un bolígrafo -dijo él.
- Aquí tengo una aspirina –añadió ella en su turno.
Y después de más de dos segundos, cuando hubieron vaciado su bolso y sus bolsillos, respectivamente, se dijeron mutuamente:
- ¿Y qué hacemos aquí? ¡Vámonos!
Y salieron a toda velocidad.
- Aquí tengo las llaves del coche.
Entonces ella abrió su bolso y dijo:
- Aquí tengo un pintalabios.
- Aquí tengo un bolígrafo -dijo él.
- Aquí tengo una aspirina –añadió ella en su turno.
Y después de más de dos segundos, cuando hubieron vaciado su bolso y sus bolsillos, respectivamente, se dijeron mutuamente:
- ¿Y qué hacemos aquí? ¡Vámonos!
Y salieron a toda velocidad.
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
No hay comentarios:
Publicar un comentario