Capítulo 3.- Espasmos chopédicos
Toribio,
con la tráquea llena de chopped no podía articular palabra y empezó a
gesticular y hacer movimientos espasmódicos mientras salía al exterior al
tiempo que David, el repartidor de pizza llegaba a la misma.
- Hey, Tori -saludó David (a lo cual no pudo contestar Toribio en medio de unos extraños gruñidos y estertores), aquí te traigo la cuatro estaciones que me habías pedido de postre.
Viendo como Toribio se le abalanzaba, David se puso eufórico y dijo:
- Ole, Tori, qué bien embistes.
Toribio
seguía dando bandazos y moviendo las manos, tanto que David no pudo menos que
sentarse, dar palmas y cantar unas sevillanas, después una soleá (y eso que ya
era casi de noche) y finalmente un fandango.
- Venga, Tori, un poquito de zapateado -le animó David.
En
esto se presentó una pareja de la Guardia Civil que estaba casada por la
Iglesia. Ellos eran Manuela y Enrique, dos jóvenes Guardias Civiles (de estado
civil casados) que llegaban con cara de pocos amigos:
- ¿Así que ha sido este payaso, el Toribio, el que nos ha dado una falsa alarma? Pues te vas a enterar, te vienes al cuartelillo y mañana nos lo cuentas. Y lo esposaron (a pesar de que Toribio no conocía mujer ni había tenido noviazgo alguno).
- ¿Y a mí quién me paga la pizza? -gimió David.
- Pues más vale que la tires porque se te ha quemado. ¿No lo hueles? -le espetó Manuela, mientras Enrique asentía.
- Hey, Tori -saludó David (a lo cual no pudo contestar Toribio en medio de unos extraños gruñidos y estertores), aquí te traigo la cuatro estaciones que me habías pedido de postre.
Viendo como Toribio se le abalanzaba, David se puso eufórico y dijo:
- Ole, Tori, qué bien embistes.
- Venga, Tori, un poquito de zapateado -le animó David.
- ¿Así que ha sido este payaso, el Toribio, el que nos ha dado una falsa alarma? Pues te vas a enterar, te vienes al cuartelillo y mañana nos lo cuentas. Y lo esposaron (a pesar de que Toribio no conocía mujer ni había tenido noviazgo alguno).
- ¿Y a mí quién me paga la pizza? -gimió David.
- Pues más vale que la tires porque se te ha quemado. ¿No lo hueles? -le espetó Manuela, mientras Enrique asentía.
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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