Capítulo 6.- Fuego intestinal
El
pizzero David se encogió de hombros y se volvió a la pizzería con su cuatro
estaciones a cuestas. Ya ajustaría cuentas con Toribio... o trataría de sacarle
dinero llevándole a prisión una calzone con lima dentro...
Aunque
Toribio se resistió, la pareja de guardias civiles le dijeron que se lo tenían
que llevar al cuartelillo por lo civil o lo criminal y que como ellos eran
Guardias Civiles aunque no fuesen civiles sino militares, pues que ¡arreando!:
-¡Tia pa ya, chacho, que te doy!
Pedro,
mientras tanto, seguía en el coche sin saber qué hacer; si los niños estaban en
la casa ya sólo quedaría de ellos un pequeño carboncillo, así que cambió de
pensamiento y esbozó una sonrisa imaginando lo divertido que sería que el fuego
alcanzase también el chalet de Jacinto Monteperales.
Y
mientras tanto, Violeta llegaba a la casa de Madrid de Jacinto y llamaba a la
puerta. Jacinto le abrió mientras hablaba por el móvil y decía algo así como:
- ¿Que Toribio está ardiendo y ha prendido fuego a un chalet?
-¡Tia pa ya, chacho, que te doy!
- ¿Que Toribio está ardiendo y ha prendido fuego a un chalet?
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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