Capítulo 15.- Pues yo no he sido
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Pues yo no he sido -dijo Violeta- yo le he dado gaseosa, si en la botella había
otra cosa no es cosa mía ¡qué cosas!
Visto lo visto, los sanitarios de urgencias miraron a Toribio a quien ya no le latía el corazón aunque el estómago –no se sabe por qué- parecía seguirle funcionando. Después miraron a Jacinto y tras ponerle unos cuantos vendajes (estilo Momia) le dijeron:
- ¡Está usted como una flor!
Y se marcharon directos hacia la funeraria.
Aun
contusionado, Jacinto se apoyó en Violeta y fueron cojeando hasta el coche.
¿Qué habría pasado en la urbanización? ¿Qué habría sido del fuego? ¿Dónde
estarían los niños? ¿Cuánto costaría el arreglo de la cama? ¿Qué podrían
ponerle al Sevilla-Zaragoza?
Visto lo visto, los sanitarios de urgencias miraron a Toribio a quien ya no le latía el corazón aunque el estómago –no se sabe por qué- parecía seguirle funcionando. Después miraron a Jacinto y tras ponerle unos cuantos vendajes (estilo Momia) le dijeron:
- ¡Está usted como una flor!
Y se marcharon directos hacia la funeraria.
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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