lunes, 23 de noviembre de 2020

Un cadáver exquisito (23)

Capítulo 19.- Tu nombre me sabe a plasma
 
Justo cuando Pedro, decidido a salvar a la sangre de su sangre, entraba por encima de la puerta de la valla de su casa, por medio de una patada emuladora de Bruce Lee, que más bien le quedó tipo Torrente... le llegó un mensaje de Violeta al móvil: “Patético inútil. Los nenes a salvo. Te vas a enterar de lo que vale un peine. Payaso”.
Se notaba que Tita estaba todavía loquita por él... pensaba para sí Pedro, mientras -como Nerón- veía arder su chalet y especialmente el del gilipollas de Jacinto. “¡Diossshhh! ¡Que ganas le tengo! Si no fuera por mis hijos le iba a meter el GiñaPlus Forte directamente por vía rectal en dosis de elefante... hasta que se le salieran las tripas pidiendo confesión”.
Una vez más tranquilo, decidió, que ya que estaba ahí... ¡ale! a disfrutar del espectáculo pirotécnico. ¡Buuumba! El plasma 60'' full HD con home cinema sensorround dolby digital de Jacinto emergió por el balcón del salón haciendo doble pirueta con tirabuzón, empotrándose en la cabeza de un enano de jardín. El mudito para dar más detalles. “Jódete, Monteperales”.
 
“La verdad es que era un donjuan de joven -seguía enfrascado en sus pensamientos Pedro, viniéndose arriba en su moral a la vista de las Fallas Colladescas-. Cómo supo entrarle a Violeta, en ese verano que estaba visitando a su tío Aniceto (que Dios tenga en su gloria), en la sala de espera del dentista de Tomelloso, el Dr. Pancracio Piños Turbios, conocido en su peña taurina como ‘El alicate veloz’, ‘Sacamuelas precox’ y ‘La bestia de La Mancha’. Motes ganados a pulso de 30 años terribles de profesión. Si hicieran psicofonías nocturnas en ese gabinete del dolor, el Iker Jiménez iba a babear de gusto hasta dejar un reguero para practicar bobsleigh”.


Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…

“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo

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