Capítulo 16.- ¡Beeeeeh!
Pedro frenó
violentamente delante de Villa Tita,
su chalet en llamas.
En
su época de noviazgo, Pedro llamaba cariñosamente Tita a Violeta. La podía
haber llamado Cuqui, Cari, Gordi, Churri, Vacaburra... pero fue Tita.
El
destino te puede tener preparadas cosas impredecibles. Son esos detalles que
hacen de la vida algo mágico. Toda tu vida puede cambiar por una minucia. Por
un acto liviano, fútil. Una estupidez, vamos. Por ejemplo, si te arrancas un
padrastro con cuidado que no se te rompa, puedes ser famoso por salir en el
libro Guinness de los récords. Tendrás que superar la cifra de 357,6 metros de
tira de pellejo que consiguió arrancarse un pastor neozelandés aburrido, por
dejar descansar a sus ovejas del estrés sexual a las que mantenía sin cesar.
“Al César lo que es del César y a la oveja, matarile, rile, rile”, decía el muy
bribón.
Curiosa
también fue la manera en que Violeta y Pedro se conocieron.
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
No hay comentarios:
Publicar un comentario