viernes, 20 de noviembre de 2020

Un cadáver exquisito (20)

Capítulo 16.- ¡Beeeeeh!
 
Pedro  frenó  violentamente  delante de  Villa Tita,  su chalet en llamas.
 
En su época de noviazgo, Pedro llamaba cariñosamente Tita a Violeta. La podía haber llamado Cuqui, Cari, Gordi, Churri, Vacaburra... pero fue Tita.
 
El destino te puede tener preparadas cosas impredecibles. Son esos detalles que hacen de la vida algo mágico. Toda tu vida puede cambiar por una minucia. Por un acto liviano, fútil. Una estupidez, vamos. Por ejemplo, si te arrancas un padrastro con cuidado que no se te rompa, puedes ser famoso por salir en el libro Guinness de los récords. Tendrás que superar la cifra de 357,6 metros de tira de pellejo que consiguió arrancarse un pastor neozelandés aburrido, por dejar descansar a sus ovejas del estrés sexual a las que mantenía sin cesar. “Al César lo que es del César y a la oveja, matarile, rile, rile”, decía el muy bribón.
 
Curiosa también fue la manera en que Violeta y Pedro se conocieron.


Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…

“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo

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