Capítulo 1.- ¡Glup!
Aquella
tarde de verano en su chalet de Collado Mediano (un pueblo llamado así por no
ser más grande), Pedro había estado viendo una antigua película, “Las verdes
praderas” de José Luis Garci. Mitad despierto, mitad dormido (vencido por los
gases del cocido), pudo ver el final, cuando la protagonista prende fuego al
chalet –algo que le hubiera gustado hacer a su marido pero éste no se atrevía-
al comprobar que la felicidad no estaba allí. El afán de triunfar, de ser un
ejecutivo de éxito, llevó aparejado comprar ese chalet y aguantar todos los
fines de semana al jefe, al compañero pelota de turno, a la suegra, al
cuñado... no era esa la vida que habían soñado. “Igual que mi vida”, pensó
Pedro, por eso tomó la decisión de hacer lo mismo que en la película, cortar
por lo sano y quemar también ese chalet para sentirse libre. Su mujer había
regresado antes con los niños en el otro coche, así que sólo quedaba él.
Antes
de abandonar la urbanización pudo contemplar las primeras columnas de humo que
salían por la ventana del salón. Entonces sonó el móvil.
- Hola, cariño, ya he recogido todo y salgo para casa. ¿Qué tal habéis llegado vosotros? -le dijo Pedro.
- ¿Cómo que ‘vosotros’? ¡Si yo he venido sola, los niños volvían contigo! -respondió Violeta, su mujer.
“Glup!” (se oyó tragar saliva a Pedro mientras se le encogía el estómago....).
- Hola, cariño, ya he recogido todo y salgo para casa. ¿Qué tal habéis llegado vosotros? -le dijo Pedro.
- ¿Cómo que ‘vosotros’? ¡Si yo he venido sola, los niños volvían contigo! -respondió Violeta, su mujer.
“Glup!” (se oyó tragar saliva a Pedro mientras se le encogía el estómago....).
Una novela en donde el humor alcanza el estado de gracia…
“El dulce gorjeo del buitre en celo”: https://www.bubok.es/libros/210805/El-dulce-gorjeo-del-buitre-en-celo
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