Manipular la información es muy fácil: sólo hay que coger algunas frases textuales del protagonista, sacarlas de su contexto, y acompañarlas de unos comentarios que guíen al lector a una percepción diferente de la realidad. De igual forma se pueden extraer párrafos de cualquier documento, aderezarlos con comentarios tendenciosos, y el resultado será una información perfecta para engañar al lector. ¿Es esto ética periodística?
Y para que veáis lo fácil que es, fijaros en esta información que acabo de preparar a modo de ejemplo sobre un caso real (omitiendo únicamente los nombres de la persona del ejemplo y de la publicación que ha manipulado otro tipo de información).-
Esta es la información “tendenciosa” que cualquiera podría escribir:
La entrevista realizada al Sr. B, director de la empresa A, en el diario “El País”, “es una pena” como señala acertadamente el medio XXX. Lo mejor que puede pasar con la misma es que pase “un poco desapercibida”, ya que una persona que ocupa un puesto de tal relevancia debería obrar con “claridad, rigor y visión de futuro”, algo de lo que carece el citado Sr. B.
Y esta es la información textual original que he tomado para el ejemplo:
Este domingo el suplemento de economía de “El País” ha hecho una gran entrevista al director general de A, Sr. B, que es una pena, pero ha pasado un poco desapercibida. De ahí que hoy la recojamos íntegra para que pueda llegar a toda la Sanidad, pues la claridad, rigor y visión de futuro del Sr. B es muy grande, un deleite para leerla hoy en XXX.
Como podéis apreciar, cualquier parecido entre ambas notas es pura coincidencia; y sin embargo, casos así se dan a diario en algunos medios de “comunicación” (¿!)
Y para que veáis lo fácil que es, fijaros en esta información que acabo de preparar a modo de ejemplo sobre un caso real (omitiendo únicamente los nombres de la persona del ejemplo y de la publicación que ha manipulado otro tipo de información).-
Esta es la información “tendenciosa” que cualquiera podría escribir:
La entrevista realizada al Sr. B, director de la empresa A, en el diario “El País”, “es una pena” como señala acertadamente el medio XXX. Lo mejor que puede pasar con la misma es que pase “un poco desapercibida”, ya que una persona que ocupa un puesto de tal relevancia debería obrar con “claridad, rigor y visión de futuro”, algo de lo que carece el citado Sr. B.
Y esta es la información textual original que he tomado para el ejemplo:
Este domingo el suplemento de economía de “El País” ha hecho una gran entrevista al director general de A, Sr. B, que es una pena, pero ha pasado un poco desapercibida. De ahí que hoy la recojamos íntegra para que pueda llegar a toda la Sanidad, pues la claridad, rigor y visión de futuro del Sr. B es muy grande, un deleite para leerla hoy en XXX.
Como podéis apreciar, cualquier parecido entre ambas notas es pura coincidencia; y sin embargo, casos así se dan a diario en algunos medios de “comunicación” (¿!)
1 comentario:
Esta es una práctica habitual en muchos medios de comunicación, que se dedican más a desinformar o crear opinión, que a informar verazmente...
Por éso es muy importante elegir bien nuestras lecturas y nuestro ocio televisivo...
Yo, como ya estoy muy mayor para aguantar según qué cosas, leo bastante poco en diarios, veo muy poca televisión y prefiero buscarme la vida en otra clase de medios, como medida higiénica, más que nada... y por salud mental la parte que falta.
Te aviso de que te ha sido concedido tu primer premio bloguero, por varias razones: algunas no vienen al caso exponer, queda para nuestra intimidad y otras las vas a demostrar d'or en avant.
Un beso de tu amigüita del alma.
Publicar un comentario