miércoles, 2 de abril de 2008

Carlos Trias, ejemplo a seguir

El último día os dije que daría un ejemplo y aquí lo tenéis: un Presidente (un gran Presidente) que ha sacado una excelente nota en aquella materia en la que suspenden la mayoría de Directores Generales: humildad, sincera autoevaluación y capacidad para buscar y recibir opiniones sinceras y formación en las áreas donde no lo están haciendo bien.

Yo tuve la suerte de compartir con él los mejores años de mi carrera profesional y puedo afirmar que fue el ejemplo que espontáneamente seguí. Una persona (eso, lo primero) sencilla, de trato agradable, con la puerta de su despacho siempre abierta a todos los empleados cualquiera que fuese su rango. Siempre dispuesto a escuchar y a ayudar. Conciliador ante cualquier conflicto, buscando siempre los puntos de acuerdo que fuesen mejor para todos. Y, por supuesto, un gran profesional y un trabajador incansable al que dolían las decisiones difíciles que alguna vez –en razón de su cargo- debía tomar.

Cuando la calidad humana y la calidad profesional se unen, ¿qué más se puede pedir? Ahora, ambos estamos en nuevas y diferentes etapas profesionales, pero su recuerdo sigue siendo el mejor estímulo para seguir trabajando y dando lo mejor de uno mismo allí donde se esté. Y todo esto lo digo con conocimiento de causa, puesto que además de reportar directamente a él, me permitió estar presente en todos los Comités de Dirección y allí pude ver y aprender muchas cosas. Gracias por todo, Carlos.

PD.- Si queréis ver el informe completo de la consultora Krauthammer sobre este tema, aquí lo tenéis:
www.krauthammer.com/Docs/Content/File/VRB18/lo-que-necesitan-los-lideres-resumen.pdf

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