El segundo coche fue un Seat 127 y luego muchos más. Como
ahora veréis he tenido muchos coches, pero siempre bajo estas tres premisas:
1.- El piloto siempre debe ser más importante que el coche.
2.- Es preferible un coche pequeño nuevo que uno grande de segunda mano.
3.- Antes que un coche comience a dar problemas, ¡cámbialo por otro!
1.- Seat 600 (el primero)
2.- Seat 127 (mi primer turismo “importante”)
3.- Renault 7 (mi primer gran “maletero”)
4.- Renault 9 (mi primer gran turismo)
5.- Seat Panda (mi primer “segundo coche”)
6.- Opel Kadett (mi primer coche con aire acondicionado)
7.- Renault Supercinco (un buen segundo coche)
8.- Lancia Dedra (mi primer coche de empresa, con todos los extras imaginables)
9.- Renault 19 (un segundo coche de categoría)
10.- Opel Vectra (mi segundo coche de empresa)
11.- Peugeot 406 (mi tercer coche de empresa)
12.- Daewoo Matiz (un pequeño gran coche)
13.- Honda Accord (mi cuarto coche de empresa, con el que me sentí más “piloto”, haciendo conducción deportiva muchas veces).
14.- Volvo S60 (mi quinto y último coche de empresa, todo un coche señor porque ya no era un niño)
15.- Skoda Fabia (segundo coche de larguísima vida)
16.- Skoda Octavia (primer coche, resistente, confortable y fiable)
17.- Volvo V40 Cross Country (un nórdico capricho)
18.- Toyota Auris (un cambio a los híbridos no enchufables)
19.- Toyota Corolla (y seguiré con híbridos siempre que… ¡no sean enchufables!)
El Seat Panda lo compré de segunda mano por 300.000 pts. y me engañaron por omisión: No me dijeron que había pertenecido a una empresa de alquiler de coches y encima había volcado y quedado algo descuadrado, así que ya os podéis imaginar el mal resultado que me dio, dejándome tirado más de una vez. Total, que a los tres años decidí venderlo e hice el mejor negocio de mi vida: como era de noche cuando fue a verlo el empleado de la casa de coches que me lo iba a comprar, no se dio cuenta de los defectos y me pagó... lo mismo que me había costado tres años antes.
El Opel Kadett era un coche que le encantaba a los ladrones, así que le puse el mejor antirrobo del mercado: Car Protector, un pequeño aparatito que impedía a los ladrones hacer el puente. ¡Y vaya si funcionaba! Tres veces intentaron robarlo... pero sólo fue eso, el intento, porque nunca consiguieron llevárselo.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://amzn.eu/d/fXJO9j3
No hay comentarios:
Publicar un comentario