viernes, 21 de junio de 2024

Turismo carretera (3)

El segundo coche fue un Seat 127 y luego muchos más. Como ahora veréis he tenido muchos coches, pero siempre bajo estas tres premisas:

1.- El piloto siempre debe ser más importante que el coche.
2.- Es preferible un coche pequeño nuevo que uno grande de segunda mano.
3.- Antes que un coche comience a dar problemas, ¡cámbialo por otro!
 
Salvo en una ocasión (el Renault 9) siempre los vendía antes de que dieran problemas y, en este caso, fue porque mi mujer me dijo “Déjame dar una vuelta” pero no me especificó que la vuelta iba a ser de campana. A nosotros no nos pasó nada, pero después de tres meses que duró el arreglo, cada dos por tres le surgía algún problema, así que opté por venderlo.
 
Poco tiempo después, cuando progresé en el trabajo y me dieron coche de empresa, opté por hacer como las grandes escuderías de Fórmula 1: todas tienen dos coches, uno principal y otro secundario.
 
Estos han sido todos los vehículos de mi escudería en donde, como se puede ver, ha habido primeros y segundos coches como en Fórmula 1:
1.- Seat 600 (el primero)
2.- Seat 127 (mi primer turismo “importante”)
3.- Renault 7 (mi primer gran “maletero”)
4.- Renault 9 (mi primer gran turismo)
5.- Seat Panda (mi primer “segundo coche”)
6.- Opel Kadett (mi primer coche con aire acondicionado)
7.- Renault Supercinco (un buen segundo coche)
8.- Lancia Dedra (mi primer coche de empresa, con todos los extras imaginables)
9.- Renault 19 (un segundo coche de categoría)
10.- Opel Vectra (mi segundo coche de empresa)
11.- Peugeot 406 (mi tercer coche de empresa)
12.- Daewoo Matiz (un pequeño gran coche)
13.- Honda Accord (mi cuarto coche de empresa, con el que me sentí más “piloto”, haciendo conducción deportiva muchas veces).
14.- Volvo S60 (mi quinto y último coche de empresa, todo un coche señor porque ya no era un niño)
15.- Skoda Fabia (segundo coche de larguísima vida)
16.- Skoda Octavia (primer coche, resistente, confortable y fiable)
17.- Volvo V40 Cross Country (un nórdico capricho)
18.- Toyota Auris (un cambio a los híbridos no enchufables)
19.- Toyota Corolla (y seguiré con híbridos siempre que… ¡no sean enchufables!)
 
Si tenemos en cuenta que he tenido uno o dos coches desde 1971 (53 años transcurridos) y he realizado una media de 23.000 kilómetros al año, la distancia recorrida en estos 53 años ha sido de más de un millón de kilómetros, concretamente 1.219.000 km. Esto equivale a más de tres veces la distancia entre la Tierra y la Luna, o a dar más de 30 vueltas a la Tierra por la línea del ecuador, que es su parte más ancha.
 
Por destacar algunas anécdotas relacionadas con los coches, podemos citar un par de ellas:
El Seat Panda lo compré de segunda mano por 300.000 pts. y me engañaron por omisión: No me dijeron que había pertenecido a una empresa de alquiler de coches y encima había volcado y quedado algo descuadrado, así que ya os podéis imaginar el mal resultado que me dio, dejándome tirado más de una vez. Total, que a los tres años decidí venderlo e hice el mejor negocio de mi vida: como era de noche cuando fue a verlo el empleado de la casa de coches que me lo iba a comprar, no se dio cuenta de los defectos y me pagó... lo mismo que me había costado tres años antes.
El Opel Kadett era un coche que le encantaba a los ladrones, así que le puse el mejor antirrobo del mercado: Car Protector, un pequeño aparatito que impedía a los ladrones hacer el puente. ¡Y vaya si funcionaba! Tres veces intentaron robarlo... pero sólo fue eso, el intento, porque nunca consiguieron llevárselo.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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