Como en sus orígenes era un deporte de élites, y en
España también lo empezaron a jugar las clases altas, les pareció muy chic eso
de utilizar palabras inglesas. Al que ganaba seis juegos le decían que había
ganado un “set”, cuando se jugaba la última bola decisiva en el partido se
hablaba de “match ball”, si la pelota entraba en el campo era “in” y si botaba
fuera era “out”. Cada golpe tenía nombre propio, una palabra inglesa que se ha
seguido utilizando en todos los países aunque su idioma oficial sea diferente.
Por muy España que sea nuestro país, se sigue hablando de “smash”, de “drive”,
etc. o de cursiladas como “drive liftado” que digo yo si será un golpe de
derecha al que se le ha hecho un lifting para que adelgace. También se habla de
cosas raras, como “ace” (sin hache) y se refiere a que tu bola de saque no
consiga devolverla el contrario, supongo que por eso le llaman así, porque al
rival no le “ace” gracia ese saque, pero hubiera quedado mejor con la hache.
Resulta que, aunque otros golpes sí se hayan traducido, como “volea”, “revés”,
etc., luego buscas a alguien que te explique por ejemplo qué es una “volea de
drive” y te contesta que es “un punch corto y seco, sin backswing ni follow
trhough”. Ante esa respuesta no queda más remedio que buscar un diccionario de
inglés tenístico para tratar de averiguar que el “backswing” es llevar la
raqueta atrás o que el “follow trough” se refiere a la terminación.
¡Y qué decir de la vestimenta! Hasta hace bien poco todos
iban vestidos inmaculadamente de blanco: calcetines, zapatillas, polo (que eso
es más elegante que una camiseta), y pantalón corto para ellos y faldita
plisada para ellas. Menos mal que ahora la cosa es diferente y el color ha
hecho acto de presencia. Sin embargo hemos pasado de un extremo a otro: de lo
cursi y finolis de antes, a lo chabacano de ahora: a las chicas se les ven las
bragas, cuando un jugador gana un partido se reboza en la tierra como una
croqueta, cuando golpean con fuerza la pelota muchos tenistas (machos o
hembras, da igual) gimen como si tuviesen un orgasmo, algunos llevan camisetas
sin mangas y otros pantalones pirata y demás prendas de mal gusto en el vestir,
y ya se ve normal que un jugador se enfade y se encare con el árbitro...
“¡Silencio, por favor!”, menos mal que los jueces repiten muy a menudo esta
frase para calmar los ánimos de público y contendientes.
Por otra parte, y en lo que pocos han reparado, es que en
el Tenis no sólo hacen deporte los jugadores, sino también los espectadores,
principalmente los que están sentados en las gradas de lateral, los cuales van
moviendo constantemente la cabeza de derecha a izquierda y viceversa, siguiendo
la trayectoria de la pelota. Después de tres horas de partido el cuello de esos
espectadores se habrá fortalecido tanto que bien podrían conducir un coche de
Fórmula 1 (¿no os habéis fijado en el “peazo cuello” que tienen todos los
pilotos de Fórmula 1? Gracias a esa fortaleza no se les troncha el cuello con
las brutales fuerzas G que tienen que soportar constantemente con tantas curvas,
frenazos y acelerones).
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