Vara 1
La Consejería de Sanidad de Galicia (PP) preparó lo que ha dado en llamar “cataloguiño”, es decir, restringir el número de productos que pueden recetar los médicos en el sistema sanitario público. Esa restricción significa utilizar genéricos en detrimento de las marcas comerciales (que son más caras).
El Gobierno del PSOE arremetió judicialmente contra ellos y logró la paralización de esta medida, aludiendo que no se podía privar a los pacientes de ningún producto, fuese el que fuese.
Vara 2
Ahora, la Consejería de Salud de Castilla La Mancha, ha puesto en marcha una medida por la cual no se podrá emitir receta electrónica de 147 marcas (31 principios activos), lógicamente marcas caras, aunque el médico sí podrá recetarlas volviendo a los viejos tiempos de la receta en papel y el boli para poner en ellas su letra ilegible de siempre. Es evidente que no le prohíben al médico recetar nada, pero sí que le ponen trabas para que lo haga.
En este caso, el Gobierno del PSOE dice que esto está muy bien y no lo van a recurrir.
Aunque los matices son distintos, las consecuencias son iguales en ambos casos: restringir la receta de productos caros a los pacientes. Sin embargo, de nuevo, se han vuelto a utilizar dos varas diferentes para medir.
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