Después de un largo sueño, Guadiana abrió los ojos, anduvo un poco y se desperezó extendiendo sus brazos por las Tablas; miró al cielo y vio las nubes grises mientras sentía el tintineo de finas gotas de agua, de vida, sobre su húmeda piel. Se sintió más fuerte, más pleno, dispuesto a acompañarnos un poco más, a través de nuestro camino en esta tierra.
No hubo Semana Santa, pero el cielo nos ha regalado el mejor de los paisajes.
1 comentario:
Buenas tardes Vicente, soy el coordinador de la revista La Tribuna. Hemos estado leyendo tu blog y nos hemos dado cuenta de que se dedica a la misma temática que nuestra revista. Nos gustaría ofrecerte una colaboración entre nuestra revista y tu blog, en términos que acordaremos si estais interesados.
Nuestro correo es LaTribunaDeOpinion@yahoo.es
Un saludo
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