Zapatero se ha cargado de un plumazo el estado de bienestar de que gozábamos los españoles. Entre las cosas que ha destruido se encuentra la jubilación que no sólo será a los 67 años sino que irá ligada a posteriores reformas para retrasarla más conforme se alargue la esperanza de vida. En este sentido no irán mucho mejor las cosas cuando el presidente sea Rajoy, porque ya se ha apresurado a rendir pleitesía a Merkel y confirmarle que con él las pensiones también se ligarán a la esperanza de vida.
Según esto, conforme vaya aumentando la esperanza de vida, la edad de jubilación se irá retrasando más y más. Pero yo me pregunto ¿por qué hablan de “esperanza de vida” en vez de hablar de “calidad de vida”? Es cierto que cada vez vivimos más, pero los últimos años no son de vejez sino de decrepitud, de dependencia.
Según esto, de haberse puesto esto en vigor hace mil años, la edad de jubilación hubiera sido a los 40 años puesto que nadie solía vivir más de 50 años (las guerras, enfermedades y ausencia de medicamentos y tecnología para mantenernos con vida, se encargaban de ello). Así que con un límite de 50 años para la esperanza de vida, los ciudadanos disfrutarían a partir de los 38 ó 40 años de una plenitud física para disfrutar la jubilación.
Por el contrario, dentro de unos años, cuando la esperanza de vida esté en los 90 años, habrá multitud de vejestorios con setenta y muchos años que tendrán que continuar yendo al trabajo aunque sea con bastón. Menos mal que para entonces yo estaré saltando de nube en nube por el cielo, pero vosotros los jóvenes, como no os rebeléis contra esta panda de inútiles que nos gobiernan, lo lleváis crudo.
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