Desde pequeño me ha gustado mucho ir al cine. Al salir de
una película de vaqueros, yo jugaba a los vaqueros. Si la película que había
visto era de piratas, entonces me convertía en pirata. Si era de Tarzán, yo me
comportaba como él en mis juegos. Si era de espadachines, transformaba
cualquier cosa en una espada y me enfrentaba a rivales imaginarios. Pasaron los
años y con más de 50 décadas a mis espaldas fui al cine en el año 2004 a ver
“Million dolar baby” y me impresionó tanto esa gran película de Clint Eastwood
(y la magistral interpretación de Hilary Swank, Morgan Freman y el propio Clint
Eastwood) que sentí grandes deseos de practicar el deporte del Boxeo. Sin
embargo yo no estaba por la labor de recibir puñetazos, a mí solo me gustaba
darlos (no soy tonto). Así que me fui a Decathlon y me compré un punching base (uno de esos punching
que se sujetan sobre una base en el suelo y se balancean según les arreas
mamporros) y unos guantes de boxeo. Como por aquella época yo iba a un gimnasio
a practicar natación pero allí tenían también de libre disposición un saco de
Boxeo, me entrené igualmente con él algunos días, atizándole puñetazos a aquél
enorme saco que encajaba con entereza todas mis acometidas. Desde entonces, el
Boxeo es un deporte que practico esporádicamente y además con éxito, porque
siempre derroto a mi rival que es el punching base, y al que esquivo con
agilidad todas sus acometidas cuando tras darle un puñetazo vuelve hacia mí con
aviesas intenciones.
Esta práctica del Boxeo es la más sana que te puedas
imaginar porque ejercitas todos los músculos de tu cuerpo ya que no vale con
estarse quieto y soltar los brazos sino que hay que estar constantemente en
movimiento, haciendo juego de piernas como el que hacían Cassius Clay (Mohamed
Alí) o el hispano José Legrá. Los tiempos en que se daban combates de Boxeo por
televisión ya pasaron. Ahora para ver un combate tienes que ir allí donde se
celebren, como en una ocasión en que fui a ver a Perico Fernández (Campeón
Mundial de pesos ligeros en 1974 y 1975) y por consiguiente he sido testigo
directo del electrizante ambiente que se vive en un combate de boxeo (visto
además desde las primeras filas).
(Continuará...)
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