Cuando
los científicos se ponen a estudiar el origen del Universo echan la vista atrás
y comienzan a preguntarse “¿qué hubo antes de…”. Hablan del bing bang, la gran
explosión creadora del Universo tal como lo conocemos, pero ¿cómo se produjo? ¿Qué
había antes? Y todos ufanos se vanaglorian cuando descubren una partícula
elemental a la que llaman “Bosón de Higgs” que según parece explicaría cómo se
origina la masa de todas las partículas del Universo. Algunos, más prepotentes
la bautizan con el nombre de “partícula de Dios” como si esa partícula fuese la
creadora de todo el Universo y todo lo que él contiene. Así se quedan tan
anchos, creyendo que han resuelto todos los misterios de la vida. Pero se
olvidan de una cosa… ¿cómo se creó el bosón de Higgs? ¿Qué había antes del bosón
de Higgs? Porque ese bosón tendría un principio. ¿Cómo se formó? ¿Quién lo
creó? ¿Qué había antes? Y son incapaces de llegar más allá e ignoran todas las
preguntas al respecto porque son incapaces de responderlas.
Es
lo que tiene ir hacia atrás. Vas buscando un origen y siempre hay algo antes,
porque si llegas a un punto en que ya no hay nada antes de eso, entonces surgen
otras preguntas más inquietantes aún: ¿No había nada? ¿Qué es la nada? ¿Cuánto
abarca? ¿Hasta dónde llega? ¿Hay algo al otro lado de la nada? ¿Cómo se formó
la nada? ¿Desde cuándo existe la nada? ¿Había algo antes de la nada? ¿Cómo
puede surgir algo de la nada?
Y
no nos damos cuenta de que somos seres finitos y no podemos comprender
conceptos tales como nada, vacío absoluto, infinito, eternidad… o Dios. Intenta
explicarle logaritmos a un niño de tres años. Es imposible.
El
arte periodístico de sintetizar la información…
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de la síntesis”: https://amzn.to/3X13sMV
El
ser humano a veces se formula a sí mismo preguntas sobre la existencia, sobre
su propia existencia… preguntas que rara vez obtienen respuesta. Pero de entre
todas esas preguntas esenciales hay una por encima de las demás y es el
concepto de “infinito”. ¿Cuántas veces has pensado sobre este concepto? Es
difícil de entender, ya lo sé, sobre todo porque nosotros somos seres finitos y
estamos en un mundo finito, pero no por ello debemos rendirnos y claudicar sin
más. No podemos llegar a comprenderlo pero el pensar en este concepto nos puede
resultar de mucha utilidad práctica. Veamos…
Nuestro
cuerpo tiene fecha de caducidad, se desintegrará y convertirá en polvo, nuestra
casa e incluso nuestra ciudad entera desparecerán dentro de miles de años y un
poco más tarde, dentro de millones de años, no quedará ni rastro de nuestro
cuerpo, ni de nuestra casa, ni de nuestra ciudad. Y sin embargo nuestra alma sí
es inmortal, sí forma parte del infinito aunque ahora esté prisionera en este
cuerpo (la celda) y en este mundo (la prisión).
Vayamos
pues a lo práctico: Si consideramos que nuestra alma es inmortal e infinita, y
que todo lo demás es efímero ¿para qué centrar nuestra vida en el apego a cosas
que en un pis pas van a desaparecer? ¿No sería más lógico pensar en las cosas
infinitas como nuestra alma y el alma de los demás?
Ese
debería ser el criterio para regir nuestra vida: Estar por encima del apego a
las cosas materiales y centrarnos en lo esencial, en lo verdaderamente
importante, en nuestras almas infinitas.
Cuando
conceptos como el honor y la amistad estaban por encima de todo…
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Olimpiada”: https://amzn.to/3cDkAS7
En
la Biblia se habla con frecuencia de los sueños y se da una gran importancia a
los mismos, tanta como para ser capaces de “obedecerlos” y cambiar así el curso
de la historia.
En
el antiguo Egipto se daba una gran importancia a los sueños, tanta que incluso
dedicaban algunos templos, como el serapeum de Memfis, a la oniromancia y
rendían culto al dios Serapis al que consideraban como fuente de inspiración
divina.
En
la Grecia clásica vemos cómo las escuelas de Pitágoras y Platón consideraban a
los sueños como una fuente de inspiración. Platón –por ejemplo- decía que el
alma puede elevarse durante el sueño hasta el mundo de las ideas, allá donde se
encuentra la auténtica verdad y se revela la realidad de todas las cosas.
Para
el Islam, también los sueños era muy importantes, tal como decía el filósofo
musulmán Avicena: “Mientras duermes, el alma está sometida a la imaginación. Si
es débil, está dominada. Si está vigorosa, se engalana con el resplandor de las
sustancias espirituales”.
En
el hinduismo se habla de cuatro estados de consciencia del alma humana:
vigilia, sueños, dormir sin soñar y consciencia pura. La vigilia permite al
alma tener la experiencia del mundo material; los sueños la ponen en contacto
con la mente universal; el dormir sin soñar permite acceder a un nivel
espiritual más alto; y finalmente la consciencia pura se alcanza cuando el alma
individual se funde con el alma universal.
De
igual forma, y a lo largo de todas las épocas y también en el momento actual,
todas las etnias aborígenes reverencian los sueños como algo trascendente y
fundamental para sus vidas y los chamanes gozan de un alto prestigio y
credibilidad en sus comunidades.
Como
podemos comprobar leyendo cualquier libro de Historia, hay algo en lo que coinciden
todas las culturas en cualquier época, ya sea antigua, reciente o actual: Los
sueños nos ponen en contacto con el mundo espiritual. Y si esto es así ¿cómo no
vamos a darles importancia?
Leyendo
entre líneas se descubren grandes secretos…
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No
te creas nada de todo lo que te digan y leas sobre la interpretación de los
sueños. Sigmund Freud (Pribor, República Checa, 1856-1939), por ejemplo,
consideraba los sueños como una simple realización de deseos insatisfechos y
veía en todo un componente sexual. Pero no todo es tan sencillo como decir que
soñar con esto significa tal cosa y soñar con aquello significa tal otra.
La
interpretación de los sueños nos exige establecer puentes entre el consciente y
el inconsciente. Para ello, la consciencia debe escuchar al subconsciente y a
través de ese continuo escuchar y aprendiendo. Porque no basta con analizar los
sueños de una noche e intentar darles un significado; esto es algo que hay que
hacer todos los días y es lo que se llama “trabajar con los sueños”.
A
lo largo de los próximos días seguiremos hablando de los sueños y de cómo
“trabajarlos”.
Una
historia de la industria farmacéutica a través de uno de sus grandes
laboratorios farmacéuticos…
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La
Psicología moderna considera los sueños como una manifestación del inconsciente,
una liberación de las emociones reprimidas, una vía de escape para realizar los
deseos insatisfechos, una herramienta imprescindible del organismo para
equilibrar nuestra mente, e incluso –en algunas ocasiones- una alerta ante
acontecimientos venideros.
La
Neurología atribuye a los sueños una función de higiene mental que nos permite
ordenar y asimilar todas las informaciones y estímulos que nos han ido llegando
a lo largo del día.
La
Espiritualidad se centra en la relación de los sueños con el alma y con la
memoria universal y la mente cósmica.
Pero
los sueños no son matemáticas, y ni la Psicología, ni la Neurología, ni la
Espiritualidad pueden aportarnos ni datos
ni certezas en cuanto a su naturaleza, su significado y su
interpretación. ¡Qué más quisiéramos! Por eso todo lo que se puede aportar
desde cualquier punto de vista son aproximaciones, estimaciones más o menos
fundadas. Debe ser cada uno de nosotros el que haga su aporte personal
informándose y “trabajando” sus propios sueños para tratar de conocerlos mejor.
Desde
aquí sólo puedo decir que vale la pena “trabajar” tus propios sueños. Espero
–por tanto- que todo lo que vaya escribiendo aquí te sirva como herramientas de
ayuda. Pero no lo olvides, en esto como en todo: Nadie te lo da hecho, tiene
que ser tú mismo el constructor de tu futuro.
Las
curiosas anécdotas de un Director de Comunicación a lo largo de su vida…
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Durante
los próximos días voy a hablar de un mundo misterioso y maravilloso al que
todos tenemos acceso a diario, accedemos a diario, y sin embargo ignoramos a
diario también. Ese mundo es: el de los sueños.
Para
empezar, valgan estas palabras de Karl Gustav Jung (Kesswil, Suiza, 1875-1961),
médico psiquiatra, psicólogo y ensayista que profundizó en el estudio de los
sueños para intentar descifrar sus misterios:
“Los
sueños son una puerta disimulada a lo que el alma tiene de más oscuro y más
íntimo. Se abre sobre esa noche cósmica original que daba forma al alma mucho antes
de que existiese la consciencia del yo y la perpetuará mucho más allá de lo que
haya alcanzado jamás una consciencia individual”.
Nos
llaman desde el más allá…
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A
veces percibimos la presencia de alguien inmaterial que trata de sugerirnos
alguna idea o de transmitirnos alguna información o sentimiento. No hace falta
ir a una sesión de espiritismo (la mayoría no son sino auténticos fraudes,
sobre todo cuando te cobran por ello aunque sea en forma de donativo) para ser
conscientes en algún momento de esa presencia inmaterial y cercana, tal vez de
un familiar o ser querido, el cual nos trae a la memoria algún recuerdo muy
especial.
Pero
¿quién es, o quiénes son esos seres? Pueden ser, efectivamente, amigos y
familiares ya fallecidos, pero también pueden ser “maestros” o “guías” que
están al otro lado y tratan de ponerse en contacto con nosotros para ayudarnos,
e incluso pueden ser otras personas que en alguna otra parte del mundo se han
entonado mediante la meditación para enviar vibraciones positivas a la
humanidad o a parte de ella.
Como
pude leer en una ocasión, en donde se recogían las palabras recibidas de uno de
esos seres que estaban al otro lado: “Soy simplemente una personalidad
inteligente, no sujeta ya a vuestras leyes físicas”.
También
en una serie banal de televisión puede haber un mensaje secreto…
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No
subestimemos la importancia de la sugestión, ni para nosotros mismos ni para
los demás. Si estamos pendientes (de forma exagerada y con pensamientos
negativos) de nuestra salud, no haremos sino enviarnos a nosotros mismos
energía negativa que debilitará nuestro sistema inmunitario y nos hará
enfermar. Y cuando más nos digamos a nosotros mismos “si ya lo decía yo, que
estaba muy enfermo y estos síntomas no eran nada bueno”, más iremos engordando
nuestro malestar físico y mental.
Pero
no hay que pensar sólo en nosotros, sino también en los demás. Y digo esto,
porque si nos encontramos con alguien que dice sentirse enfermo y le seguimos
la corriente (“es verdad, qué mala cara te veo, debes estar muy enfermo…”) lo
único que lograremos será empeorar su estado de salud. Por el contrario, lo que
debemos hacer es enviarle energía positiva: animarle quitando en lo posible
gravedad a su enfermedad o a sus síntomas, darle ánimo diciendo que puede
vencerlo, darle ejemplos positivos de personas que han superado con éxitos esa
enfermedad o ese tipo de molestias, derivando la conversación hacia otros temas
que le apasionen y le hagan centrar su atención en los mismos y no en su propia
enfermedad.
Si
hacemos esto último, estaremos ayudando de verdad a esa persona que está
enferma o que dice sentirse enferma.
Repito,
no subestimemos el poder de la autosugestión, y si no, ahí tienes todos los
ensayos clínicos que se hacen para los nuevos medicamentos, en donde se eligen
voluntarios y mientras a unos se les da el nuevo medicamento, a otros se les da
un placebo (es decir, una sustancia que no hace absolutamente nada, pero
haciéndoles creer que es un nuevo medicamento). Los datos estadísticos de los
miles de pacientes que han intervenido de esta forma en ensayos clínicos a lo
largo y ancho del mundo, demuestran sin lugar a dudas cómo ese “placebo”, esa
sustancia que no hace absolutamente nada, era capaz de mejorar los síntomas e
incluso de curar a un buen porcentaje de pacientes. Bien es cierto que el
medicamento verdadero suele mostrar un porcentaje de eficacia superior
(¡faltaría más!) pero igualmente cierto es que un porcentaje significativo de
pacientes se autosugestiona con que va a mejorar tomando ese placebo y
efectivamente mejora.
El
mundo secreto de los laboratorios farmacéuticos al descubierto…
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industria farmacéutica por dentro”: https://amzn.to/3tvDp0x
Se
dice en plan de broma que los hombres nos diferenciamos de las mujeres en que
no somos capaces de hacer dos cosas al mismo tiempo, pero sí que somos capaces…
si queremos. Todo ser humano tiene a su disposición eso que se llama
“disociación”.
Por
ejemplo: Tú puedes estar leyendo y viendo la televisión al mismo tiempo, pero
para enterarte de todo debes bajar el volumen de atención de uno de esos
canales de información para concentrar tu atención en el segundo; y acto
seguido, bajar el volumen de atención del segundo y concentrar tu atención en
el primero. Y esta alternancia debe hacerse de forma instintiva, dedicando
fracciones de segundo a cada uno de esos canales de información.
Si
quieres, puedes. La disociación es una herramienta innata que tenemos todos los
seres humanos.
Eran
otros tiempos, era otra Medicina…
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periodista y poeta”: https://amzn.to/3bRZpfZ
Todos
hemos escuchado y/o leído alguna vez sobre la capacidad de la mente para crear
nuestra propia realidad, sobre cómo nuestros pensamientos son capaces de
conformar el mundo que nos rodea; tanta es la potencia creadora de nuestra
mente… Al hilo de esto, repasemos algunas ideas…
Los
objetos son pensamientos materializados, y los acontecimientos que nos suceden
a lo largo de la vida son fruto
igualmente de nuestro pensamiento (de ahí la enorme importancia de ser
conscientes de esto para que siempre proyectemos ideas positivas, puesto que
cada uno recoge lo que antes ha sembrado).
Esa
“materialización” de nuestras ideas y pensamientos nos permite aprender al
contemplar nuestras propias creaciones (aunque no sepamos que hemos sido
nosotros quienes las hemos creado).
El
ojo proyecta y enfoca la idea interna en el mundo físico, de la misma manera
que lo haría una cámara fotográfica. La boca crea las palabras. Los oídos crean
los sonidos. Y sin embargo nos cuesta reconocer y entender este principio ya
que nosotros damos por supuesto que la imagen y el sonido ya existían, ya
estaban ahí simplemente para aque nosotros los recibiésemos e interpretásemos.
¡Ay! ¡Damos tantas cosas por supuestas…!
Los
sentidos son los canales de creación por los cuales nuestras ideas se proyectan
y transforman en una expresión material. Y más aún, nosotros no desarrollamos
nuestros sentidos para conocer el mundo material, sino… ¡para crearlo!
La
enseñanza a través de la experiencia…
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El
post de hoy va a ser muy breve. Traigo aquí a vuestra consideración una
definición de lo que somos cada uno de nosotros. No sé si será cierto, pero
vale la pena considerarlo. Dice así la definición:
“Nosotros
somos porciones individualizadas de energía, materializadas dentro de la
existencia física, para aprender a formar ideas de energía y hacerlas físicas”.
Pero
nosotros tenemos cuerpo físico y ese cuerpo físico “es la construcción material
de la idea que nuestra identidad tiene sobre sí misma, bajo las condiciones y
propiedades de la materia”.
Es
mejor contar las cosas de forma breve y clara y después, que cada uno saque sus
propias conclusiones:
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¿Sabías
que hay una carrera que dura toda la vida? Las carreras de Periodismo y
Publicidad duraban antes tres años, pero después pasaron de ser carreras
técnicas a carreras universitarias y su duración aumentó hasta los cinco años.
La carrera de Medicina antres duraba cinco años, pero después le empezaron a
añadir que si la especialización, que si el MIR, total que según la
especialidad que escojas puede durar hasta diez años o así.
Yo
no sé qué carrera has estudiado, estás estudiando o vas a estudiar, pero hay
una carrera que dura toda la vida. ¿Sabes cuál es esa carrera?: “La vida”.
¡Toma ya! Pues resulta que esa carrera la estás haciendo tú (y todos nosotros)
y a veces no nos damos ni cuenta de que estamos en clase y debemos prestar
atención.
Para
poder aprobarla se necesita en primer lugar, prestar atención a nuestro
entorno, no solo al visible sino también al invisible. En segundo lugar, se
necesita reconocer que formamos parte de un todo y por consiguiente debemos
tratar a los demás, a la Naturaleza y a todo cuanto nos rodea, de la misma
forma que nos gustaría que nos tratasen a nosotros. En tercer lugar, se
necesitan dos herramientas imprescindibles: Paciencia y Confianza. Sin ellas no
podremos avanzar a través de todas las lecciones que nos saldrán al paso,
porque el aprendizaje se lleva a cabo durante toda la vida.
Si
ya has terminado tu carrera y estás trabajando con ganas de progresar en tu
profesión o empleo, habrás escuchado muchas veces eso del “aprendizaje
continuo” y te habrás dado cuenta que no basta con obtener tu título sino que
hay que seguir estudiando y aprendiendo toda la vida. Pues si esto es así en
las carreras y trabajos normales, ¿qué no será en esta otra carrera, más
importante aún, que es nuestra propia vida?
Las
sorprendentes memorias de un Director de Comunicación a lo largo de su vida…
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¡Cuántas
veces habrás escuchado esta frase!: “Conócete a ti mismo”. Pero ¿qué significa
“conocerse”?
Conocerse
significa –en primer lugar- aceptarse tal como se es; después, hacer un balance
lo más imparcial posible de nosotros mismos; y finalmente, aprender de la
experiencia adquirida y esforzarnos en corregir nuestros errores.
Eso
es, así de sencillo. No se necesitan más palabras para explicarlo.
Tal
como se muestra en esta selección de artículos, los periodistas deberían
aprender a contar las cosas de forma breve y clara…
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Siempre
ha sido un anhelo de todas las civilizaciones conocer a Dios. Ahora bien, desde
un punto de vista místico, Dios es la inteligencia que está en el origen de la
Creación y de todo lo que contienen los planos visible e invisible.
Dada la
limitación de nuestros sentidos y de nuestra inteligencia, es imposible llegar
a conocerlo como tal, sin embargo hay una forma maravillosa de aproximarnos a
él y es la de reconocer y respetar las leyes por medio de las cuales Dios se
manifiesta en el ser humano, en la Naturaleza y en el Universo.
Leyendo
entre líneas se descubren grandes secretos…
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Cada
uno debería tener sus propias creencias y convicciones en base a las cuales
enfocar y desarrollar su vida. No todos debemos pensar lo mismo; lo importante
es que todos pensemos. En esta ocasión expongo las creencias de Christian
Bernard, tal como las reflejó en su libro “Reflexiones de un Rosacruz”. Eres libre
de pensar como quieras, no lo olvides, pero procura siempre informarte,
documentarte y finalmente elaborar tus propias conclusiones…
1.-
Toda la Creación emanó de la inteligencia absoluta que llamamos “Dios” y que
responde a un designio cósmico.
2.-
El hombre tiene un alma que proviene del Alma universal, y es ella la que hace
de e´l un ser vivo y consciente.
3.-
Todos los seres humanos son almas hermanas que tienen el mismo origen y el
mismo destino, lo que hace de la humanidad una sola y misma familia espiritual.
4.-
El hombre es puro y perfecto en esencia; es la ignorancia y solo la ignorancia,
de lo que debe liberarse.
5.-
El alma es inmortal y sobrevive a la desaparición del cuerpo, de manera que la
muerte no es sino un paso, una transición hacia otra forma de existencia.
6.-
La Naturaleza es el más bello y más sagrado de los santuarios, porque es la
expresión de las leyes divinas y participa en la evolución cósmica.
Dice
Christian Bernard: “Les animo a que descubran sus propias creencias y las
escriban en el libro de su consciencia. No olviden abrirlo regularmente y
revisarlas. ¡Nos olvidamos tan rápidamente…!”.
No
existen las coincidencias o casualidades, son otra cosa muy distinta que te
desvela este libro:
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son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO
El
Azuer es un río que pasa por Daimiel (Ciudad Real). Bueno, eso de río es por el
verbo “reír” porque este pequeño río sólo lleva agua cuando quiere (que son
pocas veces) pero cuando se enfada hasta provoca inundaciones.
De
todas formas hoy no voy a hablar del río Azuer sino de un coche llamado “Azuer”
que hasta tuvo su propia canción. Así es la historia (más o menos)…
Veraneaba
toda la familia de Don Vicente Rodríguez en su finca de “El Recreo”, juntándose
allí casi dos decenas de nietos y sus correspondientes progenitores. Como la
finca estaba a poco más de dos kilómetros del pueblo, y para hacer más
divertidos los constantes viajes entre pueblo y finca, dos de los yernos de Don
Vicente compraron a precio de saldo un viejo coche de principios de siglo que
si andaba, era por casualidad. Para ponerlo en marcha había que meter una
manivela por el morro y darle vueltas enérgicas hasta que se escuchaba el rugir
del motor.
No
se conserva ninguna fotografía del mismo, pero la foto que acompaña este
comentario puede dar una idea de cómo era ese viejo y destartalado coche. (El
de la foto, por cierto, es más bonito y más nuevo que aquél).
Cuando
los nietos de Don Vicente vieron llegar (en realidad lo oyeron bastante antes
porque su motor no era muy silencioso que digamos) aquél estrafalario coche,
corrieron locos de alegría con ganas de subirse a él. Pero antes de hacerlo
tenían que bautizarlo y fue así como se decidió llamarlo “Azuer” como el río
del pueblo, y a fe que verlo llegar producía risa.
Con
frecuencia toda la chiquillería se apuntaba a los viajes de ida y vuelta entre la finca y el
pueblo para disfrutar de esa experiencia, más propia de un parque de
atracciones moderno por lo ajetreado del viaje y los imprevistos que podían
surgir (eran frecuentes los parones a mitad de camino para tratar de solucionar
alguna avería).
El
“Azuer” fue fiel compañero de las vacaciones durante algunos años y los
nietos de Don Vicente le compusieron una canción que más o menos decía así:
“El
Azuer qué bello es,
el
Azuer qué bello es,
tiene
más de ochenta años
y
no pasa de los cien.
El
Azuer es un machote,
el
Azuer va dando botes,
y
si vas en el Azuer,
y
si vas en el Azuer,
ten
cuidado con el culo
que
te lo haces puré”.
Una
Biblioteca realmente “inefable”…
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De
vez en cuando se publican en este blog recomendaciones de lectura, y no siempre
de mis propios libros. En esta ocasión comparto esta lista de siete libros que
me recomendaron para conocer un poco mejor cómo es el mundo invisible que nos
rodea:
“Los
sueños, mensajeros del alma”
Robert
Blais
“El
Kybalion”
Hermes
Trismegistro
“Ontología
Rosacruz”
Serge
Toussant
“El
poder del Ahora”
Eckhart
Tolle
“El
Universo”
Isaac
Asimov
“Arquetipos
e inconsciente colectivo”
Carl
Jung
“La
vida es real sólo cuando Yo soy”
George
Gurdjieff
Pero,
claro, a la vista de estos libros no puedo resistir la tentación de recomendar
otro libro mío que te ayudará a conocer mejor el mundo invisible…
“No
son coincidencias”
Vicente
Fisac
Hoy vamos a hablar de un cortometraje muy especial, el
cual te invito a ver y emocionarte. “Soy Tú” cuenta los problemas de Caty (Ana
Milán) con su hijo y su marido, (Miquel Fernández) y cómo éstos se proyectan
inconscientemente en la relación que mantiene con su padre (Pep Cruz). Todo
cambia cuando aparece Toni, (Lluís Soler) un sabio de lo invisible que guía y
explica a la protagonista paso a paso, cómo sanar las heridas del presente y
del pasado.
El cortometraje, dirigido por John Cutrina, gira en torno
a las relaciones de causa y efecto.
Comentario personal.-
Un excelente cortometraje que llega al corazón y hace
despertar tus sentimientos al tiempo que imparte una clase magistral de cómo
alcanzar la paz y la armonía en la siempre difícil convivencia del mundo que
nos ha tocado vivir. Si lo ves con la mente abierta encontrarás grandes
enseñanzas.
Tanto el guion, como la dirección, como la
interpretación, son excelentes. A nivel de “peros” sólo he encontrado uno…
aunque quizás tenga su sentido. Veamos…
La acción se desarrolla en una lujosa mansión y sus
personajes pertenecen a un nivel social alto. Esto puede hacer que uno se
sienta distanciado ya que la mayoría de nosotros pertenecemos a la clase media.
Así que me surgió la pregunta: “¿Han elegido ese escenario porque les dejaron
gratis la mansión para el rodaje y además dicha mansión ofrecía amplios
espacios y facilidad para el rodaje, o lo eligieron a propósito porque ese
nivel de alto standing es el que nos gustaría alcanzar a todos?
En fin, lo dejo a vuestra interpretación. Aquí tenéis el
enlace para que disfrutéis y os enriquezcáis espiritualmente con este
cortometraje (30 minutos):
https://www.youtube.com/watch?v=2Ze2xbE0Fp8
Si has llegado hasta aquí, ten por seguro que no ha sido
por casualidad…
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Hoy
quiero mostraros el paralelismo entre un conocido cantante español, el rockero
Miguel Ríos y yo a través de la letra de una de sus canciones, una canción que
fue muy especial. Y digo esto, porque cuando empezó a cantar Miguel Ríos se
puso de nombre artístico “Mike Ríos” porque sonaba a extranjero y daba algo así
como más glamour. Por aquella época cantaba grandes éxitos de otros artistas,
en general canciones banales e intrascendentes aunque tuviera mucho éxito tanto
en sus versiones originales como en las versiones que hacía el propio “Mike”.
Pero
un día, y a pesar del éxito obtenido, se cansó de aquella superficialidad y se
retiró de la escena pública. Años después volvió a reaparecer –como el río
Guadiana- pero esta vez con su nombre real, Miguel Ríos, y cantando canciones
originales compuestas para él. Ese primer disco de la nueva etapa tenía una
canción muy significativa que se titulaba “Ahora que he vuelto”. Esto es lo que
decía esa canción y esto es lo que me sugiere…
“Yo
era joven y triunfaba, y la vida me sonreía,
y
cantaba cosas tontas aunque la gente aplaudía”.
Desde
muy joven me sentí escritor. Con siete años escribí mi primer relato y con 13
años ya escribía poesías. Pude lograr mi sueño de vivir de mis escritos, aunque
no fuesen poemas sino textos publicitarios, primero, y noticias, artículos periodísticos
e informes, después. Triunfé y la vida me sonrió. Claro que mis escritos (los
que no eran de carácter profesional y que sólo hacía por hobby, tenían esa
pizca de ingenuidad y de inocencia que dan los pocos años… no eran gran cosa
desde el punto de vista literario, pero sí una buena muestra de mi desbordante
creatividad y originalidad.
“Pero
un día no canté, porque un día comprendí
Que
era falsa mi canción, que la vida no era así”.
Mi
etapa de disfrute estrictamente personal como escritor tuvo un recorrido
similar al del río Guadiana, que tan pronto desaparecía y dejaba de escribir
para centrarme sólo en mi trabajo, como volvía con más fuerza que antes y era
capaz de compaginar profesión y disfrute íntimo por escribir. Y en una de esas,
comprendí que todo poder conlleva una responsabilidad, y por consiguiente un
escritor tiene la responsabilidad de poner su capacidad al servicio de los
demás.
“Ahora
que he vuelto y tengo tanto que decir,
pido
que me oigan, aunque no se acuerden de mí.
No
tengo miedo de que se pierda mi cantar,
sé
que entre todos, alguno me querrá escuchar”.
Si
bien he seguido escribiendo cómo y cuánto me ha dado la gana, he escrito consecuente
de la responsabilidad de compartir opiniones y experiencias y, sobre todo,
animando a que cada uno busque su camino y se forje su propia opinión; que no
sucumba ante el “pensamiento único” que la dictadura global nos está
imponiendo.
Al
igual que Miguel Ríos, no tengo miedo de que mis escritos caigan como semilla
en desierto estéril porque sé que alguien, aunque sólo sea uno (que son muchos
más, según he podido comprobar) quien me lea.
“Caminando
entre la gente de los campos y ciudades,
me
di cuenta de mentiras y aprendí grandes verdades.
Y
quisiera yo contar lo que de ellos aprendí,
ya
la gente no es igual que aquél día en que me fui”.
Tras
siete décadas de vida es mucha la experiencia que se adquiere y provechosas las
enseñanzas si uno pone interés en ello. Por eso quiero compartir lo que he
aprendido, lo que he experimentado, lo que he intuido… y siempre con respeto
por la libertad de opinión para que cada persona recuerde que tiene la
capacidad de pensar por sí misma, que este mundo no es sólo material sino
también espiritual, y que todos vamos evolucionando en este discurrir… y las “palabras
inefables” que voy volcando en este blog, son buena prueba de ello.
Las
sorprendentes memorias de un Director de Comunicación…
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Siempre
me atrajo el río Guadiana, y no por tenerlo muy cerca de mi pueblo sino el
misterio que entrañaba su recorrido, el cual se sumergía bajo la tierra y
volvía a reaparecer, justo cerca de Daimiel en lo que se llaman -¡qué nombre
tan bonito!- los “Ojos del Guadiana”. Allí, recién renacido, nos ofrecía su
caudal y su verdor, e incontables tardes de disfrute de la naturaleza en sus
orillas en donde -¡qué tiempos aquellos!- se podía pescar e incluso cazar
cangrejos.
El
río Guadiana es un perfecto símbolo de lo que es nuestra vida, que un día
sucumbe y desaparece bajo la tierra para más tarde volver a la vida y
finalmente fundirse con el océano. Porque así es nuestra vida. Nacemos,
morimos, volvemos a nacer, volvemos a morir… en un constante discurrir
adquiriendo conocimientos y experiencias para –finalmente- fundirnos con el
Absoluto, con la Mente Universal, con Dios, o como quieras llamarlo.
Cuando
sólo contaba 13 años de edad, irrumpí en el mundo de la poesía y escribí este “Canto
al Guadiana”:
Río
extenso de La mancha
que
caminas por su seno,
¿cómo
es que nadie te admira
siendo
el corazón entero?
En
la tierra de molinos
eres
el aspa del suelo,
vas
regando los trigales
reflejándose
en ti el cielo.
Todos
los ríos te envidian
por
tu esbeltez y belleza.
Nadie
sabe agradecer
lo
que tú haces a esta tierra.
Tú,
Guadiana, te preguntas:
¿Cómo
es que nadie te llama?
¿Cómo
es que nadie te quiere?
Y
¿por qué te dan la espalda?
Nadie
de ti se preocupa,
nadie
a saludarte baja.
Y
tú pasas tristemente
creyendo
que nadie te ama.
Tienes
algo que te atrae,
tal
vez tus juncos verdosos,
quizá
el cauce subterráneo
o
tus grandes, bellos, “Ojos”.
Lento
y sigiloso corres
con
esas aguas tan claras
que
van limpiando estas tierras,
y
te llamamos: “Guadiana”.
Seis
décadas de poesía en un libro que nos permite ver cómo evoluciona un poeta a lo
largo de los años…
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