Para todos aquellos que de vez en cuando se sorprenden por alguna casualidad o coincidencia “imposible” que les sucede alguna que otra vez, relataré ahora la última de esas “casualidades” que me ha sucedido…
En el año 1933 se concedió el Oscar de Hollywood a la película de Walt Disney “Los tres cerditos”. Hace 30 años, cuando mis hijos eran pequeños, comencé a comprarles películas de Walt Disney en formato vídeo VHS. Compré muchas y entre ellas, una cinta que contenía una selección de cortometrajes premiados, entre ellos, “Los tres cerditos”.
Pasaron los años, mis hijos crecieron y se hicieron adultos. Pasaron los años, los vídeos VHS desaparecieron y todas aquellas cintas fueron a parar al trastero, junto con el reproductor de vídeo VHS. Pasaron los años, y tuve una nieta. Pasaron tres años y medio más, y me di cuenta que a mi nieta le gustaría ver aquellas películas. Rescaté el reproductor de vídeo y algunas de aquellas cintas (no todas, sólo las más infantiles), para verlas de nuevo junto a mi nieta. Estás en lo cierto si piensas que una de aquellas cintas que elegí para proyectar en primer lugar a mi nieta fue la de “Los tres cerditos”. Y así fue, esa película y no otra se convirtió en la primera película que le puse a mi nieta.
Pero ¿qué pasó al día siguiente de haber visto esa película? Algo inédito y realmente sorprendente. Estaba viendo la televisión y salió una persona contando cómo era su día a día en esta cuarentena por coronavirus que todos debemos padecer. El hombre se dirigía a la cámara y contaba su experiencia, pero mi vista se fijó en lo que había detrás de él: una pantalla de televisión en donde se estaba proyectando la película “Los tres cerditos”.
El hecho en sí de que se proyecte esa película en televisión no tiene nada de extraño, sobre todo en estos días en que hay que tener muy entretenidos a los niños; lo realmente sorprendente es que yo viese esa escena justo después de haber visto con mi nieta esa película treinta y tantos años después de haberla comprado y veintitantos años después de haberla tenido arrinconada en el trastero, y haber elegido esa, precisamente esa y no otra, para que fuese la primera película que veía junto a mi nieta.
En fin, si te pica la curiosidad y quieres saber más sobre eso que la gente llama “casualidades” o “coincidencias”, y que en realidad no son ni lo uno ni lo otro, sino algo muy distinto, te invito a leer el libro “No son coincidencias”. Hay disponible una edición digital (eBook) por sólo 5 euros y también una edición impresa, y los de Amazon siguen trabajando todos estos días.
“No son coincidencias”, Vicente Fisac, está disponible en Amazon, en ediciones digital e impresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario