Lo que más odian todos los políticos son las hemerotecas (y videotecas) porque en ellas queda registrado todo lo que dijeron, todo lo que prometieron, y que pasado un tiempo, no sólo no han cumplido sino que en la mayoría de las veces han hecho lo contrario de lo que prometieron.
Pero el actual presidente del desgobierno español, sí que ha cumplido al menos una promesa electoral: Ha sacado un féretro de su tumba y lo ha llevado a otro cementerio.
Está claro que el cumplimiento de esta promesa electoral le exime de cumplir cualquier otra promesa, porque cambiar de sitio un ataúd es algo de primera necesidad, muy por encima de cualquier medida de carácter social, educativo, económico o sanitario.
Así que los españoles deben estar contentos de tener un presidente que al menos cumple una promesa, y además una promesa que tanto afecta a la salud y el bolsillo de los ciudadanos como es cambiar un ataúd de sitio. Por lo demás, han proclamado a los cuatro vientos medidas que todos esperaban (aumento de las pensiones, ingreso mínimo vital, subida del salario mínimo…) y que tendrán que seguir esperando porque a la hora de la verdad siguen sin llevarlas a cabo a pesar de todo lo que han presumido con ellas.
En fin, hay que disculparlos, porque tienen mucho trabajo
tratando de doblegar al Poder Judicial para que los jueces que tienen que juzgar sus tropelías estén nombrados por
ellos mismos.
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