Si traducir de un idioma a otro una novela ya es tarea harto difícil, traducir una poesía es prácticamente imposible. Cuando traducimos una frase escrita en otro idioma no estamos obligados a mantener el mismo número de sílabas ni la misma entonación, por lo que en definitiva podemos contar lo mismo con otras palabras, extendiéndonos más o menos en la explicación. Sin embargo, cuando intentamos traducir poesía es imposible transmitir en otro idioma el mismo significado con la misma entonación y la misma métrica.
Veamos dos ejemplos.
1.- Decía Antonio Machado en uno de sus poemas lo
siguiente: “Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una fontana fluía
dentro de mi corazón”.
Si tuviésemos que traducirlo a otro idioma estaríamos obligados a utilizar –lógicamente- otras palabras, con otra cadencia, otra musicalidad, y el resultado para el lector extranjero sería algo así: “La otra noche tuve un sueño maravilloso; resulta que tenía en el corazón una fuente que manaba agua pura y cristalina”. Como podemos comprobar no hay ni punto de comparación; los versos de Antonio Machado en español son pura poesía mientras que la traducción que llegaría a un lector en otro idioma sería simplemente una bonita frase.
2.- Si te digo que “nos sentamos a comer y la patata está
un poco caliente, así que sólo pongo un poco en mi tenedor y soplo -fuuh, fuuh-
hasta que esté bien, simplemente genial, en la boca. ¡Muy bien!”. ¿Qué opinas?
Como verás, parecen unas frases un tanto estúpidas; sin embargo si leemos en su idioma original inglés estos versos del poeta Michael Rosen, nos daremos cuenta de su musicalidad, de su ritmo, de su chispa, de su ingenio:
We sit down to eat / and the potato’s a bit hot, / so I only put a bit on my fork / and blow / phooph phooph / until it’s cool, just cool / into the mouth / Nice!
Por consiguiente, yo desde aquí abogo porque no se traduzcan los libros de poesía sino que se transcriban tal cual en su idioma original y simplemente se ponga a su lado una explicación de lo que se dice en esos versos. La poesía es sentimiento, no razonamiento.
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