Es frecuente escuchar testimonios de personas que agradecen a un fármaco el que les haya salvado la vida; sin embargo no es tan frecuente que un fármaco le deba la vida a una persona. Pues este es, precisamente, el testimonio que voy a relatar: si hoy existe y está disponible en las farmacias Tantum Fuerte, es porque yo luché por salvarle la vida y a fe que lo conseguí.
Todo comenzó en la década de los 70 cuando el director general de Laboratorios Latino, Carlo de Franceschi, nos planteó un dilema: teníamos listo para lanzar al mercado Tantum Fuerte pero temía que su lanzamiento sólo sirviera para que los médicos cambiaran sus recetas de Tantum Pomada a Tantum Fuerte (que era algo así como un Tantum Pomada mejorado); y eso, claro, no era negocio. Tantum Pomada era líder destacado del mercado, la mejor pomada antiinflamatoria contra golpes, torceduras, esguinces, etc., y ahora Tantum Fuerte era mejor (un 5% de benzidamina en vez de un 3% y una crema de alta calidad cosmética –tipo Nivea- mucho mejor que la grasienta pomada).
Estaba claro que, con una mejor formulación y mayor concentración, tanto sus efectos terapéuticos como su aceptación por médicos y pacientes iba a ser mejor. Pero el precio era similar entre ambos productos y lo que no quería De Franceschi era cambiar ventas de uno a otro sino crecer y por eso me pidió que estudiase si había alguna posibilidad de éxito ya que si no, renunciaría a su lanzamiento.
Tras el correspondiente estudio de la situación, pude comprobar que Tantum Pomada sólo se recetaba en indicaciones traumatológicas pero no en otras afecciones como tromboflebitis, varices, golpes y hematomas profundos, etc. Comprobé además que había muchos médicos que no recetaban Tantum Pomada en ninguna indicación y sí en cambio otras pomadas y cremas competidoras. Me di cuenta que si lograba convencer a esos médicos que el nuevo Tantum Fuerte era mejor que los otros en esas indicaciones, conseguiríamos ganar ventas a costa de los competidores y no a costa de nosotros mismos. La estrategia pasaba, por tanto, por destacar en primer lugar esas otras indicaciones a todos los médicos y en hacer un especial esfuerzo con este enfoque en los médicos que aún no recetaban ningún Tantum.
La propuesta fue aceptada y para asegurarnos, antes de su lanzamiento a escala nacional, se decidió poner en marcha algo completamente innovador en el mercado farmacéutico de los años 70: los mercados de prueba. Así se hizo un lanzamiento de Tantum Fuerte limitado a solo dos provincias representativas del total nacional; si fracasaba la propuesta el daño sería mínimo, y sin triunfaba, se podría lanzar con seguridad de éxito en toda España.
El mercado de prueba demostró que yo estaba en lo cierto y Tantum Fuerte pudo por fin ser lanzado a nivel nacional y, a pesar de una pequeña “canibalización” de las ventas del Fuerte hacia el Pomada, la suma de ambos fue notablemente superior a lo que antes se vendía. Se aumentó el número de médicos prescriptores y se consiguió que lo prescribieran también en esas otras indicaciones.
Poco tiempo después, Tantum Pomada desapareció y sólo quedó Tantum Fuerte. Hoy día, cinco décadas después, Tantum Fuerte sigue gozando de buena salud y está disponible en todas las farmacias para que podáis combatir con él cualquier golpe, torcedura, esguince, flebitis, etc. Yo salvé la vida a este fármaco y él a cambio nos sigue aliviando con seguridad y eficacia el dolor y la inflamación superficial.
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