Mucho revuelo han causado las palabras del Papa Francisco
sobre los homosexuales, en el documental “Francesco”, del director de cine Evgeny
Afineevsky, que ha sido presentado en el Festival de Cine de Roma.
Según lo que dice el Papa, los homosexuales tienen
derecho a una unión civil que les de la misma cobertura legal que a las
personas de distinto sexo que deciden casarse (algo que ya existe, por ejemplo,
en muchos países, entre ellos España). Sin embargo, la Iglesia católica exige a
sus fieles de distinto sexo que quieran casarse, el matrimonio católico. Es
decir: a los heterosexuales se les exige boda por la iglesia; a los
homosexuales sólo por lo civil.
También se muestra partidario de que los homosexuales formen
una familia. Sin embargo la Iglesia católica pide a los heterosexuales que
tengan todos los hijos que Dios quiera y que no utilicen métodos
anticonceptivos. Es decir, a los heterosexuales se les da a elegir entre abstinencia
sexual o procreación, mientras que a los homosexuales se les anima a formar una
familia para lo cual tendrán que acudir por fuerza a los vientres de alquiler
(prohibidos por la Iglesia y por muchos Gobiernos), a la inseminación
artificial (si son mujeres) o a la adopción (que casi ningún país concede a
parejas homosexuales).
Y, en definitiva, se muestra partidario de la unión civil
(aunque no lo llame matrimonio) entre homosexuales, pero sigue negando ese
derecho a los curas y a las monjas.
PD.- Que nadie piense, tras leer esto, que estoy en
contra de los homosexuales; sólo tienen que echar un vistazo a cualquiera de
los preciosos libros que he escrito sobre este tema (la novela “Castidad &
Rock and roll” y el libro de poesía “Yo soy Alma & Algo así”) disponibles
en Amazon tanto en edición digital como en edición impresa).
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