Cualquiera que sea nuestra vida presente, es el resultado de
lo que hemos creado y hecho en los días, las semanas y los años anteriores, e incluso
en nuestras vidas anteriores. A través de este camino de evolución y
perfeccionamiento, la ley del Karma o de la Compensación, nos va premiando y
penalizando por nuestras acciones para restablecer el equilibrio, pero esto
sólo tiene lugar cuando nosotros nos damos cuenta que el premio o la
penalización con que nos sorprende la vida es consecuencia de esta ley.
En realidad Karma sólo significa futuras condiciones,
futuras obligaciones, futuras recompensas, futuras responsabilidades... Muchas
serán buenas... otras malas... pero tanto unas como otras no tienen más misión
que hacernos conscientes de ese hecho para que teniéndolo en cuenta
evolucionemos.
Con todo lo que hacemos vamos creando nuestro propio Karma
y, en definitiva, estableciendo nuestra futura misión en la vida.
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