Conforme se evoluciona espiritualmente se van cambiando
ciertos gustos y actitudes. El estar ocioso se considera una pérdida de tiempo,
al leer un libro o ver una película nos gustará más o menos en función de los
valores positivos que contenga. La evolución es, en conclusión, ir dejando de
lado lo material para dar paso al espíritu.
En muchas ocasiones comprobaremos cómo se encuentra más
placer en medio de nuestros propios pensamientos que en medio de una divertida
fiesta o espectáculo.
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